sábado, 31 de julio de 2021

Mi vecina de la calle Guadalcanal

                                                                                   




          No tomes muy en serio

lo que te dice la memoria.

A lo mejor no hubo esa tarde.

Quizá todo fue autoengaño.

La gran pasión

sólo existió en tu deseo.

Quién te dice que no te está contando ficciones

para alargar la prórroga del fin

y sugerir que todo esto

tuvo al menos algún sentido. 

--J. E. Pacheco--



Puri había terminado de peinarse su media melena rubia y ahora se perfilaba los ojos de azul con su lápiz de maquillaje; estaba guapísima.

Me había recibido a medio vestir cuando llamé a su puerta y enseguida continuó con sus cosas. Que le perdonara porque tenía prisa por bajar a la farmacia y hacer unas compras en casa de Manolo Maján, me había dicho. De ahí su frenético trajín. Yo entré sólo a saludarla, así que la dejé hacer.

Por la puerta entreabierta del baño la miraba. 

--Tienes una piel preciosa---le dije

Se ruborizó, lo noté, aunque no se alteró cuando me dio las gracias por el piropo. Enseguida me sacudí el hechizo de la bella visión y quise compensar mis halagos con algo más desagradable que había leído hacía unos días:

--Por cierto---bromeé----esa piel tan bonita que tienes está constituida por una capa externa formada por células muertas. ¿No te resulta una idea fascinante que aquello que te hace una chica tan bella y encantadora esté muerto?

--¡Vaya!, ya lo has estropeado, Joaquín, con lo bonito que te había quedado lo otro---me soltó contrariada. 

--Jajaja, lo siento, Puri, pero voy a ser todavía un poco más desagradable---le dije aún más descortés---esas células externas de tu piel se caen y se reemplazan cada mes. ¡Uy, ahora mismo tienes los hombros llenos!

Se giró hacía a mi y con cara de asco hizo amago de sacudirse la ropa. Luego se dio cuenta de que era una broma y me soltó, mohína, unos cuantos reproches. Eché otra carcajada y, envalentonado, le gasté un par de inocentadas más.

Terminó de arreglarse y vino hacía mi. Sonriendo me dio un leve toque con la mano en la nuca; me regañó. Al acercarse le vi la cara de cerca, comprobé su tersura y olí su aroma. Por un instante noté algo en mi cuerpo, algo que entendí como un deseo arrebatador de besarla, pero enseguida deseché la idea, no era el momento. 

Luego se colocó la chaqueta beige que pendía del picaporte de la puerta del baño y se colgó sobre el hombro un bolso azul que cogió de alguna parte. Me dijo adiós.

Yo cerré la puerta de su casa de un portazo y la seguí con la mirada hasta perderla de vista por la calle Guadalcanal. Al poco entré en la mía

No sé, noté en la mirada de mi mujer, que me esperaba en el comedor, cierta animosidad. ¿Habría visto algo?..

Joaquín





viernes, 30 de julio de 2021

Qué sabemos de Jack..

                                                                                 


   

Donde no hay imaginación, no hay horror.

--Arthur Conan Doyle--


Catherine Eddowes no tenía por qué ser victima del destripador, pero tuvo la mala suerte de pasar por la zona la misma noche y justo después de la frustrada carnicería de Elizabeth, a la que sólo degolló.. 

Jack, cabreado y fuera de sí porque no pudo consumar su festín diabólico con el cuerpo de Elizabeth, se encontró con la pobre Catherine de 46 años, que venia de estar con su amante, ¡y se recreó con ella!.

Un joven policía acaba de pasar por el mismo sitio donde apareció su cuerpo y no apreció nada raro, pero al hacer una segunda ronda la vio. Fue sencillamente horripilante. A la pobre la había casi descuartizado. Estaba tirada en el suelo boca arriba con la ropa subida hasta el pecho y abierta en canal . La había rajado desde la vagina hasta el cuello y sacado las vísceras y las tripas. Colgadas estaban en su hombro izquierdo, al igual que Annie Chapman, la primera víctima.. Y luego tranquilidad...

