martes, 30 de agosto de 2016

Te quise tanto que...

Desde que te fuiste creo que el infierno está vacío, 
todos los demonios están aquí, conmigo.
 


 Cuando Pedro enviudó, quedó desolado y con él sus dos hijas adolescentes…. Acababa de cumplir cuarenta y cinco años.
   Bien es verdad que, antes de casarse había disfrutado de una vida más o menos plena en lo concerniente, digamos…al amor,  y tenido un par de aventurillas,  llamémosla…  serias pero… después de un feliz matrimonio y pasar veinte años junto a su mujer, evidentemente llegó a postergar esos entornos y ambientes, y  se centró en su nuevo mundo con la familia… su familia.  
  Tanto tiempo junto a ella,  y dedicado en lo afectivo solo a ella, le marcó para siempre… le hizo habituarse a su manera de ser y de vivir,  de tal forma que,  después del mal trance pasado, todos le auguraban un futuro incierto, o cuanto menos de mucho sufrimiento.
  Algunos amigos y conocidos,  incluso sus hijas,  con insistencia, le animaron a salir y divertirse, al verlo tan decaído y apático, en cuanto pasó un tiempo prudencial de la desaparición de su mujer… sin embargo, él  se resistía,  alegando el mucho amor que le profesó a su extinta compañera… siempre le pareció, de alguna manera, una falta de respeto hacia ella…pero… ante la obstinación de sus allegados por mejorar su felicidad, de las primeras  negativas tan rotundas por su parte, siguieron las dudas, y a éstas,  la aceptación de los consejos al respecto que le dieron por doquier…Al final, sin proponérselo,  se animó y casi un año después comenzó a hacer algunas salidas para… distraerse.
 Junto con un par de conocidos del barrio (un viudo y el otro solterón) que le habían sugerido,  poco a poco se vio  envuelto en salidas  nocturnas y,  entrar en un entorno social, que no había vuelto a vivir desde hacía décadas…  Frecuentó con cierta asiduidad  algún que otro garito y discotecas para maduritos, y con ello llegó lo inevitable… conoció a otra mujer.
  Lucia  era divorciada y con un hijo ya mozalbete de quince años… Ella le manifestó  y él así lo constató más tarde,  que solo buscaba un poco de entretenimiento y evadirse de los problemas cotidianos, por lo menos  un par de veces al mes, sin más pretensiones.
  Rubita teñida, treinta y seis años bien llevados, regordeta, y no muy alta…pero... bien proporcionada, era además muy simpática con lo que se daba todos los condicionamientos para que Pedro acabara sucumbiendo a sus encantos, en cuanto se conocieron.
  El azar, caprichoso él, quiso que la ocasión para su primer encuentro se diera en una concurrida sala de baile del centro que estaba de moda…la excusa…la necesidad ineludible de pareja para bailotear una salsa…Bailaron, hablaron y se gustaron, que no fue poco para empezar.
   -¿Qué tal?... ¿Te atreves a bailar esta salsa?...  -Le dijo él, acercándose a su lado y esforzándose en mostrar una sonrisa, la primera vez que le habló.
   -Sí,  vamos…pero…no esperes mucho, apenas se dar unos pases…  –Le contestó ella  sonriendo y de manera escueta, mientras se levantaba dirigiéndose a la pista de baile.
  El ya se había fijado en ella al poco de entrar en la discoteca…la vio contoneándose al ritmo de una pegadiza rumba y luego no la perdió de vista, hasta que se atrevió a invitarla a bailar…Lucia no estaba sola, le acompañaba una amiga visiblemente mayor que ella y  poco agraciada…Iba ésta imbuida en un vestido rojo chillón, muy largo y pasado de moda.
  Terminó la salsa y, aunque no destacaron precisamente por su bien bailar,  se atrevieron después con un par de pasodobles más pausados que repusieron y que les permitió hablar de cosas más íntimas y conocerse mejor.
   Dos o tres meses bastaron para hacerse imprescindibles el uno al otro…De verse un par de veces a la semana llegaron a la necesidad perentoria de vivir juntos.
  Al hijo adolescente de Lucia, la idea de ver a su madre con un nuevo novio no le supuso ningún quebradero de cabeza...De hecho su padre había vuelto a casarse por segunda vez al poco tiempo de divorciarse de Lucia, su madre.
  Cosa bien distinta fue la actitud de las hijas de Pedro…éstas se negaron a considerar a Lucia como algo sustancial en la vida de su padre…En un principio sobrellevaron la nueva relación con indiferencia, pensaron, que sería todo flor de un día… después…a pesar de ser ellas las que más estimularon a su padre a divertirse y conocer gente, cuando advirtieron que la cosa iba en serio, no facilitaron en absoluto la convivencia en la nueva familia, más bien al contrario.
  Lucia  y Pedro se amaron apasionadamente durante un corto espacio de tiempo…vivieron juntos, los dos, y los hijos de ambos  bajo un mismo techo…pero…las relaciones se tornaron imposibles.
  La hija mayor, testaruda y, debidamente hostigada  por la hermana de su fallecida madre,  amenazó a su padre con todo tipo de chantajes y ultimátum,  más o menos soterrados, más o menos lícitos,  si continuaba el idilio… Al final consiguió enrarecer la convivencia.
  Lucia, desolada, y su hijo,  ante el clima hostil creado, acabó abandonando el nuevo hogar dejando atrás escasos…pero…maravillosos momentos de felicidad,  y sobre todo,  mucha frustración en el amor… a Pedro la cosa le fue aun peor.
  En un principio  (por remordimientos y un insufrible complejo de culpa)  transigió con los deseos de sus  hijas...Hizo las paces con ellas, muy a su pesar  y,  a costa de su felicidad.
  Pasado un tiempo y, poco a poco,  él se fue dando cuenta que,  el amor que sentía por Lucia era más fuerte de lo que pensaba…No solo no la olvidó, sino que, la extrañaba más cada día… pero… ya era tarde, demasiado tarde…sin duda llegó a comprobar que, tal vez había cometido el error más grande de su vida.
  Sus hijas no tardaron demasiado en emanciparse…la mayor, la más intransigente, se fue a vivir fuera del país...la otra encontró pareja y se instaló en un pisito en otro barrio, con lo que  Pedro, solo en casa,  y sin ánimo de nuevas aventuras  se fue sumiendo paulatinamente en una notable melancolía.
  Un día, se despertó más animado que de costumbre y decidió, desprendiéndose de altivez y del escaso orgullo que le quedaba, ir en busca de Lucia...Se presentó en su antiguo domicilio con la intención de pedirle perdón y volver a decirle, cuánto la amaba. No la encontró, unas vecinas suyas le informaron que, había estado muy enferma…pero… que recuperada, cambió de ciudad al encontrar una nueva pareja…Devastado por la desgraciada información, se refugió ensimismado en su amargura hasta el punto de estar al borde de la locura... locura de amor de la que le costó salir, por cierto, meses y mucha valentía.
 Hace unos días, en uno de los pocos contactos que mantiene aun con su hija primogénita,  recibió un mensaje de ésta en su Wassap…  en él,  le instaba a salir, distraerse y conocer gente.
  Indolente,  tumbado en el sillón del salón  y con la mirada ausente,  gesticuló una mueca sarcástica al visualizar en la pantalla de su móvil el, instructivo consejo, de su hija mayor…después y, haciendo un pequeño esfuerzo se incorporó del sillón, sujetó  el teléfono con la mano izquierda y con la derecha pulsó impetuosamente las teclas de borrado, hasta que nítidamente vio desaparecer y de manera definitiva… el que sería el último  consejo de sus hijas.
                                                                                     Joaquín Yerga
                                                                                      15/10/2014



