sábado, 26 de julio de 2014

Un mundo convulso

                                                                       


 Soy un hombre. En consecuencia, todos
                                                                          los diablos residen en mi corazón.
                                                                                                     (G.K. Chesterton)
                                           

Cualquiera pensaría viendo o escuchando a los medios informativos  que pasan más cosas terribles ahora, en el mundo, que nunca: tragedias aéreas, guerras crueles como la sempiterna y recurrente Palestino-Israelí o la de nuevo cuño en Ucrania, amén de otras desgracias, sin obviar las de carácter natural. Pues me atrevo a asegurar que no es verdad, el mundo no se ha vuelto peor ni loco de repente, por lo menos más que en otras épocas.
   De las novedades que el mundo nos está ofreciendo constantemente quizás la de la inmediatez en conocer  lo que ocurre en cualquier parte y a cualquier hora me sorprende y seduce más. Los medios tecnológicos que disponemos actualmente y los que aparecerán en breve nos llevan a conocer situaciones o hechos acaecidos en alguna parte del globo en breves minutos, y es más, a tiempo real; eso es lo que sucede hoy en día y por eso la percepción de lo caótico.
   Jamás, en la mayor parte de la tierra, se han dado tantos años acumulados de paz y prosperidad como los que llevábamos ininterrumpidamente  desde hace más de cincuenta, salvo algunas desgraciadas excepciones. Si exceptuamos las dos grandes guerras mundiales que fueron globales, únicas en su dimensión territorial y en devastación, en cualquier zona del globo se desarrollaba algún conflicto o guerras soterradas entre vecinos, o no, y por cualquier zarandaja y lo que es más grave, las atrocidades que se practicaban por parte de los contendientes eran terribles, eso sí, el mundo no se enteraba; ahora para lo bueno y también para lo malo lo sabemos todo. Durante la cena o la comida en familia, en el calor de nuestro hogar, en los telediarios, se nos muestran casi a diario lo peor del ser humano en las diferentes partes del mundo.
  La gran diferencia de nuestro tiempo con respecto a lo que pasaba hace unas cuantas décadas es que ahora sabemos y conocemos  todo de cualquier país o territorio por lejano y atrasado que esté. Sabemos con más o menos exactitud los millones o de personas que pasan hambre en el mundo y si esta avanza o retrocede. Cualquier accidente o atentado terrorista cometido en China o en Rusia, en cinco minutos es trending topic en todos los móviles del mundo accesibles a  miles de millones de usuarios de toda edad y condición. Hace tan solo unas cuantas décadas  apenas teníamos información de lo que  ocurría allende nuestras fronteras, tan solo si eran muy graves y después de días de producirse la noticia.
  Todos estos adelantos, qué duda cabe, son positivos para la civilización pero a veces también por exceso de uso se revuelve en contra de esta, ejemplo de ello es la familiaridad con que contemplamos imágenes desagradables casi a diario, personas despedazadas en accidentes o atentados, niños escuálidos y hambrientos con moscas revoloteando su cuerpo desnutrido en países africanos  o guerras en directo con el corresponsal de la cadena de televisión de turno, micrófono en mano, entrevistando al combatiente, mientras cae destrozado por una bomba o una bala un compañero justo al lado. Con esta explotación de la imagen puede llegar el día en que no nos conmovamos por tragedias como las relatadas arriba.
  Aun así soy optimista y pienso que el mundo, a pesar de todo, es mejor que nunca incluso con todo lo malo que aun acurre. La mayoría de países ricos y democráticos,  y cada vez son más, aportan una parte de su PIB  para ayuda de los que están en vía de desarrollo, esto no pasaba antes. Empresas y personas opulentas (Bill Gates, Warren Buffet, etc.) han creado asociaciones de ayudas a países del tercer mundo, donando de sus fortunas personales inmensas cantidades de dinero para conseguir que vacunas contra el sida o la malaria, por ejemplo lleguen a estos depauperados lugares y toda la población  tenga acceso a sus bondades.
  Hoy en día, también en el mundo hay corporaciones de países (avanzados y respetuosos con los derechos del hombre)  supervisores del mantenimiento de la decencia humana. Cuando dictaduras, organizaciones  políticas  o revolucionarias se extralimitan en sus funciones y masacran a parte de la población indefensa por  motivos de cualquier índole, estas asambleas de países, bien sea dentro de la ONU  o de la Corte de Justicia Internacional son capaces de juzgar y castigar a los infractores con lo que obligan a futuros violadores de leyes universales a cuidarse muy mucho de saltárselas a la torera.
  El mundo queramos o no esta globalizado, ya es un pañuelo y cada vez menos gente puede actuar al margen de lo comúnmente establecido sin ser reprendido por ello. Es verdad que no todo está hecho aún hay mucho que mejorar, todavía hay gente que actúa con malas artes y con la escusa de la religión, el nacionalismo o el acopio desmesurado materias primas  masacran a compatriotas o vecinos sin reparo, pero vamos por buen camino.
  Hay países punteros en donde la civilización alcanza cotas inigualables. El respeto a las leyes, a la voluntad del pueblo y a los derechos humanos encuadra su forma de vida. Aquí se respetan todas las opciones sexuales y religiosas, cada sujeto es libre de pensar y actuar como prefiera, el único límite es la libertad del prójimo. Hay también libertad absoluta de prensa y transparencia en la forma de gobernar; los ciudadanos de estos, cada vez más, privilegiados países tienen los derechos básicos cubiertos y se pudiera decir que están razonablemente satisfechos. Estas naciones serán imitadas tarde o temprano por el resto de la humanidad, así ha sido siempre y lo seguirá siendo.
  Hoy, que sabemos que somos una pequeña mota en la inmensidad del universo, que estamos aquí de paso y ese paso es breve, tendrá que llegar el día en que la mayoría de la gente comprenda que no merece la pena pasar la corta vida de la que disponemos peleando o exterminando a nuestro semejante, hay cosas más importantes e interesantes a lo que dedicar la existencia, sobre todo mas éticas.
                                                                                                   Joaquín Yerga Sánchez
                                                                                                                26/07/2014

