sábado, 28 de noviembre de 2015

Rajuela

  Ahora, más tranquilo y relajado se  ve feliz. Nadie pensará ya en aquellos tiempos,  o tal vez unos pocos, los de siempre. Tiempos que solo se remontan a cuatro años  atrás aunque pareciera haber pasado cuatro siglos.  Años turbulentos en los que la tempestad mediática casi se lo se lo lleva por delante, a él y a los suyos.
  Medianamente satisfecho consigo mismo medita ahora en silencio todo lo aportado por él a la estabilidad del inmenso barco. Barco que según algunos zozobraba hasta el punto de estar al borde de encallar en los terribles arrecifes  de la crisis  y… no eran precisamente de coral.
  A veces, en la soledad de sus pensamientos,  rememora el día en que se hizo con el timón y comenzó su mejor y más grande aventura. Entonces, piensa… nadie daba un duro por la consistencia de este buque insignia y le tocó a él mantener equilibrio y el buen rumbo. Incluso gente cercana y de su misma condición le espolearon para que abandonara y dejara a su suerte a toda la tripulación. Si, a merced de los piratas de las finanzas y de todo tipo de corsarios especuladores. Pero,  fiel consigo mismo y acorde con su templanza,  heredada de los fieros Suevos de antaño, perseveró y está ahora a punto de saborear las mieles del triunfo.
  Solo,  a ratos, en la más estricta intimidad de su despacho, evoca una vez más aquellos desmesurados días,  y ve pasar  por su mente, ahora juiciosa, los pasajes turbulentos de aquellos trágicos acontecimientos, y es entonces cuando su pensamiento vuela irremisiblemente al comienzo de aquella desesperanza, una vez más,  cuando…
   
  La vieja mansión hacia aguas por todas partes .La prima de riesgo, (más feroz que nunca) abatía las desvencijadas contraventanas de la recuperación con inusitada fuerza.
  El viento del rescate rugía componiendo macabras melodías. Allá a lo lejos, en el extremo nororiental del caserón, un hipotético pero potente murmullo independentista contribuía al desconcierto del  abrumado casero. A ratos, cuando la ventisca suavizaba su atronador zumbido, indignados aullidos de lobos se unía al recital con escalofriante estrepito. Pero… más espeluznante aun era ese ronroneo silencioso de millones de desempleadas  termitas (que el pánico le hacía creer) y que minaban y debilitaban poco a poco su febril cerebro. Más de una vez pasó por su mente huir aprovechando las sombrías tinieblas de la noche y refugiarse con los suyos  en su plácida y céltica morada.
  Aterido de terror… en su delirio, pertrechado y fuertemente armado de recortes e impuestos, se refugió debajo de su vetusta cama monclovita  con la intención de resistir y aguantar hasta la aparición de las primeras luces del próximo alba electoral.
  
   Ahora, casi un lustro después de aquello, sosegada ya su mente;  apuntalada la estructura de la vieja mansión  y vuelto él a la cordura, se dispone a cobrar su rédito en forma de sufragios mayoritarios entre  los inquilinos del… viejo caserón.
  La incruenta batalla que próximamente se dispone a librar, cree poder hacerlo templado y lúcido, nada que ver con el desastroso Waterloo  de antaño. Las armas con las que cuenta ahora para finalizarla victorioso son decisivamente más sofisticadas que aquellas rudimentarias de entonces. Incluso su aguerrida tropa anda eufórica dispuesta a presentar dura contienda.
  Los numerosos ojeadores,  enviados allende el horizonte le traen buenas noticias, de tal forma que todo le augura, que de no haber una victoria aplastante en el campo de batalla, si terminará el lance en un oportuno armisticio.  Armisticio que le permita seguir dirigiendo el buque a... serenas y placidas aguas. Y es que él piensa como el poeta J.Gelman cuando dice… hay que aprender a resistir. Ni a irse ni a quedarse a resistir, aunque es seguro que habrá más penas y olvido.
                                                                          Joaquín Yerga

                                                                            28/11/2015

jueves, 19 de noviembre de 2015

Un beso y un adiós..





Cerró los ojos, de mirar cansados,

la sombra de la muerte por su alcoba,

 espiaba. Quiso bajar hasta el jardín. 