jueves, 25 de agosto de 2016

En tu cama o en la mía.

                                                                                 




-¿Dónde estabas esta mañana?
-No recuerdo, hace demasiado tiempo de eso.
-¿Qué harás esta noche?
-Nunca hago planes con tanta antelación.
--Casablanca--

La mejor manera de consolarse que concibió la guapa Lauren Bacall mientras su marido, Humphrey  Bogart, agonizaba en un hospital, fue acostarse con Frank Sinatra.
Hay que reconocer que la idea no fue del todo mala. Nada mejor superaba al hecho de enjuagarse las lágrimas encamada con un tipo tan interesante y deseado como Franky. ¡Qué mejor que cambiar los lamentos de tristeza y sufrimiento por gemidos de placer!. Y es que con ésa gente de Hollywood, ya se sabe… ¡libertinos ellos!.
Cuatro fueron las veces que Humphrey pasó por la vicaria. Su matrimonio más conocido, el que le emparejó con esta intrigante de ojos verdes, la bella LaurenTrabajaron juntos en el Sueño eterno,  de Howard Hawks, y ya no se separaron. Bueno, eso es mucho decir, como acabo de contar.
Y ya sabéis que Bogart y la película Casablanca están indisolublemente unidos. Un millón de dólares costó rodarla. Pecata minuta si la comparamos con los 160 millones de la última de Tom Cruise 
Casablanca es una peli de culto para los amantes del cine, es la excelencia en cinematografía. Se filmó casi al inicio de la guerra, en 1942, cuando aún  estaban los nazis en sus horas más altas. Acababan de invadir Francia y gran parte de Europa.
En la ciudad de Casablanca, (protectorado francés entonces) respiraban aires de guerra aunque todavía no la sufrían. Y he aquí la contradicción: por una parte las autoridades eran francesas pero los alemanes dominaban la situación. Y en medio estaba Rick con su famoso garito, nido de intrigas o simple refugio de ludópatas de la ciudad.
El director de la peli fue Michael Curtiz, un exiliado judío que huía de los nazis. Sin duda realizó, quizás sin proponérselo, la mejor película de la historia del cine. Completó tal vez inconscientemente, un círculo virtuoso de romanticismo, pundonor y osadía, que muchos al terminar de ver la peli acabamos complacidos, emocionados, y con el sentido del deber por las nubes. 
Rick, un tipo en apariencia egoísta e interesado, oculta realmente un trasfondo de honestidad y romanticismo tal, que es capaz de jugarse la vida y su amor por la causa de la libertad. 
Emociona la escena final cuando, consciente de la importancia política de los personajes, Rick facilita la huida de Ilsa (Ingrid Bergman) a pesar de estar colado por ella, con su nuevo amor Víctor Laszlo (Paul Henreid) Y es aquí cuando su cómplice, el sargento de policía francés L. Renault (Claude Rains) pronuncia tal vez la más famosa frase del cine “Presiento que este es el principio de una gran amistad”.
En su día, Casablanca recibió tres Óscar, entre ellos a la mejor película. Apostaría que si se presentara a la próxima gala de entrega de ellos se los llevaría todos, de calle... ¡Amor de cinéfilo!.
Joaquín