                                                                                                                                                                                   

lunes, 14 de julio de 2014

PSOE

El socialismo es la más perfecta y admirable realización del ideal pedagógico social, su fin, conducir al hombre a la vida completa.
     (Andreu Nin )
El socialismo es  la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia, la prédica a la envidia. Su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria.
( Winston Churchill)  

Que cada cual escoja.
 (J.Yerga)                                                        

                                                                                        
El partido socialista ha sido clave en la reciente historia de España. Fundado por Pablo Iglesias (el tipógrafo, no el politólogo de moda) a finales del siglo XIX, ha pasado en estos años (casi un siglo y medio) por diversas vicisitudes. De ser un partido marxista y anticlerical en las décadas siguientes a su nacimiento, colaborar más tarde con la dictadura de Primo de Rivera, y radicalizarse años antes de la guerra civil, participando junto a la CNT en la sublevación de Asturias. En esta etapa  engendró líderes tan reconocidos y apreciados como Besteiro o Indalecio Prieto, moderados con sentido amplio de la política europea del momento, personajes ambos dialogantes con intención de anteponer el bien general de la nación a ideologías extremistas, pero también alumbró a ideólogos revolucionarios  partidarios y simpatizante de la antigua URSS de Stalin como Largo Caballero, autor de la frase, el socialismo es incompatible con la democracia. De todas maneras esas posturas duras, marxistas y medio subversivas estaban en parte justificadas teniendo en cuenta el contexto de la época, en donde los proletarios carecían de los derechos más elementales y las clases bajas permanecían ignorantes y paupérrimas.
A partir de la transición y después de un periodo mediocre, cuando no opaco, durante la dictadura de Franco, resurge de la mano de Felipe González. Es en esta época cuando el partido se convierte en hegemónico y vital para la prosperidad y estabilidad de nuestro país. Conscientes de que para gobernar  una nación democrática, europea y con los socios más importantes del globo como Francia, Inglaterra, USA etc. habría que renunciar al marxismo, lo hace y se convierte en un partido de mayorías, con ideas propias pero moderadas como la aceptación del sistema capitalista de mercado, de la monarquía parlamentaria y de la permisividad con las actividades de la iglesia católica, comprendiendo que esta era aun mayoritaria en el sentimiento religioso de los españoles.
Poco a poco,  aun con la UCD en el poder, se iba vislumbrando sus intenciones, después, ya en el gobierno y con la legitimidad que le dieron los españoles ávidos de ser guiados por un partido de izquierda, cosa que no había ocurrido desde antes de la guerra civil, fue perfeccionando, cuando no transformando todo lo bueno que ya había emprendido el partido de Suarez.
Con Felipe González como presidente, el partido se hizo más pragmático, se modernizó y tuvo que renunciar a muchos de sus ancestrales ideales. España entró en el mercado común europeo, con todo lo bueno que ello supuso, en la OTAN , imprescindible decisión para pertenecer al selecto club de naciones occidentales democráticas  y el país creció en derechos y en economía como nuca lo había hecho antes.
También en esta época y gracias al trasvase de fondos de la UE y de otras regiones ricas del país, la España profunda y depauperada cambió radicalmente, se hicieron las primeras autovías y el primer Ave. En materia de seguridad interna se domesticó a las fuerzas armadas para que nunca más oyéramos  los sempiternos ruidos de sables de los jefes del ejército más conspicuos. Luego a partir de 1996 debido a varias cuestiones turbias perdió el poder que pasó a manos del otro gran partido de la nación, pero su labor y su impronta, necesaria por otra parte, quedó en el alma del país que ya no volvió a ser el mismo afortunadamente.
Toda esta magnífica labor la realizo un Psoe que supo y quiso actualizar y adaptar sus principios a un mundo ya diferente a cuando se creó allá en el 1879, un partido y unos dirigentes que antepusieron la prosperidad y estabilidad de todos los españoles conscientes de que debían renunciar a mucho para conseguirlo todo.