Decía cosas tan vagas, que ya nadie sabe

si en su palabra sin matiz había

algo que fuera humano.

--Agustín Acosta--



Era un encanto de mujer, y se me ha ido hace unos días..

La vi por primera vez hace ya mucho tiempo, y sé que desde el principio nos caímos bien. Debió ser que ella vio en mí al hijo que perdió una vez en duras circunstancias..

Lo del hijo fue para ella una espina clavada en lo más profundo de su alma.. un baldón en su vida del que nunca se repuso. Nunca le apeteció hablar del tema..

Por amigos, que no por ella, supe que se hizo responsable de su muerte, por no haber sabido protegerle. Después, con los años, se fue convenciendo de que los verdaderos culpables fueron.. la vida y su injusto devenir, a veces..

Cuando llegué al barrio al principio de los ochenta y nos conocimos, enseguida me puso al corriente de las novedades y cotilleos del vecindario, sin ningún pudor. 

A mi sorprendió su manera de actuar, Yo que venía de un pueblo en donde este tipo de comportamientos si estaba a la orden del día, lo que menos esperaba era que aquí en la ciudad el chismorreo de vecinas existiera de esa manera tan ordinaria. 

De hecho la idea de cosmopolitismo con la que venía al llegar se me fue un poco al garete.

Ella no siempre fue así, desde luego, ni siempre tuvo ese aspecto de abuela venerable. Tendría poco más de cincuenta años, aunque ya estaba viuda, cuando la conocí.. Yo apenas rebasaba los veinte, e irrumpí en la ciudad con ganas de comerme el mundo..

Su marido había muerto hacía poco y, aunque no hablábamos mucho de él en nuestras conversaciones, si me contó que murió prematuramente como consecuencia del trabajo que realizaba.

Lo que si recuerdo es que solía hacerla feliz hablar de su juventud, ya tan lejana.. No hacía más que repetirme lo bien que se lo pasaba en aquellos años. 

Por mi parte os aseguro que fue cierto, un par de amigas de ella que la conocieron me aseguraron lo guapa y coqueta que era, y cómo presumía a sus veinte años.  Alguna vez la vi suspirar con emoción recordando aquella añorada época.

Y me hablaba, ¡oh, si me hablaba con picardía de aquellos vestidos caros que se compraba y cómo disfrutaba agradando a los mozos!... Y me recordaba los bailes de entonces, y cuánto le gustaban...

¡Cuántas veces me hizo ver las decenas de fotos suyas de aquellos tiempos como prueba fehaciente de su sinceridad!... 

Y, fijaos, a pesar de su ya avanzada edad en estos últimos años, nunca perdió su compostura y distinción en el vestir... sin proponérselo, creo que su figura emanaba un cierto halo de innata elegancia.

--Quien tuvo retuvo, Joaquín-  --me decía alguna vez riendo de buena gana

--No lo dudo Isabel, no hay más que verte- –replicaba yo convencido

Llevaba viviendo sola casi toda una vida... jamás se quejó de su soledad. Siempre se las componía para hacer algo útil y conveniente. 

Anoche cuando murió creí ver un halo de luz transportar su espíritu lejos, al infinito. ¡Os juro que salió del tejado de su vieja casa, frente a la mía!. 

Tal vez fue un sueño, o una premonición, pero algo triste y conmovedor a la vez se removió dentro de mí..

Murió sola, sí, pero lúcida como siempre y rodeada de sus mas queridos recuerdos. 

Nunca se alejó demasiado de su vetusto joyero en donde guardaba sus collares de perlas, blancas (su alhaja favorita), su alianza de matrimonio que un día le regaló su querido compañero del alma, y los marcos de plata ya gastada de tanto lustre con las fotos de su hijo.

Yo no pude acompañarle en su último suspiro, y creedme que lo sentiré siempre. Cualquier cosa hubiera hecho por haberle podido dar el último beso de despedida, por desearle buen viaje a la eternidad y por decirle que le diera un fuerte abrazo a ese hijo tan llorado y que yo nunca conocí.. 