martes, 23 de agosto de 2016

Aquellos maravillosos años...




         


           La música es lo más cercano que se halla de las lágrimas 
           
         y los recuerdos.

--O. Wilde--


Me dice mi hija, durante el fragor de una entretenida conversación, que no le gusta la década de los ochenta para la música, que fue un poco cutre para sus gustos. En su descargo informo que tiene poco más de treinta insultantes añitos. Ella prefiere como, es lógico, temas y estilos de su generación. ¡Claro! Se hizo mayor con grupos como las Spice Girls, Bon Jovi, o Ricky Martin, por citar algunos. Aunque he de anotar a su favor que le apasiona la música. Por supuestísimo entiende más que yo; al menos la que se expresa en inglés.

Es verdad que los años ochenta, y mira que me pesa darle la razón, no fue la mejor década para la música, ni concibió nada interesante. Tampoco hubo ningún estilo apreciable ni marcó tendencias perdurables, salvo honrosas excepciones. En la España de aquellos años (si acaso) debemos salvar a la movida madrileña con sus: Mecano, Sabina o Manolo García . Y cómo no, a los incombustibles Julito Iglesias o Raphael, aunque estos dos dan para muchas décadas. ¡Ay, cuántos suspiros exhalé y lágrimas derramé escuchando en la soledad de mi habitación la recién estrenada entonces, “Hey” de Julito, acordándome de una chica que me cambió por otro!.. En fin..

Pero en aquella ya lejana etapa el panorama internacional quizás no fuera tan sombrío como el nacional y podríamos librar de la quema a bastantes músicos. Más que nada porque muchos de ellos comenzaron su carrera tiempos atrás y en los ochenta daban ya sus últimos coletazos. Grupos tan significativos como: Queen. Police, Dire Straits,  o solistas de la talla de: Michael Jackson, Madonna o Bruce Springsteen y unos cuantos más sobresalen con holgura del resto.

Vaya por delante, para evitar engaños, que mis gustos musicales son pésimos o cuanto menos de un subido cursilón. Con decir que me emociono escuchando “Lady Laura”, de Roberto Carlos, o con “Abrázame” de Julio Iglesias ya lo digo todo. No obstante, reconozcámoslo, a pesar de mi ignorancia como melómano estaréis conmigo que para décadas musicales los sesenta y los setenta. Ellas sí que revolucionaron ésta sublime disciplina. 

Y puestos ya a sincerarme, (ahora que tan de moda está recordar el pasado en la televisión) no me negaréis haber sentido bochorno al escuchar antiguas canciones o contemplar artistas que antaño nos parecieran de lo más chic y moderno; a mí me sucede a menudo..

La de veces que habremos exclamado: ¡Dios mío, cómo podría gustarme eso a mí!. Incluso me atrevo a poner algún ejemplo, ahora que esto apenas lo lee nadie: ¡Fui fan incondicional de Los Chunguitos!  Sí, créanselo. Y no sólo eso, compraba todas las cintas que sacaban al mercado. Y es que, perdónenme, la edad y sus temas barriobajeros y carcelarios en aquella utópica época juvenil hicieron el resto. Ahora estoy pagando con creces mi pésimo gusto juvenil; padezco la incomprensión de mi hija que me lo echa en cara en cuanto abro la boca para enjuiciar sus gustos. Tengo más pero me lo callo en atención y salvaguardia de mi dignidad.

No obstante hay que reconocer que en mis tiempos, además de esa quincalla musical como la mencionada, hubo muy buenas y variadas melodías. Estoy refiriéndome al final de los setenta y principios de los ochenta, y no me gustaría dejar de citar algunos imprescindibles que hicieron las delicias de los mozalbetes (entre los que incluyo) de aquellos maravillosos años.