Ahora ha pasado el tiempo, las circunstancias son otras pero el esfuerzo ha realizar es muy parecido al de entonces. La crisis que hemos padecido ha hecho mella en todos los partidos convencionales  y este no se ha librado. En mi opinión y ahora que acabamos de saber que el nuevo líder a dirigir la organización es Pedro Sánchez, de los tres candidatos el mas capacitado, hace falta un periodo de honda reflexión  y revisar todas las premisas primordiales del partido.
El éxito de algunas organizaciones de ultra izquierda en el panorama político español no debe confundir al Psoe  y llegar a hacerle pensar, como muchos creen, que para ganar posiciones y recuperar su antaño esplendor hay que virar mucho más a la izquierda, a mi entender se equivocaría. Si el partido gano dos elecciones generales por mayoría absoluta con González y volvió a ganar años después con Zapatero otras dos elecciones no fue precisamente por ocupar espacios extremos, sino por ser un partido de centro izquierda que a mi parecer son la tendencia mayoritaria de los españoles. Ya lo dijo aquel, el Psoe es el partido que más se parece a España.
Si a un español medio se le pregunta cuál es su ideología, responderá con seguridad que es de izquierda o centro izquierda de toda la vida pero si desmenuzamos ese magno pensamiento por partes, a la manera de preguntas, las respuestas a todas aquellas no coincidiría con su posición general, por ejemplo…gran parte de ellos que se considera afín a esa doctrina, no consentiría una Cataluña independiente, ni les dejaría votar en una consulta; serian muy duros con las leyes de seguridad ciudadana ( la opinión que circula por mentideros es que los criminales entran por una puerta y salen por otra),incluso en un referéndum que se hiciera a favor o en contra de la pena perpetua o de muerte a grandes delincuentes o terroristas no tengo dudas del resultado, he oído en varias ocasiones a gente mayor que alardean de ser votantes de Izquierda Unida decir que con Franco no pasaban estas cosas. En el tema de la inmigración masiva, en mi opinión una gran mayoría de compatriotas estaría a favor de endurecer las leyes para impedir ese fenómeno contemporáneo que creen que les perjudican. Todas estas, supuestas respuestas y mas que omito, atendiendo a hipotéticas ideologías, pertenecerían a  personas de derechas y sin embargo como dije antes son gente que votan a partidos de todo el espectro de la izquierda.
Soy de la opinión de que un partido Socialista fuerte y con futuro es vital para España junto con los conservadores, debe tener muy en cuenta sus prioridades y la de los ciudadanos que les votan. Hay líneas rojas que no se deben traspasar,sobre todo en la estructura del estado. A la hora de hipotéticas escisiones de algunas regiones del país hay que tener las ideas claras, el poder reside en todos los españoles que es la base de toda democracia y son las leyes que nos hemos dado, no vale el vacuo concepto de que los pueblos tienen derecho a decidir su futuro, en la creencia de que estos pueblos estuvieran oprimidos. Imaginemos por un momento que La Moraleja (15.000 hab. y con un PIB superior siete veces al resto del municipio de Alcobendas 120.000 hab.  al que pertenece, se quisiese independizar, cosa que ya intentó en el pasado reciente ) ¿qué pensarían los dirigentes de la Izquierda de este país ¿ pues algo parecido ocurre con Cataluña y el País Vasco con respecto a España ¿ donde se recaudaría el dinero para financiar a los menos favorecidos de las regiones más pobres Andalucía y Extremadura ( por cierto con mayorías decimonónicas de izquierda)?
Otra línea roja que debe tener en cuenta el nuevo partido renovado, la forma de gobierno, actualmente monarquía parlamentaria, cualquier proposición nueva, léase republica o federalismo debe ser consensuada con la otra mitad ideológica del país, no se puede cambiar leyes básicas con el rechazo profundo de la mitad del censo y para terminar debe haber acuerdo si o si con el otro gran partido, y también forman parte de la estructura de la nación, la política exterior y la irrenunciable separación de los tres poderes básicos del estado el legislativo ,el ejecutivo y el judicial.
Con estas grandes miras el partido tendría las simpatías de gran parte del pueblo español, al margen claro está de las proposiciones que tenga para el resto de políticas que esto está, faltaría más, en su derecho de aplicarlas. Confiemos.
                                                                                                              
