domingo, 14 de marzo de 2021

Dando el cante en Fuente de Cantos..

                                                                                       


 


Yo supe del dolor desde mi infancia;

mi juventud..., ¿fue juventud la mía?

Sus rosas aún me dejan la fragancia...

una fragancia de melancolía.


Potro sin freno se lanzó mi instinto,

mi juventud montó potro sin freno;

iba embriagada y con puñal al cinto;

si no cayó, fue porque Dios es bueno.

--Rubén Darío--



Ahora que la banda de música se pasea por las calles amenizando los oídos de la gente, mientras sigue los pasos de Semana Santa, me estaba acordando de la relación que tiene la música con Fuente de Cantos, y no es poca, creedme. 

Desde siempre hemos tenido en el pueblo orquesta o banda de música. Incluso hay datos de tenerla ya desde el siglo XVII, cosa inusual para una zona rural como era la nuestra.

No voy a comparar la tradición musical que tienen los levantinos con la de Fuente de Cantos, pero nunca nos ha faltado. En 1834 (tiempos de Fernando VII) tenia Fuente de Cantos siete mil habitantes y ya contábamos con una banda bien consolidada, con su reglamento y sus leyes especificas.

A principios el siglo XX, la cosa (musicalmente hablando) iba a más. Con casi diez mil habitantes entonces, conseguimos organizar una orquesta compuesta por más de treinta músicos uniformados y bien pertrechados de instrumentos, sufragado todo por el ayuntamiento; amenizaban fiestas, Semana Santa y cualquier evento importante que surgiera. 

Con el tiempo fue decayendo un poco nuestro ardor musical para volver a resurgir durante la república. Hoy tenemos una banda aceptable y una escuela de música donde se ejercitan unos entusiastas chavales y chavalas. Sin contar, por supuesto, el coro de música sacra, que más o menos numeroso nunca nos ha faltado, y por supuesto el coro rociero de honda tradición en Fuente de Cantos.. 

En fin..

Joaquín Yerga




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