Sé que ahora estará feliz entre los suyos, aunque otra parte de los suyos, entre los que me incluyo, quedaremos aquí en su calle de siempre, junto a su casa, y echándola de menos..

Joaquín 




lunes, 16 de noviembre de 2015

Yo, no soy francés

 Creer es más fácil que pensar.  He ahí la razón de que hayan más creyentes.
           (A. Einstein)
 
  Perdónenme la licencia por el título escogido para el artículo, lo he buscado así solo para provocar… un poco. Por supuesto que me solidarizo con París y con los franceses en general, ¡Faltaría más !!  pero,  acorde con  mi estilo pienso que la solución no está en la simbología que por otra parte tan de moda está y que tanto abusamos de ella, sobre todo ahora con el invento este de las redes sociales.
  Yo no soy francés… porque entre otras cosas soy español  y con mucho orgullo por cierto, lo que no merma en absoluto mi pesar por las muertes sin sentido provocadas por estos fanáticos religiosos. Por esta regla de tres próximamente habrá que decir que... Yo también soy italiano o inglés  o alemán quien sabe, visto lo visto. Esta gente está dispuesta  a matar en cual sitio. Cualquier ciudad importante de Europa o diría más  del mundo es susceptible de sufrir un atentado tan sangriento como el de París.  ¿Qué tiempo vamos a tardar en poner en Facebook  o en Twiter... Yo también soy madrileño o barcelonés ? como bien señalaba en su articulo Ignacio Camacho, el domingo pasado.
  Yo no soy francés, porque ya era español cuando el atentado de Madrid del 2003, y cuando en enero de este año otros terroristas iluminados también en París, en la redacción de la revista Charlie Ebdo, acabaron con la vida de otras muchas personas,  o igualmente cuando en Londres colocaron unas bombas en el Metro con la misma intención y… tan veces más. También en estas ocasiones salimos a la calle y encendimos velas y muchos fueron comprensivos buscando culpables en los dirigentes políticos occidentales por su intervención en Oriente Medio. Y.., pregunto, aunque esto último  hubiese sido  la excusa,  tampoco habría  la más mínima justificación para entrar a saco en una discoteca en donde jóvenes inocentes se divertían y masacrarlos a sangre fría. Incluso apostaría que mas de algún nombre musulmán  aparecerá en la larga lista de fallecidos mezclados entre la  multitud.  ¡Claro!  que estos harán buenas migas con ellos, allá, en el paraíso prometido. El resto, cristianos o budistas, irán derechito al infierno.
  Yo no soy francés,  aunque pienso exactamente igual que ellos y es creer a pies juntillas en la libertad del individuo por encima de todas las cosas,  sin ataduras políticas ni religiosas, la única excepción… el respeto a mi semejante aunque piense de distinta manera.  Comparto y opino exactamente igual que cualquier europeo, descendiente de los sufridos compatriotas que dieron su vida y padecieron todo tipo de intolerancia durante siglos para que ahora nosotros vivamos en paz y democracia y hayamos superado por fin tanto fanatismo religioso patrio.
  Yo no soy francés,  pero si soy su vecino  y comparto en silencio su sufrimiento pero sin aspavientos. También su tristeza e incredulidad por el atentado,  cometido por cierto por compatriotas suyos.  Compatriotas si, porque ellos nacieron en Francia aunque sus padres llegaron de Marruecos o Argelia y ahí encontraron cobijo y educación y posiblemente becas y ayudas para sus hogares,  prebendas que allá en África ni soñaban si quiera. Y ahora ese es el precio con que les pagan.
  Es verdad que cuando Busch y sus aliados intervinieron en Iraq rompieron el frágil equilibrio de la zona y con ello y, ahora lo comprobamos, el equilibrio  del mundo.
  Es verdad  que en ese país había una dictadura férrea y sangrienta que tenia tan solo apaciguado a su pueblo gracias al terror. Y que Saddam  Hussein y su familia eran un nido de corruptos enriquecidos con el poder y que a menudo utilizaba armas químicas para subyugar a los discrepantes, pero visto lo visto mejor hubiese sido no haber intervenido, haber dejado las cosas como están,  haber hecho oídos sordos y cerrado los ojos ante las barbaridades que hacían, nos hubiésemos ahorrado este horror y esta incertidumbre.