                                                                                                                                      Joaquín Yerga
                                                                                                                                            14/07/2014

  

sábado, 5 de julio de 2014

Un lugar de cuyo nombre sí quiero acordarme.




No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
(Borges)


Venir al mundo en Extremadura quizás no haya sido lo mejor que me ha pasado en la vida; ni a mí ni a muchos compatriotas. Me tocó nacer en la región de España con la mayor probabilidad de emigrar por metro cuadrado. De hecho ya lo hicimos casi un millón de nosotros a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. En la mayoría de los pueblos de la región se pudiera decir lo mismo; que no hay unidad familiar en la que alguno de sus miembros no habite en un lugar distinto al que ha nacido, y esto es mas triste de lo que pudiera parecer... 
Y es que no es un buen negocio dejar atrás: amores, sueños, vidas… tantas cosas; y volver a empezar lejos, en otra parte, en otra ciudad. Deambular por calles extrañas, buscar nuevos amigos, aclimatarse... no, no es fácil. Sin embargo los humanos tenemos una capacidad de adaptación sin limites, y los extremeños, en particular mas si cabe, porque allá donde “sentamos los reales” nos combinamos a la perfección con los naturales. Esto es así hasta el punto de que muchos no han regresado jamás a la tierra de sus ancestros. Aunque me temo que esto no es motivo, precisamente, ni de vanaglorias ni de orgullos.
La palabra (topónimo) Extremadura proviene del término “extremo del país”, es decir, parte final o fronteriza del Reino de León. Extremadura fue conquistada y poblada con gente del feudo leones cuando éste era, digamos, un territorio independiente. Castilla tuvo también, en Soria, su Extremadura por la parte oriental. Ya nos lo indica su escudo heráldico (Soria pura cabeza de la extrema dura).
Cuando los cristianos (leones y castellanos mayoritariamente), arrebatamos ésta tierra a los musulmanes durante los siglos XII y XIII, se hicieron cargo de ella las órdenes militares, y con ello comenzó el reparto tan desigual de la tierra. El privilegio que los reyes otorgaron a la ganadería y con ella a la Mesta y a la trashumancia en detrimento de la agricultura, contribuyó de forma notoria a la formación de grandes latifundios. Pasado el tiempo se agravó este problema con la confiscación de los bienes de la iglesia en el siglo XIX, por parte del gobierno, fueron las llamadas leyes de Mendizábal o desamortización. Estas enormes propiedades del clero, que se habían formado gracias a donaciones de particulares durante siglos se expropiaron (con la intención de recaudar dinero para financiar los costes de las Guerras Carlistas) y se vendieron al mejor postor. Qué duda cabe que los únicos que podían comprarlas y en considerables lotes eran los dueños de grandes fortunas. Así que en vez de arreglarse el asunto se mantuvo o incluso se agrandaron las enormes fincas.
Como es sabido, estos latifundios eran pocos productivos pues los dueños no necesitaban mucho para vivir bien. Muchos de ellos residían en Madrid y pertenecían a la rancia aristocracia. Otros eran burgueses enriquecidos por nuevos negocios. Con este pésimo reparto de las tierras se fomentó las dos clases sociales típicas del sur hispano, y tan dispares, por cierto; los dueños de las fincas, (señoritos terratenientes), una exigua y poderosa minoría, y los jornaleros, inmensa, pobre y analfabeta mayoría.