El mes de octubre pasó sin sobresaltos. Las prostitutas habían vuelto a su trabajo por las calles del barrio, los carteristas sisaban lo que podían y la policía intensificaba su vigilancia día y noche buscando a un asesino del que apenas sabían nada. 

Mary Jane Kelly, una jovencisima prostituta de 25 años le debía dos libras a su casero. Así que esa noche, 8 noviembre, debía hacer horas extras para complacerlo, pero nadie la vio salir..

A la mañana siguiente el casero envió al chico de los recados a la casa de Mary Jane a cobrar su deuda. Llamó el chico a la puerta, pero no abría nadie, Curioso, miró a través de un agujero en el cristal de la ventana... lo que vieron sus ojos jamás lo olvidaría.. Despavorido salió corriendo y llamó a su jefe. Entre los dos derribaron la puerta. Allí estaba Mary Jane, tumbada en la cama en medio de un charco de sangre y horror..

El destripador no había tenido compasión con ella. La había degollado, cortado las orejas y la nariz. El estomago lo tenia abierto de par en par y los pechos seccionados. Los riñones, el hígado y trozos de piel aparecían esparcidos por la cama y el suelo. Los ojos los tenia abiertos y con una última mirada de terror que daba espanto.

Es verdad que con la muerte de Mari Jane, la última mujer asesinada por el Destripador, hubo una novedad, le había sacado el corazón abriéndole el pecho y cortándole los vasos sanguíneos limpiamente, lo que dio pie a pensar que Jack “el destripador” era poco menos que médico o cirujano.. Y hasta ahí...

Los de Jack “el destripador” han sido los asesinatos en serie más crueles de la historia contemporánea. Tan famosos son que los alumnos de criminología estudian sus pormenores punto por punto. Fue un caso inverosímil, el tío se explayó de manera sangrienta durante un intervalo de apenas dos meses con cinco mujeres de la calle y luego despareció sin dejar rastro. 

Las preguntas que se han hecho autoridades, jueces, periodistas, historiadores etc, durante más de cien años acerca del asunto son infinitas; las conjeturas sobre Jack ilimitadas, y de la cantidad de libros, cuentos, películas o series que han versionado ni os cuento... Aún falta conocer a Jack..

Joaquín



Íntimos secretos de alcoba

                                                                                     




   
         Tanta es, niña, mi ternura,

que no reconoce igual.

Si tuvieras un caudal

comparable a la hermosura

de ese rostro que bendigo,

me casaría contigo.

Eres mi bien y mi norte,

graciosa y tierna Clarisa,

y a tener tú menos prisa

de llamarme tu consorte,

pongo al cielo por testigo,

me casaría contigo.

--B. de los Herreros--



Don Fernando y María Amalia se casaban. ¡Bendita jornada!, ¡el país tendrá heredero!..

Han terminado ya los actos protocolarios y el refrigerio está en los postres.. La pareja sube a sus habitaciones a consumar la coyunda procreadora, como es preceptivo. Pero, ¡Oh!, al rato se oye a D. Fernando dar unos gritos de espanto:

--¡Uy! ¡Joder, joder! ¡Qué dolor!---gritaba el susodicho

--¡Qué pasa! ¡Qué ocurre!---exclamaron sorprendidos los invitados

Y ven subir rápidamente al ayuda de cámara a comprobar.. 

Cinco minutos más tarde el ayudante baja raudo y muy preocupado en busca del médico personal de Fernando. Da con él y entran los dos en la habitación conyugal.

Pasan las horas.. Todo el mundo está expectante ávidos de noticias.. Es ya muy tarde.. 

Por fin, aparece el médico e informa a los consejeros y a la familia que esperan impacientes abajo. Les dice:

--¡Don Fernando padece de fimosis y no puede consumar el acto!