Estoy seguro que cualquiera de vosotros y vosotras recordareis con infinita nostalgia aquellas canciones de los... Abba, Bee Gees, Bob Dylan, Don Mc lean, Elton John, Frank Sinatra, Eric Clapton, Joe Cocker, Led Zeppelin, Johnny Cash, Nino Bravo, Camilo Sesto, Julio Iglesias, Pink Floyd, Roy Orbison.... ¿Sigo?.. Bueno, y nos os digo nada de los bailes que nos pegábamos en la discoteca "España" de mi pueblo, Fuente de Cantos, con los Boney M, o con "Gloria", de Umberto Tozzi..

Joaquin



domingo, 21 de agosto de 2016

El hombre que sí amaba a las mujeres







Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado.
Napoleón

Napoleón cuando volvía a París después de sus numerosas campañas militares por Europa o Egipto solía escribir a su amante Josefina recordándole que no se lavara ni cambiara de ropa interior hasta que él llegara. Una de sus pasiones amatorias era, digamos, el atrayente olor que expelía los genitales de su amada, sobretodo después de unos días de  rutinario uso. Qué le vamos a hacer cada uno se consuela con lo que quiere, o puede.
Napoleón fue excesivo en todo, pero como general fue uno de los mayores genios que ha dado la historia. Ganó multitud de batallas y se apoderó de muchos países. Fue muy temido por sus enemigos. Se le considera, junto con el gran Alejandro Magno y Julio Cesar, el trío de los mejores estrategas militares que han dado los siglos.
Después de conquistar gran parte de las naciones europeas fronterizas con su país se fijó en España ¡No nos íbamos a ir de rositas, claro! Así que aprovechó una supuesta enemistad con Portugal para entrar en el nuestro e invadirnos. Pidió permiso al gandul de Carlos IV y una vez aquí se quedaron. Ya lo hicieron otros invasores siglos atrás con parecido pretexto.
Con nosotros los españoles no tuvo mucha suerte este genio. El pueblo se levantó en armas el dos de mayo contra él porque aún no conocían al que vino después, el felón, Fernando VII, el más nefasto de nuestros ya de por sí malos reyes absolutistas.
Napoleón --mientras sus tropas estaban acantonadas en nuestro país-- mantuvo presos en Francia a toda la familia real española. A Carlos IV le impidió regresar de por vida. A este cornudo su mujer, María Luisa, se la pegaba y bien con mi paisano Godoy --menudas juergas se traía éste apuesto soldado de Corps en esa corte de los milagros--. Incluía en ellas a duquesas, marquesas y otras grandes de España como la maja de Goya, Cayetana de Alba, --tatarabuela de la recientemente desaparecida duquesa de Alba-- Sí, esa, la de los pelos imposibles.
Después de la guerra de la independencia contra los franceses gran parte de los dirigentes políticos y sociales  españoles, (los más liberales), tuvieron que exiliarse (acabo de visitar la tumba de uno de ellos, la de Goya en Burdeos). Curiosamente por ser proclives a Napoleón les llamaban los afrancesados. Estos entendían que eran mejores las ideas de aquél porque provenían de la Revolución Francesa. Y ya sabemos que de  ella salieron manifiestos como: estar a favor de la democracia, de los derechos del hombre, de abolir la esclavitud o terminar con las monarquías absolutas, es decir, todas ideas muy modernas para la época.
Los otros, los que querían que volvieran la familia real para continuar con una monarquía, aunque renovada, suspiraban por Fernando VII creyendo que éste se iba a portar bien y respetaría la constitución de Cádiz de 1812, (llamada La Pepa, por instituirse el 19 de marzo día de San José) Lamentablemente éste pájaro se portó todo lo mal que se pudiera esperar, hasta el punto de volver a restituir la monarquía más absoluta.
Napoleón siempre le profesó un cariño desmesurado a su familia. Tanto es así que colocó a todos sus hermanos en los tronos de los países conquistados. Aquí en España nos endilgó a su querido hermano pequeño José. Los madrileños, tan postineros ellos, le llamaron Pepe Botella, para denigrarlo pues no lo querían. ¡Y mira por donde, el pobre  era abstemio!. Además no se portó mal con el país y la capital en general. Si lo dejan nos hubiera modernizado a todos. En cualquier caso por mal que se portara, ni de lejos lo haría peor que el mal encarado de Fernando VII.
La primera derrota de Napoleón se dio aquí, en nuestro país, en la famosa batalla de Bailen. Vencimos a su tropas, pero conste que tampoco fue tan importante como nos lo han querido hacer creer. El verdadero final del corso, y de Francia, fue cuando quiso invadir Rusia. Se le echó el invierno encima, y entre el frío y los rusos, perecieron cientos de miles de franceses. De aquí vino la frase aquella de que: el vencedor de los franceses no fueron los soldados rusos, sino el General InviernoHitler durante la segunda guerra mundial cometió el mismo error y perdió también esta batalla, y la guerra, afortunadamente para todos.
Después de su primer desastre, Napoleón protagonizó uno de los episodios más rocambolescos de la historia, se escapó de la isla de Elba (Mediterráneo) en donde lo tenían recluido. Y volvió a organizar un gran ejército (los franceses le adoraban). Se enfrentó otra vez a una coalición de potencias europeas comandadas por Inglaterra, venciendo estos últimos en la conocidísima batalla de Waterloo, cerca de Bruselas, por cierto donde nuestro Pepe Botella particular Puigdemont también va a perder su última batalla.
Derrotado definitivamente se lo llevaron (para que no volviera a las andadas) a Santa Helena, una remota isla del atlántico, donde murió de cáncer de estómago en 1821 a la edad de cincuenta y tres años. Recientes estudios de sus huesos y ADN dicen que fue envenenado con arsénico, pero eso está por ver. Su pene aun anda por ahí haciendo de las suyas. Se lo amputó durante la autopsia su medico particular y lo conservó en formol. Según parece era mas bien diminuto, lo que demuestra que el tamaño no importa, pues el tío fue un gran amante.
Los europeos le debemos a  Bonaparte el interés por los temas del antiguo Egipto. Cuando hizo la campaña de África, (para cascarles a los ingleses que andaban por allí) se llevó con él a expertos en egiptologia, entre estos estaba Champollión, que fue el primero en descifrar los complicados jeroglíficos gracias a la piedra Rosseta (actualmente en el Louvre).
Con Napoleón pasa como con el primer ministro inglés Winston Churchill, que se le atribuyen multitud de frases ingeniosas y aforismos de todo tipo. Algunas, muchas, serán verdad pero como todo en la vida no todas salieron de sus labios o de su pluma (Churchill también fue escritor) A ver que les parece esta: "Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo". Interesante cuanto menos ¿No les parece?
Cuando fue proclamado emperador acabó por subírsele su inmenso ego a la cabeza, de tal forma que al coronarse en el Vaticano junto al Papa, no consintió que éste le impusiera  la corona en su cabeza, porque entendía que nadie en el mundo estaba por encima de él ¡Se la colocó él mismo!… con un par…
Por cierto, Napoleón, considerado el mayor personaje francés de la historia, patriota donde los haya, no era francés de pura cepa. El fogoso emperador era nativo de la isla de Córcega, de genealogía italiana, como todos los corsos. Hitler, el adorado padre de la patria alemana de la época, tampoco era alemán, sino austriaco. Salvando las enormes distancias Maduro, el padrastro de la patria venezolana, no es venezolano, sino colombiano. Y por esto tal vez lo destituyan y no por la ruina que en está dejando al país. ¡Lo que son las cosas.!
Ahí lo dejo...
                                                 Joaquín Yerga
                                                 