Otros de los motivos que impidió a esta tierra desarrollarse fue la escasez de grandes ciudades y la consiguiente falta de clase media burguesa. De todos es conocido que éstas son los motores de desarrollo y progreso del mundo occidental.
Hasta principios del siglo XX la población de la región se mantuvo, incluso seguía creciendo. España era un país básicamente agrícola y ganadero y todo el sur era más fértil. Pero a finales del XIX entró fuerte la tardía revolución industrial, basada principalmente en el hierro y el acero del norte (gracias al descubrimiento de minas de hierro en la zona) y el textil en Cataluña, (favorecido por los severos aranceles que los patrones catalanes exigían al gobierno central). Ello hizo que estas regiones necesitaran mano de obra, por otra parte mejor remunerada. Y comenzó la despoblación del suroeste ante la desidia de los gobiernos de turno.
El franquismo no aportó nada al desarrollo de la región. Más bien al contrario, durante estos años se produjo el mayor éxodo hacia las regiones antes mencionadas y a Madrid. Solo una pequeña aportación con el llamado “Plan Badajoz” asentó a parte de la población en los nuevos pueblos creados en el valle del Guadiana. Aun viven de los regadíos mucha gente en estas feraces tierras.
Soy de los que piensan que el porvenir de Extremadura está por llegar, pero todavía faltan décadas para ello. Ahora el panorama no es muy halagüeño precisamente. Con una tasa de paro de las mayores de España y a la cola en todos los niveles de bienestar y desarrollo que se midan, no me imagino por donde vendrá su despegue. Quizás el turismo puede ser una de las patas en las que se asiente este desarrollo. Tenemos una tierra casi virgen, precisamente gracias al subdesarrollo que hemos padecido; con dos grandes ríos que la atraviesan de este a oeste, lo que nos ofrece múltiples posibilidades en este terreno. La cercanía con Portugal (Extremadura está a mitad de camino entre la zona mas rica de Portugal y Madrid) también puede ser otro motor que impulse las inversiones.
Entre los años cincuenta y setenta salieron de la región camino de otras latitudes, más de 800.000 extremeños, es decir la mitad de su población, eso es una barbaridad. Ahora viven aquí poco más de un millón de habitantes. Quiero dar un dato que me parece interesante, si sumamos a los residentes actuales los que nos fuimos y sus descendientes, darían un censo de casi tres millones, con lo que sería una de las regiones más pobladas de España. Por aportar otro dato significativo, la ciudad con más extremeños de España, no es Badajoz capital (con 170.000 habitantes), es Madrid donde residimos más de un cuarto de millón. En Cataluña otro tanto.
En la mayoría de las llamadas ciudades dormitorios (aunque ya tienen vida propia) que circunvalan Madrid o Barcelona, hay más extremeños o descendientes de éstos que en cualquier población de la región, por muy grande que sea (si exceptuamos Mérida y las dos capitales provinciales) Véase Móstoles, Alcorcón, Fuenlabrada, Hospitalet, Cornellá etc.
Actualmente los extremeños que salen de allí son pocos y por desgracia para la región suelen ser jóvenes universitarios muy preparados que buscan oportunidades en grandes zonas metropolitanas (Madrid y Sevilla básicamente) cuando no en otras partes del mundo, y esto merma en parte el progreso. A mí, como a cientos de miles de extremeños que estamos fuera, cualquier avance o igualdad con otras zonas mas ricas ya me llega tarde pues hemos rehecho nuestras vidas fuera. Aunque eso sí, siempre será nuestra tierra y nos alegraremos infinitamente que Extremadura deje de ser sinónimo de atraso y emigración.
Dicho queda...
                                                                       Joaquín Yerga
                                                            