--¿Cómo?---preguntan asombrados los familiares 

El medico ordena al personal tranquilidad y silencio, y les explica:

--Don Fernando sufre mucho en la erección por la tirantez del frenillo que sujeta el prepucio y que hace enarcar su verga. Se le está aplicando baños de leche---palabras textuales.

Han pasado tres semanas y Don Fernando sigue en las mismas, con lo que ha tenido que ser llamado el famoso cirujano francés Vachel que, en cuanto ha visto el pene de Fernando, ha dado con la causa.

--¡Oh! ¡Mierda!---había vociferado el galeno

--¿Mierda?.---se extrañaron los allegados de Fernando... 

--Efectivamente, se le ha formado una costra de porquería entre el prepucio y el glande, que le es imposible, al guarro, consumar nada---explica Vachel

Lo de "guarro" es licencia mía.. Por cierto, D. Fernando es el Duque de Parma, nieto de Felipe V, un altísimo personaje, y María Amalia, la pobre, su sufrida mujer. Supongo que, en esas asquerosas condiciones, se abstendría muy mucho de practicar sexo oral durante bastante tiempo.

En fin...

Joaquín



 

jueves, 29 de julio de 2021

La fruta prohibida..

                                                                               



Pero hoy ¿dónde mirar? Un golpe mismo

hiere al Cesar y a Dios. Sorda carcoma

prepara el misterioso cataclismo,

y como en tiempo de la antigua Roma,

todo cruje, vacila y se desploma

en el cielo, en la tierra, en el abismo.

--Gaspar N. de Arce--


Julio César lo había recibido Cleopatra semidesnuda y envuelta en una preciosa alfombra. Sin embargo a Marco Antonio, su mejor amantelo deslumbró años despues subida en una falúa de oro bruñido, con velas de  púrpura y remos de plata, sobre el Nilo.

Tan seductora estaba ésa segunda vez que el bruto de Marco Antonio cayó rendido a sus pies nada mas verla. Apenas salieron de la alcoba durante un tiempo más que prudencial. Se gustaron de veras..

Y de la atracción física pasaron pronto al amor más profundo.. ¡Oh, el amor!, de lleno les impactó en sus corazones!..

En Roma, de donde procedía Marco Antonio, estaban escandalizados con el idilio: 

--¡Esa pelandusca lo ha engatusado!---murmuraban---

Creyeron seriamente que Cleopatra lo había hechizado. E insistían..

---¡Marco Antonio debe volver y cumplir su palabra de casarse con Octavia, una romana de pro!.

Y volvió, y se casó con Octavia, incluso tuvo dos hijos con ella, pero no pudo olvidar a Cleopatra, ni sus besos, ni su voluptuosidad.. En cuanto pudo repudió a Octavia y regresó a Egipto, a por la otra..

Y a la orilla del Nilo retomaron su amor y se hicieron promesas. Fueron meses, años incluso, de amor intenso. Ambos decían no poder vivir el uno sin el otro.. 

Pero el senado romano, muy ofendido, no iba a permitir tal osadía de Marco Antonio así que enviaron al general Octavio a combatirle. Durante la batalla que ambos sostuvieron, Marco Antonio recibe la falsa noticia: 

--¡¡Cleopatra ha muerto!!. 

Abrumado, y fiel a la promesa que una vez se hicieron, Marco Antonio se suicida..

Cleopatra se entera de la muerte de su amante y no puede soportar el dolor. Está cautiva en manos de los soldados de Octavio. Estos le permiten ordenar a sus criados que le trajesen una cesta de higos. Tiene hambre y sed, les dice.

Pero una palabra en clave que Cleopatra les hace pasar a los criados fue la solución; dentro de la cesta, con los higos, ¡le meten un áspid venenoso!..

Surtió el efecto deseado. Se la encontraron muerta tendida en su cama de oro macizo con la mordedura de la culebra visible en un brazo... Su promesa de amor eterno se ha cumplido, él murió, ella también..