lunes, 15 de agosto de 2016

Pequeñas travesuras...






 - Hola Linda

-¿A quién le dices linda?

-Amor, ella se llama así

-¡Me importa un carajo, llámala por su apellido! 

(Perdón por el mal chiste)



De niño solía decirme mi madre, a raíz de alguna travesura mía que enturbiara su tranquilidad, aquello de: “El diablo, cuando no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas”. Aludía, mi santa, a que el aburrimiento alienta ociosidades y entretenimientos poco recomendables. Hoy, esta tarde, me estaba acordando de mi madre; y es que me encuentro en la misma circunstancia que describía ella. Es decir, con la mente en blanco y una cierta apatía por hacer algo.

La gran diferencia entre las dos circunstancias (la de aquella añorada época de diabluras infantiles y ésta tarde) es la ausencia de mi querida progenitora. El resto, salvando la distancia temporal poco o nada ha cambiado.

Las pequeñas travesuras de entonces que tanto incordiaban a mis mayores, equivalen a las cuatro simplezas que escribo ahora para pasar el rato y con las que os doy buena mandanga todos los días. Por cierto, recuerdo ahora que intento forzar mi fantasía y al hilo de mencionar a mi madre, cómo desde siempre y de manera incomprensible he tenido pasión por las grandes ciudades.

Sé que pudiera parecer extraordinario, o cuanto menos inverosímil, pero desde bien pequeño sentí cierto placer por pintar o más bien garabatear sobre cualquier papel edificios altos. Posiblemente emulaba los rascacielos de Nueva York, que era por entonces la única ciudad con este tipo de skyline urbano.

Ignoro el origen de esa pasión por las megas-ciudades. Pudiera derivar, entiendo, de los tebeos que leía a cientos desde mi más tierna infancia, y en los cuales diferentes personajes principales desarrollaban sus vidas en ciudades. Tal vez fuera eso, por qué no..