martes, 1 de julio de 2014

Bipartidismo




Aunque el bipartidismo hoy en día no esté precisamente de moda creo que a nosotros no nos viene mal. España no es como Italia donde la política va por un lado y la economía por otro, de hecho aquí llevan décadas en desgobierno y sin embargo el país sigue creciendo y aun situado entre los siete países más ricos del mundo en PIB.  Aquí, en nuestro país necesitamos estabilidad gubernamental  y si es posible mayorías absolutas, lo digo así de rotundo.
  Puede sonar mal  pero a los hechos me remito. De los cuarenta años que llevamos de democracia  y en los que tanto hemos prosperado, una gran parte de ellos han sido con mayorías  parlamentarias, bien del Psoe o del PP. Creo que con esta composición de las cámaras se pueden aprobar leyes que siempre estarán redactadas con buena intención, en provecho de la mayoría de los españoles y sin necesidad de componendas con minorías nacionalistas insolidarias o partidillos de ideología extrema o peregrina.
  Es verdad que en los últimos años los dos partidos mayoritarios  con posibilidad de gobernar han defraudado a gran parte de los ciudadanos, se ha cometido muchos abusos y una pequeña proporción de políticos de estos dos partidos están imputados o directamente condenados por malversación de caudales públicos o por financiación ilegal, pero eso ha sido posible por dos grandes realidades: una, las dos décadas de vacas gordas en donde todo valía (en todos los estamentos de la sociedad, no solo en el plano político) y dos, estos partidos llevan gobernando cuarenta años entre los dos, en la administración central, autonomías y ayuntamientos, por lo tanto son los únicos que tienen poder y con ello posibilidad de delinquir. Está claro y el tiempo lo demostrará que todo el que toque moqueta  es susceptible de ser corrompido sea de cualquier ideología o partido político, esta anomalía se da en las personas no en las instituciones.
    En la mayoría de países desarrollados y estables del mundo predomina las dos consabidas y naturales tendencias de carácter político-social;  derecha e izquierda o lo que es lo mismo conservadores  y progresistas. Agrupados así diluyen radicalismos peligrosos en ambas partes, absorben y centralizan a los extremos.
    El partido conservador en España (PP) aglutina a todo el espectro de la derecha, desde el liberalismo más individualista hasta los neonazis, pasando por los cristianodemócratas, nostálgicos de la dictadura, monárquicos etc. sin olvidar algunos republicanos suaves. Estos son partidarios de la mas estricta aplicación de las leyes anti delincuencia, del orden, de la propiedad privada, de minimizar el estado,(porque así habría menos gasto y se pagarían menos impuestos). Habría que tener en cuenta que los posibles votantes de esta ideología serian los más pudientes: empresarios, ejecutivos, emprendedores, clase media etc., es decir los que más tienen que perder pues poseen más patrimonio y mejores sueldos, también son los más activos, creativos y los que más arriesgan.
   En el terreno religioso, los católicos más fervientes, por otra parte mayoría en España, junto con los menos practicantes, encuentran en la derecha su ideario más afín, se incluye entre los primeros los antiabotistas, precisamente por cuestión confesional. También han sido siempre, por lo menos a priori, los más patrióticos, defensores de una nación única, central  y con el castellano como principal idioma .Todo esto es real, pero hay otros españoles que están surgiendo y cada vez son más numerosos, que votarían a un centro derecha con veleidades proabortistas, aconfesional y federalista.