Los tres hijos que tuvieron fruto de su intenso amor fueron asesinados horas despues... Eran tiempos turbulentos..

Joaquín

                                                Liz Taylor y Richard Burton en la película, Cleopatra

                                                                       


                                                

Sin noticias de Jack..

                                                                        



A quien actúa con maldad hay que desearle suerte..

tarde o temprano la necesitará..

--Anónimo--


Annie Chapman, regordeta de 46 años, se la encontró un policía a las 5,30 horas de la madrugada de un 8 de septiembre sentada en la acera, no muy lejos de donde fue asesinada Mary Ann, dos días antes..

Cuando Peter, el agente encargado de la ronda nocturna, se acercó a ella el grito de horror se oyó en todo el barrio. El asesino le había sacado las tripas y se las había colocado sobre su pecho. El útero y la vagina también había sido extirpados. Curiosamente sus pertenencias, cepillo de diente, pañuelo, peine.. estaban perfectamente bien colocadas frente al cadáver.

Sin embargo apenas tuvo tiempo el barrio de recuperarse del horror. No, porque...

La noche del 29 de septiembre de ese mismo año llovía a cantaros sobre la ciudad. Las patrullas que habían organizado los vecinos y la policía para atrapar al sanguinario asesino ya se habían retirado a descansar... 

Claro, que Elizabeth Stride, apodada “La larga” le había comentado en alguna ocasión a sus compañeras de calle que ella no tenía miedo.. A las 3,45 horas de la madrugada apareció su cuerpo en mitad de un callejón del mismo barrio...

El cadáver lo encontró, aún caliente, un vendedor ambulante que pasaba por la zona justo cuando la asesinaban. La casual irrupción del vendedor truncó otra carnicería sangrienta que ya preparaba el asesino. Elizabeth sólo fue degollada... qué suerte..

Joaquín

miércoles, 28 de julio de 2021

La chica que dejó plantado al novio en el mismo altar

                                                                               




Yo te amaré en silencio... como algo inaccesible,

como un sueño que nunca lograré realizar;

y el lejano perfume de mi amor imposible

rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás.

--J. A. Buesa--



Convidada a la boda de Micaelita Aránguiz con Bernardo de Meneses y no habiendo podido asistir, grande fue mi sorpresa cuando supe al día siguiente que ésta, al pie mismo del altar, al preguntarle el cura si recibía a Bernardo por esposo, soltó un «no» claro y enérgico 

Lo peculiar de la escena provocada por Micaelita era el medio ambiente en que se desarrolló. Me imaginaba el cuadro, y no podía consolarme de no haberlo contemplado por mis propios ojos. Me figuraba el salón atestado, la escogida concurrencia, las señoras vestidas de seda y terciopelo, con collares de pedrería y al brazo la mantilla blanca para tocársela en el momento de la ceremonia.

Y entre el silencio y la respetuosa atención de los circunstantes, el sacerdote formula una interrogación, a la cual responde un «NO» seco como un disparo, rotundo como una bala.

Me imagino también el movimiento del novio, que se revuelve herido; el ímpetu de la madre que se lanza para proteger y amparar a su hija; la insistencia del obispo asombrado; el estremecimiento del concurso; el ansia de la pregunta transmitida en un segundo: «¿Qué pasa? ¿Qué hay? ¿La novia se ha puesto mala? ¿Qué dice «no»? Imposible... Pero ¿es seguro? ¡Qué episodio, dios mío!... «

Todo esto, dentro de la vida social, constituye un terrible drama. Y en el caso de Micaelita a la par que drama fue inaudito. Nunca llegó a saberse de cierto la causa de la súbita negativa.

Micaelita se limitaba a decir que había cambiado de opinión y que era bien libre y dueña de volverse atrás, aunque fuese al pie del altar, mientras el «sí» no hubiese partido de sus labios. Los íntimos de la casa se devanaban los sesos emitiendo suposiciones inverosímiles.

