Poned sobre los
campos
un carbonero, un sabio y un poeta.
Veréis cómo el
poeta admira y calla,
el sabio mira y piensa...
Seguramente, el
carbonero busca
las moras o las setas.
Llevadlos al teatro
y
sólo el carbonero no bosteza.
Quien prefiere lo vivo a lo
pintado
es el hombre que piensa, canta o sueña.
El carbonero
tiene
llena de fantasías la cabeza.
--A. Machado--
--Lo reconozco, peco de curiosidad cuando se trata de fisgonear sobre asuntos amatorios ajenos---le decía a mi amiga la otra tarde---pero es que de cosas serias estamos saturados; no tienes más que ver cómo está el patio de la economía, la inflación y otras plagas---concluí--
Estábamos sentados en la terraza de un bar cercano. La temperatura era ideal, a pesar de la fecha, y la terraza estaba llena a rebosar de gente, así que había que levantar la voz para escucharnos. Hablábamos de cuestiones sexuales, pero no recuerdo por qué empezamos la conversación.
--Los temas sexuales ya no causan tanto interés como antes, Joaquín---me indicó ella--- Ahora cualquiera, y sobre todo nosotras las mujeres, podemos hacer con nuestro cuerpo lo que nos dé la gana. Además creo que los hombres para estas cosas sois más morbosos que nosotras, que pasamos más del asunto----me soltó con cierta indiferencia---
--Lo sé---contesté rápido---además de los personajes famosos de la actualidad lo sabemos ya todo, no hay más que recurrir a la cutrez de “Sálvame” o cosas parecidas para saciarnos con las obscenidades de cuatro mindundis de medio pelo, pero de los personajes históricos, que son los que a mi me interesan, tal vez menos.. Por cierto---insistí---aprovechando que Rusia está de actualidad, te voy a contar una cosa interesante de una chica rusa---le dije con ironía--
-Jajaja, o sea que me lo vas a contar sí o sí-- -se carcajeó mi amiga repantigándose en su silla cuan larga era--
--Es muy breve y te va a gustar. Te lo cuento mientras llega tu marido que está al caer. Ya sabes que él pasa de estas cosas. Fíjate-- -le puntualicé-- ¿has leído alguna vez algo de Catalina la Grande?. fue zarina de Rusia--
--No mucho, la verdad--
--Bien, pues a Catalina le costó a la pobre gozar del sexo porque su marido padecía de fimosis. Pero hete aquí que en cuanto llegó al poder y se echó su primer amante se desmadró la mujer. Según sus biógrafos practicaba sexo seis o siete veces al día y llegó a tener, ¡pásmate!, hasta treinta amantes fijos, aunque alguna vez la lista pasó de los ochenta. Y mira qué curioso, aun tenia tiempo para hacer voyeurismo. Su médico personal y su dama de compañía probaban personalmente a sus amantes antes de aconsejar a su majestad. Ella los miraba mientras por un mirilla-
--Dios mío, Joaquín, de dónde salen esas mujeres así. Ya me gustaría a mi tener ánimo para tanto. Ahora cuando llegue mi marido le pondré al corriente a ver si a él se le ocurre algo-- -se explayó mi amiga riéndose--
--Pues espera que te cuente lo de Cleopatra, qué también tiene migas-- -le advertí-- -ésta interesante mujer, que no guapa, era capaz de yacer con veinte jóvenes en una noche. Y seguro que lo haría estupendamente para que, sin ser una radiante belleza, encandilara a Julio César y Marco Antonio. Para que veas, amiga, que no sólo hombres han hecho locuras en esto del sexo, también algunas mujeres. Y tenían derecho desde luego----le dije--
En estas que vi llegar de lejos a su marido, tarde y cabreado porque no encontraba aparcamiento en la zona. Isabel se levantó de la silla y le hizo señas con la mano indicándole donde estábamos.
--Ya seguirás contándome, Joaquín. Voy a llamar al camarero para que le traiga una caña a mi marido que ya le veo la cara de sed..
Llegó su marido y nos pusimos a hablar del trafico. Volvimos a llenar las cañas y estuvimos de palique hasta las diez. Luego se fueron los dos y yo me quedé pagando la cuenta. Quedamos en vernos al día siguiente y retomar las anécdotas..
Joaquín
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