Nací y crecí en Fuente de Cantos, un pueblo, casi, de ambiente y carácter rural como todos sabemos. Aquí viví y por sus calles deambulé de manera tan singular o tan normal como cualquier niño más o menos feliz de mi generación. Y aquí desarrollé mi personalidad, pero  gran parte  de mis deseos era vivir algún día en una gran ciudad.

Pasados los años cumplí mis sueños y me trasladé a Madrid; que no era precisamente la ciudad de los rascacielos pero no dejaba de ser una gran ciudad; la más grande y poblada, sin duda, en mil kilómetros a la redonda.

Pero ya que estamos en faena y aprovechando que el Manzanares pasa por… ¿O era el Pisuerga? Da igual, el asunto es que les quiero contar unas cuantas curiosidades sobre las grandes ciudades y sus circunstancias, que haberlas haylas, y muchas...

Madrid, como ciudad, es la quinta más poblada de Europa (3 millones y medio de hab. Caben cuatro Sevillas en ella.) Tiene más habitantes que París, pero menos que Estambul, Moscú, Londres o San Petersburgo. Por comparar, Barcelona solo tiene 1 millón setecientos mil hab., y haría ésta la número diecisiete del continente. Sin embargo, hoy en día lo que cuenta es la zona metropolitana; o sea, la propia ciudad y todas las llamadas ciudades dormitorios que la circundan y que de alguna manera han crecido y dependen de ella.

Pero si de aglomeraciones urbanas hablamos, Madrid sube hasta el cuarto puesto y congrega la friolera de 7 millones y medio de hab. Para hacernos una idea, la zona metropolitana más poblada de Europa es el Gran Londres, con la desmesurada cifra de 15 millones de hab. La otra gran ciudad (de momento española) Barcelona, se nos quedaría con la nada despreciable cifra de 5 millones y medio de habitantes.

Y no es mi pretensión poner melancólicos a nadie, porque yo soy parte del asunto, pero en ese ranking de ciudades, Fuente de Cantos estaría exactamente en el puesto nº 1.350 de España, con nuestros raquíticos 4.721 habitantes. Tenemos una proporción de 18 habitantes por km², que se reparten por los 251 km² de nuestro término. Bueno, consolémonos con que en Monesterio (nuestro rival) aún son menos; ya no llegan ni a los 4.200 monesterienses..

Sé que enredarme con estos fríos datos no va a ser motivo de felicitaciones, pero qué duda cabe que el mundo gira en torno a las grandes ciudades. Es aquí, en ellas, donde germina y florece la innovación y el desarrollo para después pasar al resto. No se me enfaden mis paisanos, pero el mundo camina hacia la reagrupación en grandes urbes. Claro, que eso muy bueno no debe ser. Yo, visto lo visto ya, me quedo en el pueblo; se lo digo en serio..

Joaquín



                                                             


sábado, 13 de agosto de 2016

¡Qué bello es vivir!






La vida es efímera. Disfrútala al máximo, total, no vas a salir vivo de ella.
Anónimo