A los tres años (cuando ya casi nadie iba acordándose del sucedido de las bodas de Micaelita), me la encontré en un balneario de moda donde su madre tomaba las aguas. No hay cosa que facilite las relaciones como la vida de balneario, y la señorita de Aránguiz se hizo tan íntima mía, que una tarde paseando hacia la iglesia me reveló su secreto:

---Fue la cosa más tonta---me dijo---ya sabe usted que mi boda con Bernardo de Meneses parecía reunir todas las condiciones y garantías de felicidad. Además, confieso que mi novio me gustaba mucho, más que ningún hombre de los que conocía y conozco; creo que estaba enamorada de él. Lo único que sentía era no poder estudiar su carácter; algunas personas le juzgaban violento; pero yo le veía siempre cortés, deferente, blando como un guante.

Llegó el día de la boda---prosiguió Micaelita--a pesar de la natural emoción, al vestirme el traje blanco reparé una vez más en el soberbio volante de encaje que lo adornaba, y era el regalo de mi novio. Había pertenecido a su familia de toda la vida, era una maravilla, digno del escaparate de un museo. Bernardo me lo había regalado encareciendo su valor, lo cual llegó a impacientarme, pues por mucho que el encaje valiese, mi futuro debía suponer que era poco para mí.

 Cuando eché a andar hacia el salón---me aseguró Micaelita---en cuya puerta me esperaba mi novio, al precipitarme para saludarle llena de alegría por última vez, antes de pertenecerle en alma y cuerpo, el encaje se enganchó en un hierro de la puerta, con tan mala suerte, que al quererme soltar oí el ruido peculiar del desgarrón y pude ver que un jirón del magnífico adorno colgaba sobre la falda. Solo que también vi otra cosa: la cara de Bernardo, contraída y desfigurada por el enojo más vivo; sus pupilas chispeantes, su boca entreabierta ya para proferir la reconvención y la injuria... No llegó a tanto porque se encontró rodeado de gente; pero en aquel instante fugaz se alzó un telón y detrás apareció desnuda un alma.

Debí inmutarme del disgusto--concluía Micaelita---por fortuna el tul de mi velo me cubría el rostro. En mi interior algo crujía y se despedazaba, y el júbilo con que atravesé el umbral del salón se cambió en horror profundo. Bernardo se me aparecía siempre con aquella expresión de ira, dureza y menosprecio que acababa de sorprender en su rostro; esta convicción se apoderó de mí, y con ella vino otra: la de que no podía, la de que no quería entregarme a tal hombre, ni entonces, ni jamás. Y, Sin embargo, fui acercándome al altar, me arrodillé, escuché las exhortaciones del obispo... Pero cuando me preguntaron, la verdad me saltó a los labios, impetuosa, terrible... Aquel «no» brotaba sin proponérmelo; me lo decía a mí misma.... ¡para que lo oyesen todos!

-¿Y por qué no declaró usted el verdadero motivo, cuando tantos comentarios se hicieron?---le pregunté yo-

-Lo repito: por su misma sencillez... No se hubiesen convencido jamás. Lo natural y vulgar es lo que no se admite. Preferí dejar creer que había razones de esas que llaman serias...

--Emilia Pardo Bazán--







La cuñada entrometida que rompió el matrimonio de su hermano

                                                                                




En Jerusalén se oyó una voz,

hubo lágrimas y gemidos:

es Herodes, que llora a su mujer

y no quiere que le consuelen

porque ya no existe..

--Mateo 2: 1-23--



¡Ay, Salomé!, ¡qué le hiciste a tu hermano, mujer!. Por tu culpa dejó a Mariam, la mujer que amaba. Tú le confundiste, le engañaste, le hiciste ver que te traicionaba, y todo por seguir mangoneando su vida. Era una chica encantadora y tú lo sabes.. 