   En el Psoe , el otro gran partido, la otra pata del bipartidismo reúne en su seno solo a parte de la izquierda, se pudiera decir que los moderados, partidarios de la propiedad privada pero con un estado grande mas redistribuidor de la riqueza. Encontraría su fuente de simpatizantes entre los jóvenes, en sectores rurales del sur y en los medios urbanos menos acomodados, ávidos de incentivos de todo tipo.
    El gran problema que se encuentra actualmente esta parte de la izquierda moderada es la pérdida de sus ideales ancestrales. Una vez derruido el muro de Berlín y mostrado al mundo occidental, incluidos nostálgicos socialistas, el panorama tan desolador que había en los antiguos países comunistas, se acabó de golpe con la utopía, sostenida durante siglos, de un mundo justo en donde todos los ciudadanos sean iguales, sin ricos ni pobres. Estos países por cierto, solo lo habitaban gente pobre y sin derechos.
    Una vez demostrado que el menos malo de los posibles sistemas de gobierno, el capitalista democrático, donde la propiedad privada es el motor que moderniza y hace progresar al mundo, no hay argumentos de peso que mueva masas de votantes, como antaño, a favor de las doctrinas mas de izquierdas o totalitarias.
    La izquierda por tanto, perdida la batalla de la economía, ha tenido que buscar nuevas metas para ilusionar a su gente entre las que encontramos: la ecología, los derechos humanos en el mundo, la igualdad de sexo etc. todas muy loables pero también algunas muy equivocadas, sobre todo en España, como son por ejemplo la indefinición, por no decir en muchos casos el apoyo incomprensible a nacionalismos periféricos, egoístas y  racistas y la consiguiente aptitud absurda y vergonzante a todo lo español, esto ha hecho que muchos no sepan dónde está su sitio.
    La otra izquierda, más radical, curiosamente casi desaparecida en la mayoría de países desarrollados, aquí en España, aprovechándose de la crisis y de que nunca han gobernado, con lo pueden jugar con pólvora del rey, está en auge, incluso nutriéndose de los desencantados del socialismo moderado con lo que la pata izquierda del bipartidismo está quebrada y eso no es bueno para los intereses del país.
    A mi entender, después de todo lo que ha pasado y aprendida la lección, al igual que en el resto de países importantes, en el bipartidismo esta el futuro. Con unos partidos políticos reagrupados en dos grandes bloques: conservadores y progresistas, pero honestos, transparentes y con ideas claras.
  La delgada línea que separa estas dos ideologías debe ser mínima porque el mundo moderno no da para mas; en todas partes de occidente  son proclives a un capitalismo moderado y democrático, con respeto a los derechos humanos, estado laico, leyes justas e igualitarias y seguridad jurídica para mercadear en este mundo globalizado.
  La consabida cita de que los extremos se tocan, nos da una idea de lo nefasto que seria para la unidad de España y para un desarrollo sostenible de nuestro país, el que algún día nos encontremos con un mapa político compuesto de multitud de partidillos radicales sin posibilidad de pactos, ofreciendo cada uno el oro y el moro  y haciéndolo ingobernable, seria pasto de nacionalismos periféricos, de tendencias bananeras o demagogos antediluvianos. El retroceso seria considerable,  ¡que dios nos coja confesados si eso ocurre!

                                                                                                                 Joaquín Yerga
                                                                                                                         01/07/2014