Yo busco una mujer boca de risa,
guardosa sin afán, franca sin tasa,
que al honesto festín vaya sin prisa,
y traiga entera su virtud y gasa;
no sepa si el sultán viste camisa,
mas sepa repasar las que hay en casa;
cultive flores, cuide pollas cluecas,
despunte agujas y jorobe ruecas.
El padre director no la visite,
ni yo pague la farda en chocolate;
que rece poco y bien, riñas me evite;
no sea gazmoña ni con ellas trate;
solo mentarle toros despotrique;
primo no tenga, capitán o abate,
probar el vino por salud lo intente,
¿fumar tabaco? ¡no aunque reviente!.
Dulce no pruebe con goloso dedo,
ni cace pulgas y ante mi las mate;
del cobarde ratón no finja miedo,
ni agasaje gato que mi cariño empate.
--José Vargas Ponte--
Algunos críticos de arte opinan que Zurbarán posiblemente sea el segundo o tercer pintor español más importante de la historia. Tan sólo Velázquez estaría por encima en valoración, y el Greco se le igualaría. Y esto lo dicen sobre todo gente de fuera de nuestras fronteras, gente imparcial y muy experta en arte..
Imaginaos que chollo haber tenido a un personaje así entre nuestros vecinos. La pena es que nosotros mismos quizás seamos los que más desconocemos su vida y obra, y que por no tener ni tenemos ni un mísero cuadro suyo. Por satisfechos nos damos con poner una plaza y un parque a su nombre y erigirle una estatua allá en los confines de la población..
Y ya que hablamos de Zurbarán, os cuento en dos pinceladas:
El abuelo de Zurbarán, Agustin de Zurbarán fue un vasco que se estableció en nuestro pueblo con su mujer, Isabel de Valdéz en 1582 (tiempos de Felipe II). Por aquellas fechas aún llegaban mucha gente del norte a buscarse las habichuelas entre nosotros. Y le fue muy bien porque en nada se convirtió en uno de los típos más ricos del pueblo. Llegó, incluso, a poseer varias casas alrededor de la Plaza, y hasta sirvientes y esclavos.
Agustín e Isabel tuvieron, ya en Fuente de Cantos, a Luis, que a su mayoría de edad montó una pañería con cierto éxito en la calle Llerena. Luis se casó con la jovencita monesteriense, Isabel Márquez, hija de un arriero y veinte años más joven que él. Ésta, casi adolescente mujer, fue la madre de nuestro pintor, Francisco.
Desde bien pequeño tuvo que destacar en la pintura, porque con solo 15 años ya estaba aprendiendo en el taller de Pacheco, en Sevilla, por donde había pasado también Velázquez.
A los 18 años viene a Llerena a realizar unos bocetos para la fuente de la Plaza Mayor; trabajo que aprovecha para visitar a sus padres aquí en el pueblo y realizar unos encargos para la Hermandad de la Madre de Dios de Fuente de Cantos, así como un lienzo para el retablo de la iglesia de Montemolin.
En Llerena y con sólo 19 años se casa con María Páez, diez años mayor que nuestro Paco Zurbarán y le da tres hijos, entre ellos a Juan, otro excelente pintor que muere muy joven, de peste, en Sevilla. Su mujer María muere también muy joven y vuelve a casarse, ahora con la rica llerenense Beatriz de Morales, también bastante mayor que él, ¡qué casualidad!..
Nuestro ilustre paisano vuelve a Sevilla a realizar un montón de encargos para diversos conventos sevillanos, y hasta pinta cuadros a destajo que vende muy bien en América. Está en su mejor época.
En 1634 con 36 años le llama su amigo Diego Velázquez a Madrid para pintar unas estancias en el palacio del Buen Retiro para Felipe IV, cosa que hace, y regresa a Sevilla para seguir con lo suyo, pintar santos. Muere su segunda mujer y se casa a los 46 años en terceras nupcias con Leonor de Tordera, también mayor que él; ¡siguen las casualidades!..
Nuestro pintor favorito vuelve a Madrid en 1658, tenía ya 60 años y no saldrá más de la capital. Su estrella había empezado a declinar, ya no era el pintor de moda, y es que allá en Sevilla destacaba un pintorcillo nuevo, Murillo, que le quitó el puesto y el favor de los conventos.
Muere Francisco de Zurbarán, el fuentecanteño más universal, a los 65 años en condiciones económicas bastante precarias. Se le enterró en el convento de los Agustinos Descalzos, pero se le perdió la pista a sus restos cuando se derruyó el convento para hacer la Biblioteca Nacional, en el actual Paseo de Recoletos, justo al lado de la Plaza de Colón.
He de deciros que Francisco de Zurbarán empezó a ser valorado realmente después de su muerte. Al acabar la Guerra de la Independencia, los franceses, entre ellos el mismo José Bonaparte (Pepe Botellas) y muchos de los mariscales de Napoleón en su retirada arramplaron con infinidad de cuadros suyos saqueados de los conventos de Sevilla o Madrid. Muchos de ellos están hoy repartidos por los mejores museos de todo el mundo.
Por cierto, de los dos hermanos de Francisco de Zurbarán, Agustín y Andrés (el mayor) sabemos que vivieron y se casaron en Fuente de Cantos. Éste último tuvo dos hijos que fueron clérigos en sendos conventos de Sevilla. Tal vez por meterse curas y no tener descendencias reconocidas se perdió el apellido Zurbarán en el pueblo..
Francisco de Zurbarán tuvo de ayudante y discípulo a un chaval originario de Fuente de Cantos, Diego Muñoz. Se lo llevó a Sevilla y luego a Madrid, incluso fue testigo de la boda de María, la hija de Zurbarán. Luego se le pierde la pista..
Joaquín
Algunas pinturas de nuestro querido paisano, Paco Zurbarán..
La defensa de Cádiz contra los ingleses (pintado en 1635) (Museo del Prado)
San Hugo en el refectorio de los Cartujos (pintado en 1645) (Museo Bellas Artes de Sevilla)
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