Qué avariciosa, Salomé, qué egoísta y envidiosa fuiste.. Primero le hiciste divorciarse de aquella chica, ¿Doris se llamaba?, Sí, Doris, que también te caía mal; no querías obstáculos en tu camino, y ya sabemos que Herodes, tu hermano, tenía poca voluntad; la poca que tenía tú la moldeaste a tu antojo. Luego te empeñaste en malmeterlo con Mariam..

Déjame que te diga una cosa: tú sabías que Mariam tenía derecho a ejercer de esposa legítima, que lo era, sabías que tenía derecho amar a tu hermano, su marido, a tomar decisiones junto a él, tener hijos con él, pero tu alargada sombra en palacio lo jodió todo. ¡Qué ilusa aquella pobre chica!..

¡Ay, Salomé!, intrigaste sin escrúpulos, le hablaste mal de su familia, de sus apetencias de riqueza, y tu hermano te creyó. Tan bien llegaste a planificarlo todo Salomé, que tu hermano ejecutó a su cuñado y a su suegro basándose en pruebas falsas proporcionadas por ti..

Pero óyeme lo que te digo, Salomé, no acabaron ahí tus ansias de poder, ¡qué va!, te inventaste una supuesta traición de Mariam contra tu hermano, su marido. A él le costó admitirlo, pero en el juicio, amañado por ti, Salomé, Mariam fue declarada culpable y ajusticiada también, con lo que nadie de su familia quedó vivo, ¡pobrecillos!..

Lo que no esperabas, Salomé, era que tu hermano recapacitara y se arrepintiera. Pero ya era tarde, ajusticiar a Mariam fue lo peor que Herodes pudo hacer en su vida. Se lamentó amargamente el resto de su existencia, y tú lo viste con tus propios ojos. Poco a poco fue cayendo en una profunda melancolía; se dio cuenta que había amado a Mariam más de lo que creía. Y se volvió loco..

Y para tu desgracia, Salomé, Herodes murió de sarna y con el nombre de Mariam en los labios, ¡Ay, siete años, hasta su muerte, mantuvo su cadáver en miel!

Por cierto, cuando Herodes, tu hermano, falleció, un niño que iba a revolucionar el mundo daba sus primeros pasos; Jesús se llamaba. Apuesto que él hubiera perdonado tus maldades. ¡Pero tú qué ibas a saber si vivías sólo para la intriga y el poder!..

Joaquín

                                                                   

                                       Mariam y sus hijos camino de su ejecución






Crónica negra de Fuente de Cantos

                                                                                



¿Y si este mundo fuera el infierno de otro planeta?

--Aldous Huxley--


Corría el año 1887, y por las sombrías calles del barrio de Whitechapel, en Londres, Jack, "el destripador" iniciaba su macabra tanda de asesinatos en serie. Por esas mismas fechas, en Fuente de Cantos le pegan dos tiros en su casa de la calle San Julián a Diego de la Cruz Ramírez; se lo encuentran ya cadáver. Es un pasaje más de la crónica negra de nuestro pueblo, que la hemos tenido, como todo el mundo.

Si, porque unos meses más tarde del asesinato de Diego, le destrozan la cabeza de un disparo a Blas Pagador, de 23 años, soltero, vivía en la calle Olmo.. Y a Antonia Sanvicente Báez, de 18 años, que murió de manera instantánea de unos disparos en plena calle Isabel la Católica. 

Claro que poco antes habían asesinado en la calle Almena, a Nicanor Moreno Calvo, soltero. Pelaba la pava con la viuda de Antonio Encomienda. 

Y si nos remontamos unos años atrás, resulta que:

Francisco Jaraquemada, presbítero de 30 años, lo asesinan en el Pizarral. A Ramón Pinto de 20 años y a Juan Abadín de 32, de sendas puñaladas expiraron; ambos en el mismo año, 1848. Casi por las mismas fechas Alfonso Rodríguez Carvajal de 24 años aparece apuñalado en su casa de la calle Misericordia.. 