Justo quince años antes de morir es cuando comenzamos a hacernos realmente viejos. Dicho de otra forma, al primer síntoma de vejez, aprovechen porque le quedan tres lustros de vida. Esta exclusiva apareció esta semana en un medio informativo, haciéndose eco por cierto, de un sesudo estudio hecho por científicos en USA, como casi todos los de este tipo, por otra parte. Pero no se alarmen, en cuanto descubramos la primera señal tenemos tiempo de sobra para dejar todo atado y bien atado. Algunos lo hacen mucho antes.
Con estos datos en la mano podríamos hacer ya planes concluyentes de futuro. Y disfrutar a tope de esos últimos tres quinquenios antes de expirar ¡Claro! que siempre habrá alguien que desee no saberlo. Hay que tener presente que en esta cuenta atrás no valen accidentes o similares, todo debe transcurrir de manera natural.
Al hilo de esta investigación, y aun sabiendo que ahora y por diversos motivos vivimos mas, no sé si somos conscientes de la insoportable brevedad de la vida. A mi humilde modo de ver las cosas deberíamos actuar de una manera más inteligente. Yo lo intento, aunque no siempre me sale. Me explico…
Sobre como malgastar nuestro preciado tiempo inútilmente conozco algún caso que clama al cielo. Sin ir más lejos, tengo una vecina anciana ya la mujer que entre otras inquietudes sin sentido, anda todo el día preocupada por la factura de la luz y del teléfono. No digo yo que pasemos olímpicamente de esos gastos y no revisemos las facturas concienzudamente, pero me consta que esta buena señora tiene sus buenos ingresos asegurados y unos ahorrillos en un par de bancos. Se le va la vida y ella no se entera. La mujer (mi vecina) ronda los ochenta. Ignoro si ha notado ya los mencionados síntomas. Pero no es el único caso conocido, sé de unos cuantos…
Otra mujer, de trato no tan cercano pero conocida (ésta ya nonagenaria) me manifestaba continuamente su desasosiego por no tener todos los documentos de su, no tan pequeño patrimonio en regla. Las razones que me daba eran: que no quería preocupar en exceso a sus herederos (en este caso sobrinos) porque así, cuando ella pasara a mejor vida, todos los asuntos de la herencia quedarían bien atados y concluidos. Y ellos estarían satisfechos con su tía. Esta ya anciana mujer padeció una vida áspera de emigración y duro trabajo. Cuando murió, sola por cierto, sus sobrinos se repartieron sus bienes encantados y sin ningún pudor.
Pudiera parecer, (a bote pronto), que las dos tendrían sus facultades mentales alteradas, bien por la edad, o influenciadas por los años de estrecheces pasados durante sus respectivas juventudes, pero no, estaban lúcidas. Esa era su manera de vivir y así lo habían hecho siempre. A ambas les unía, creo, una defectuosa interpretación de lo que es la vida, causada seguramente  por diversas circunstancias. Entre ellas, el miedo o la ignorancia.
Apuesto que todos habremos sido testigos alguna vez de episodios como los que acabo de contar, incluso de algunos más ruines aun. La cantidad de gente que lleva una vida de escasez y penuria pudiéndose permitir una vida mejor, seguramente sea enorme. No solo practicar una deficiente política económica doméstica es la que impide a muchos disfrutar más y mejor de los efímeros años que estemos en este mundo (el único del que tenemos pruebas fiables). También son legión las personas que los pasan estresados, malhumorados, o iracundos debido a continuos ajetreos causados por asuntos menores, o inútiles.
Para ser conscientes de lo que es la vida y cómo aprovecharla al máximo, lo más indicado, sin duda alguna, son: por una parte sentido común y por la otra más cultura. También la experiencia, aunque esta última siempre llega tarde. Y por cierto, sin las dos premisas primeras a menudo no fructifica. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en las dos historias descritas.
Otras veces son cuestiones morales, costumbres arcaicas o estériles orgullos, lo que impide a los seres humanos ser felices. Nos obcecamos, conscientes o inconscientemente, en colocar barreras en los accesos a ese anhelado placer que es, vivir tranquilos y satisfechos con uno mismo en la medida de lo posible ¿A cuántos buenos momentos hemos renunciado torpemente en la familia, en la pareja o incluso entre las buenas amistades, por equivocaciones de ese tipo? ¿Y por soberbia o vanidad ? Después, con el paso del tiempo aparece el amargo arrepentimiento, cuando  ya ni el tiempo ni las personas queridas son recuperables.
 He padecido, en ocasiones, personas envidiosas. Un mal muy extendido en España (nuestro pecado capital según algunos). Individuos que se han amargado su existencia, y la de todos los de su círculo de manera infame, criticando o indisponiendo unos contra otros ante su complaciente mirada, creyendo erróneamente con esto obtener el mayor gozo. Evidentemente ante esta insana actitud no es posible una vida extensa y apacible. Sobre todo esto último.
El decir que la vida es angustiosamente corta (sé que no descubro nada nuevo). Y por eso hay que aprovecharla toda ella disfrutando con los grandes acontecimientos sobrevenidos, pero también, (sobretodo porque son más) de las pequeñas cosas cotidianas que nos suceden a cada instante. Todo debe tener su justa importancia. Y debemos, tanto relativizar sucesos que nos parecen increíbles, como valorar otros que los pasamos por insignificantes. Para mejor discernir lo uno de lo otro necesitamos sobre todo mucha sabiduría.
Por motivos que desconozco aunque lo intuyo, hacer o practicar el bien es la opción preferida y más valorada que se ha dado siempre y en todas las culturas. Lo contrario sería confusión y anarquía. Tenemos inoculada, creamos o no, la certidumbre de que la bondad es útil para nuestro bienestar emocional. Con esto se deduce,que haciendo buen uso de ella ganamos en calidad de vida.
  Estos tiempos que nos ha tocado vivir se podrían considerar poco aptos para la felicidad. La vida ajetreada, el individualismo (propio del modo de vida occidental) y la soledad, son contraproducentes para la vida afectiva. Bien es cierto que tenemos a favor y a nuestro alcance suficientes recursos de todo tipo para que, bien administrados y debidamente aplicados, ayude a ese bienestar emocional tan perseguido.
Según encuestas, los países más pobres (si no están sumidos en algún tipo de conflictos) son los más felices de la tierra. Pero advierto que la felicidad es un concepto muy subjetivo. Sin ir más lejos, a esto último se contrapone el afán de emigrar de la gente más pobre y sin recursos a los países industrializados, en teoría mucho más infelices.
Dicho queda...
                                         Joaquín Yerga
                         24/04/2015


miércoles, 10 de agosto de 2016

Amigos íntimos...






Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere 
 (E.Hubbard)

Leí hace un par de días en un periódico digital un curioso artículo sobre la amistad y sus falsos mitos. Extraían en él  unas conclusiones cuanto menos llamativas. Una de ellas, la que más atención me llamó, ponía en entredicho la verdadera amistad en situaciones muy comprometidas. A mí no me convenció, pero esto me dio pie a escribir algo sobre el asunto.
"Quien tiene un amigo tiene un tesoro", dice el conocido proverbio. Yo he de confesar que hace ya mucho tiempo que dejé de tener de los llamados, íntimos. Aunque realmente amigos así creo que nunca los tuve. 
Y es que amigos de verdad, esos que siempre están ahí cuando los necesitas y con los que compartes intimidades y otras complicidades, es una suerte extraordinaria que tienen algunos... No es mi caso, y mira que lo siento. Con los tiempos que corren, mas apropiados a liberalismos y soledades, qué duda cabe que es un aguinaldo extra que la vida proporciona a muchos pero que dese ha olvidado.
Reconozco mi culpa al carecer de amigos entrañables, quizás no los cuidé lo suficiente cuando los tuve cerca, o tal vez no poseí el carisma adecuado para conservarlos. Es verdad que durante mi infancia, incluso más tarde en los albores de la madurez, conté con innumerables compañeros de estudios y de juegos, pero no es lo mismo.
A lo largo de mi ya larga andadura en esta vida casi siempre he tenido cierta habilidad de simpatizar con las personas que han rodeado mi existencia en cada momento y lugar… No lo digo en un alarde de vanidad exagerada, no es eso, es que rotundamente me considero un hombre participativo y honesto. Subrayo, sobre todo lo segundo por su importancia a la hora de confraternizar. Aun guardo en la memoria con especial cariño mi relación con todos los amigos y camaradas que pasaron por mi vida. Y puedo asegurar que fueron muchos. En todos ellos, me consta, dejé algún tipo de huella emotiva al igual que ellos la dejaron en mí. Tal vez por esto último y por tener la convicción de haber perdido hasta ahora la oportunidad de seguir compartiendo ligazón afectuoso con algunos es por lo que detecto cierta carencia en mi vida afectiva.
Abundando sobre el tema, ignoro la razón por la cual dos personas del mismo sexo pueden llegar a ser inseparables de por vida en el sentido más amplio de nobleza y lealtad. Tal vez influya mimetismo de carácter, persecución de mismos objetivos o gustos parejos, quizás un poco de todo… Sin embargo, tenemos también el manido dilema según el cual, mujer y hombre no pueden llegar a ser amigos íntimos sin que aparezca la coyunda en algún momento de la relación. Hay muchas dudas al respecto. Me reservo mi opinión porque tampoco lo tengo muy claro.. De todas maneras y en mi caso particular, si nunca conseguí intimar en plan camaradería de forma prolongada en el tiempo con varón, bastante menos lo iba a hacer con hembra, teniendo en cuenta mi procedencia y la época (tan poco liberal) en la que vine al mundo.
Por buscar otras razones de peso que, imagino evitaron o entorpecieron el que pudiera conservar hoy en día esa añorada y duradera amistad, quizás los cambios reiterativos de residencia y ciudad también influyeron decisivamente en ello. Es más, incidiendo en la búsqueda de pruebas incriminatorias capaces de justificar la ausencia de íntimos en mi existencia, posiblemente el arduo trabajo desempeñado, y que ocupó gran parte de mi vida, haya impedido que dedicara el tiempo que conlleva y la atención que merece cultivar una buena amistad. Y ya sabemos que éstas para que prosperen hay que mimarlas con paciencia y esmero.
Al igual que escaseo de amigos incondicionales, por el contrario abunda en mi vida, y estoy gustoso de ello, un variopinto tipo de amistades menos íntimas pero muy recomendables. Aludo a conocidos de diferente índole, vecinos afectuosos, fieles y osados compañeros de diversión etc. También estoy orgulloso de contar con la amistad sincera, aunque en la distancia, de antiguos camaradas de juventud.
En esta capacidad que poseemos los humanos para el altruismo, que en el fondo es la mayor cualidad que subyace en la amistad, estimo oportuno dejar al margen a la familia y a la pareja, porque entiendo que es otra forma muy diferente de relación. Aquí, por el tipo de afecto que derrochamos: cariño por consanguinidad en el primer caso y de amor y sexo en el segundo, no a lugar al modelo clásico y homologado de amistad desinteresada.
También me vale como complemento, y estoy muy satisfecho de ello, de las decenas de amigos con los que disfruto dentro de las llamadas redes sociales, principalmente FacebookComparto con ellos: fotos, citas, chistes, anuncios y otros tipos de correspondencia virtual. Son estos, elementos muy queridos y necesarios para mi estabilidad emocional, pero insuficientes para el anhelo perseguido en esta pequeña reflexión, y que no es otro que el deseo de  haber tenido, al menos, un par de los llamados…Amigos íntimos.
Dicho queda...
                                   Joaquin Yerga