viernes, 16 de enero de 2015

Globalización






      Uno puede estar a favor de la globalización y en contra de su rumbo actual, lo
      mismo que se puede estar a favor de la electricidad y en contra de la silla eléctrica.
              ( F.Savater)
 
 Desde siempre se ha a oído decir a la gente que aquí en España nos apuntamos sin pestañear a todo lo bueno que viene de fuera, especialmente si esto último no entraña mucho esfuerzo. Cuando digo lo bueno me estoy refiriendo a cualquier tipo de parranda como fiestas, modas, costumbres, nuevas tecnologías etc. Podría  poner  una buena cantidad de ejemplos.
   En tecnologías, el Whatsapp es la referencia  a destacar, nuestro suelo patrio es el país de Europa donde más extendido esta su uso, debe ser porque es gratis y fácil de manejar. De costumbres puedo enumerar unas cuantas, pero ahí va un dato, estamos copiando a los americanos la manera de alimentarnos, apostaría a que en nuestras grandes ciudades hay más burgers que en cualquiera de nuestro entorno europeo y no es una opinión. Si de fiestas hablamos, a las numerosas de todo tipo nuestras, estamos añadiendo las anglosajonas y las que se pongan a tiro: Halloween , Papá Noel, Santa Claus etc. y estas son las más infantiles e inofensivas hay otras más dañinas para adolescentes que obvio enumerar.
  Hablando de diversiones, acaban de finalizar una de las festividades más queridas y  entrañables, Los Reyes Magos  e imagino que estaremos todos de acuerdo de que está perdiendo terreno frente a la más agresiva  y vistosa de Papá Noel, bien es verdad que esta última acierta en fecha, se celebra en plena navidad y para cuestión de regalos y otras dadivas es mas práctico hacerlo al principio de estas por el tiempo libre que disponemos y las vacaciones infantiles  que al final.
  Hay que reconocer y continuando con las influencias externas  que los americanos( de ahí viene la mayoría de las innovaciones) son muchos más prácticos que nosotros , ellos siempre miran el lado de hacer negocio a todo lo que tocan y también  son más efectivos a la hora de hacer la vida más fácil a nuestros congéneres.    Nosotros aun nos regimos para las celebraciones por tradiciones muy antiguas, muchas de ellas de origen medieval y carácter religioso y otras ya anticuadas, constituidas también en épocas arcaicas y que nada tienen que ver con la actualidad. Nos dejamos llevar para esto por los sentimientos y costumbres de nuestros ancestros, creo que estamos supeditados de alguna manera por nuestra dilatada historia y ellos(los americanos) con tan solo doscientos años de antigüedad como nación y hecha esta con gente procedente de diversos países europeos  se rigen por otros criterios más funcionales.
  En los últimos años han abundado consejos (la mayoría de ellos procedentes de la iglesia y de otros estamentos con influencias)  recomendando a la población hacer caso omiso a estas celebraciones foráneas (sobre todo si  tienen raíces no católicas) y seguir con las nuestras pero me temo que están cayendo en saco roto, al final siempre se impone lo útil, sencillo y práctico y esto son cualidades procedentes,  casi  siempre, de allende el océano.
 Nos guste más o menos, poco a poco se está imponiendo en nuestra vida diaria la manera de vivir americana y por mucho que nos empeñemos en conservar lo nuestro estamos perdiendo la batalla. A nosotros y me refiero también a todos los europeos solo nos quedará la historia y el orgullo de ser los pioneros en esto de la modernidad.
  En temas  científicos y técnicos, vitales en nuestra vida diaria, los aparatos y aplicaciones sofisticados de Apple, Windows, Amazon, Google, Hewlett Packard etc. vienen todos de Norteamérica, y algunos ya de Asia; aquí en nuestro viejo continente algunas buenas marcas de coches alemanes y poco más. Si de utilización de redes sociales hablamos, una práctica usada ya por una inmensa mayoría de personas y con un futuro prometedor, todo lo que existe en el mercado tiene marchamo, made in USA.
  En economía se impone lo privado y el libre mercado porque es lo que funciona si queremos prosperar ante el empuje de otras potencias emergentes como china y el sureste asiático en general  que inventan, producen y venden más y para este sistema Estados Unidos está mejor posicionado. Nosotros los europeos estamos inmersos en políticas de superprotección, del todo gratis y eso es muy apetecible pero no hay quien lo pague. Eso sí, siempre nos quedará el turismo, en esta materia somos y seremos una potencia gracias a nuestra vieja civilización, a siglos de exquisitez  arquitectónica  y al desarrollo de un arte inigualable. Millones de japoneses, chinos, rusos y americanos  vendrán a visitar nuestras viejas reliquias y se dejaran los cuartos en Roma, Paris o Toledo y a nosotros nos permitirá mantenernos en tercera posición como zona influyente del mundo; hace unas décadas éramos la primera.
  En cuestión de ocio y entretenimiento puro y duro, parcela cada vez más importante en nuestras vidas y a la que dedicamos más tiempo afortunadamente, el ingenio y la supremacía de los yanquis es sencillamente abrumador comenzando por la industria cinematográfica de Hollywood y acabando con los restaurantes de comida rápida tan extendidos y aceptados aquí.
  En general  nos estamos apropiando y  adaptando a  la manera americana de vivir aunque luego despotriquemos por motivos inconfesables de ellos. Según las últimas encuestas España es el país de Europa más antinorteamericano, cosa curiosa teniendo en cuenta lo rápido que asimilamos sus inventos y costumbres.
  De toda la sincronización que nos vincula ya con otras culturas, tan solo un par de grandes asuntos que nos entretiene en grado sumo y ocupa gran parte de nuestros desvelos y tiempo libre escapa de las garras del Tio Sam, uno es el fútbol  y el otro, el muy nuestro, mundo de los toros; el primero fue un invento ingles y el segundo viene a menos de manera significativa.
  A los de mi generación y superiores  no nos será muy difícil mantener las tradiciones que nos inculcaron nuestros mayores porque es lo que hemos vivido en casi toda de nuestra existencia, lo tenemos muy arraigado y es ya parte de nuestra idiosincrasia, no así los más jóvenes mucho más receptivos a lo novedoso que acabarán, cuando no lo están ya, aceptando la globalidad uniformadora en conceptos, costumbres y formas de vida. Las viejas y particulares tradiciones atávicas nuestras se irán diluyendo en la totalidad del pensamiento único  y quedaran como objeto de estudio cuando no de exotismo. En unas cuantas décadas,  antes de lo que imaginamos, habrán desaparecido muchas culturas minoritarias y medianas y europeos, americanos o asiáticos, de manera simultánea, se divertirán con las mismas cosas, hablarán el mismo idioma,se vestirán con las mismas ropas, verán las mismas películas y comerán los mismos alimentos, aunque me temo que ya casi estamos en ello.
                                                                                             Joaquín Yerga
                                                                                               16/01/2015