No os llevéis las manos a la cabeza, eran otros tiempos.

Tambien muy cruel fue la muerte de Antonio Casado, marido de María Guerrero. Y todo un misterio, porque su cadáver, ya frio, se lo encontraron una mañana en El Calvario, lo habían cosido a puñaladas y magullado a golpes..

Tampoco se supo nunca quién mató a Luis Ramón Santos, marido de María Girol; lo hallaron con el cuerpo destrozado en el Risco, junto al camino de San Isidro. Ni a Manuel Agudo, aparecido en las mismas circunstancias, pero en El Erizo.. 

En fin, podría seguir pero, para qué, bastantes asesinatos tenemos ya. No fueron muertes tan espeluznantes como las de Jack "el destripador" que despanzurraba a sus víctimas y luego les sacaba las tripas, pero Fuente de Cantos tampoco era Londres..

Joaquín

                                                                             

                                                   Plaza del Sol

                                                                            

                                                  calle Olmo, esquina Cristo

                                                                        

                                                           Desde el Rincón

                                                                         

                                                               calle Pizarro

                                                                          

                                                              calle Llerena

                                                                            

    
                                                            calle Nueva (Calvario)

                                                                                 

                                                              Guadalcanal

                                                                           

                                                      calle Virgen de Guadalupe

                                                                              

                                                        calle Virgen de Guadalupe


                                                                           

martes, 27 de julio de 2021

¿Quién ha hecho más por Fuente de Cantos?..

                                                                                     




         
          Atiborrado de filosofía,

por culpa del afán que me devora,

yo, que ya me sabía

dos gramos de vivir, nada sé ahora.



De tanto preguntar

el camino a los sabios que pasaban,

me quedé sin llegar,

mientras tantos imbéciles llegaban.

--Amado Nervo--



Entró muy cansado en la ciudad de Samaría. Con ropas polvorientas y el rostro empapado en sudor se dispuso a buscar la pensión donde pernoctar aquella noche. A un campesino que encontró a las puertas de la ciudad quiso preguntarle, pero unos leprosos que lo vieron de lejos corrieron hacía a él.

--¡Jesús!, ¡maestro! --Somos unos leprosos recién llegados de los alrededores. Nos hemos enterado que estabas por aquí y queremos que nos cures..

Diez eran los leprosos que se postraron ante él. Jesús posó sus manos sobre las cabezas de cada uno de ellos y sus llagas desaparecieron... ¡Fueron curados!. Los leprosos al verse curados se levantaron y se fueron eufóricos. Ni siquiera miraron atrás ni le dieron las gracias. Sólo uno de ellos se inclinó ante él y, llorando, le agradeció el milagro..

El campesino que había contemplado la escena miró sorprendido a Jesús y se extrañó de la descortesía de los leprosos..

El maestro no se irrito ni mostró gran sorpresa. De manera reposada le dijo al campesino..

--¿No habían sanado diez? ¿Dónde están los otros nueve?.. Sólo ha vuelto éste extranjero.. Y empezó a comprender a los hombres...

Sirva este pasaje bíblico para recordar nuestra ingratitud la mitad de las veces. ¿Quién no ha actuado alguna vez de manera parecida a los leprosos?... Las prisas, la indiferencia, la dejadez.. el olvido... Si, quizás un poco por todo...

Por cierto, y perdonad que aproveche, ¿le debe algo Fuente de Cantos a alguien?.. Si, ¿alguna institución o personaje ha hecho mucho por nosotros y apenas lo agradecimos?. ¿El franquismo? ¿La transición? ¿La democracia plena? Pues si alguien no me contradice yo diría que si y mucho, ¡a la democracia!..

Desde luego, con el franquismo nos fue fatal. Fueron los años de la emigración y la desolación más absoluta, eso es evidente. La transición se transformó en el punto de inflexión y de la recuperación de la modernidad, pero fue la democracia plena y la incorporación a la Unión Europea lo que nos dio el empuje definitivo para tener el pueblo moderno que tenemos hoy.

Debéis saber que jamás en su historia Fuente de Cantos ha estado al mismo nivel de desarrollo que cualquier otro del país como lo está ahora y desde hace treinta años. Europa nos insufló enormes cantidades de dinero para compensar el subdesarrollo y nuestras pésimas condiciones geo-sociales.

Sí, Europa y el trasvase de fondos entre las regiones ricas y pobres españolas ha hecho que Fuente de Cantos recupere un orgullo y un merecido resarcimiento económico que nunca tuvimos en la historia. A estos debemos agradecerles nuestra dignidad como pueblo moderno..

Joaquín.

                                                                 

                                             calle Cristo (antiguo barrio judío)

                                                                           

                                      calle Reyes Huertas (antiguo barrio morisco)

                                                                           

                                        torre nueva y torre vieja desde el Rincón

                                                                          

                                                               calle Zorrilla

                                                                            

                                            calle Esperanza (antiguo barrio judío)






 




lunes, 26 de julio de 2021

Los siete pecados capitales de Extremadura

                                                                                   




A la luz tibia de otoñal ocaso

entre marchitos arboles  torcía

mi errante senda el caprichoso acaso,

deidad hermosa y triste hallé a mi paso,

y eras tú esa deidad, Melancolía.

--Teodoro Llorente--



Pocos, por no decir ninguno, estamos libres de las flaquezas del alma, aunque siempre habrá algunos que le flaquee más de la cuenta. Os lo decía por los grandes pecados que arrastramos cada uno de nosotros ya desde la cuna según la iglesia católica, o defectos del corazón, según la tradición laica.

La Iglesia ha fijado siete como los pecados más imperdonables. Y realmente son siete vicios muy arraigados en la psique humana. Aunque, para mi gusto, la hipocresía, sin ser pecado capital, tal vez sea uno de los pecados más insoportables que cometemos los mortales. Gente que acosa, insulta, sentencia, humilla, critica, pero.. ¡Oh, curioso!, luego hacen lo mismo en privado pero multiplicado por tres..

Por ciento, apuesto a que no es la hipocresía el pecado más común de Extremadura, (aunque no falte algún que otro hipócrita por estos lares) pues sabido es que en los pueblos pequeños y medianos (que son mayoría en nuestra tierra) es la envidia el rey. Tened en cuenta que las relaciones sociales son más intensas que en las ciudades, donde uno se las ventila de manera más solitaria.

De los siete pecados capitales, no creo que los extremeños pequemos de avaricia. No, porque no somos codiciosos ni tacaños, más bien al contrario, despilfarradores... 

Ni me imagino que la lujuria abunde más que en otros lugares, aunque haya por aquí algún salidorro entre nosotros, que haberlos haylos como en toas partes.

¿Gula? Qué va.. No son tantos los gordos y gordas que nos cruzamos por la calle. Supongo que comeremos lo justo y sin ansia; el chorizo y el jamón más que comer, se degusta. 

¿Ira? Me temo que se cuentan con los dedos de la mano los iracundos que viven en nuestra región, no caen bien; apreciamos más a los pacíficos y encantadores. Entre otras cosas porque tienen más éxito social.. 

Y no niego que con algún soberbio o soberbia contaremos en Extremadura, pero es éste un pecado tan terrible, es cierto, pero tan subjetivo que cada cual tendrá el suyo en mente.. 

No pongo la mano en el fuego porque no tengamos algún perezoso u holgazán en la familia extremeña, pero siempre hemos sido gente muy trabajadora, conste; por lo tanto ajenos a la Pereza

No, definitivamente creo que es la envidia, y no la hipocresía, el pecado capital de Extremadura, exactamente igual que en la mayoría de los pueblos de España..

Joaquín