  Es verdad que en Libia había un feroz dictador, megalómano y cruel que aterrorizaba a su pueblo, pero así gobernó durante muchas décadas y la zona estaba tranquila, aunque fuese la paz del cementerio. Desde que ejecutaron a Gadafi , ahora el país es un erial en lo social, en seguridad  y en cualquier cosa civilizada que se precie.  Es más, si siguen así las cosas los radicales islamistas seguidores de estos mártires de las bombas ocuparan todo el país y entonces tendremos a nuestras puertas traseras otra verdadera fabrica de terroristas.
 Es verdad que occidente se portó mal a lo largo de la historia en Oriente Medio y que intrigó todo lo que pudo para sacar tajada con el petróleo, pero es historia pasada. También ellos hicieron estragos con vecinos  y enemigos. Los mayores enemigos de los musulmanes son ellos mismos, se masacran sin pudor. Cualquier individuo medianamente informado sabe de la animadversión entre Suníes y Chiíes, las dos ramas mayoritarias del islam. Y lo que es peor las diferencias entre ellos son nimias y provienen del siglo VIII.  Estas desavenencias tiene mucho que ver en la formación del llamado Estado Islámico y las calladas pero terribles disputas por hegemonías religiosas en los países de la zona, Arabia Saudita, Irán o Turquía.
 Es verdad que intereses oscuros debidos al  llamado Oro negro provocó un desmesurado interés de los países occidentales por el próximo oriente perjudicando el status quo,  pero no es menos cierto que muchos países se han enriquecido por ello gracias a occidente que lo compra. Hoy en día países de la zona están considerados de los más ricos del mundo,  Arabia, Kuwait, Emiratos etc. y para otros como Argelia, Irán etc. el petróleo y sus derivados es su mayor fuente de ingresos. Por otra parte nosotros no intervenimos ahí, en la antigua Mesopotamia, para ocupar países, ni perseguimos conversiones religiosas, por lo tanto esta injustificado el odio aparente de los radicales musulmanes hacia occidente.
  Imagino que después del fiasco de la primavera árabe (tan solo Túnez y Turquía conviven en democracia) tendremos que replantearnos  futuras intervenciones en países musulmanes.  Dejemos que ellos se administren a su antojo. No todo el mundo tiene que coexistir bajo el modelo occidental.
  Es verdad también que quizás en aras de una superioridad cultural y democrática nos permitimos el lujo de admitir a millones de musulmanes  concediéndoles privilegios que ellos nos lo niegan en sus países, por ejemplo,  la enorme proliferación de mezquitas o  indumentarias  que bordean el límite de exigible en nuestra cultura. En muchas de esas instituciones religiosas se arengan a fieles en contra de la civilización que les da cobijo, comprensión y ayuda.
 La gran prerrogativa con las que cuentan ellos (los fanáticos) es el poco aprecio que tienen por  la vida terrenal (única conocida por otra parte) y la debilidad nuestra para el sufrimiento. Con eso juegan y por eso será muy difícil ganarles. Cometer graves atentados es muy fácil en nuestras grandes ciudades y el eco que produce es enorme, así que habrá que atarse los machos y convivir con ellos.  Eso sí, sin ceder un ápice de nuestra libertad y manera ilustrada de vivir.
 Si la situación se hiciera insostenible habrá que ir pensando en medidas más drásticas. De momento nos iremos apañando con banderitas en facebook  y velas en las zonas cero de la ignominia.  Ahí lo dejo…
                                                                                         Joaquín Yerga
                                                                                           16/11/2015





jueves, 12 de noviembre de 2015

Los hombres que no adoraban a las mujeres...




La violencia lo conquista todo, pero sus éxitos son efímeros.
A. Lincoln


  Tal día como hoy hace dos años exactamente, tropecé en Cibeles con una ruidosa manifestación. Había sido convocada por una serie de organizaciones y partidos políticos, (creo que por una vez estaban todos los que son).  Iban algunos con pequeñas pancartas en las que se podían leer eslóganes como… No a la violencia machista y otros por el estilo. Encontré en la cabecera de la marcha a dirigentes o convocantes del evento megáfono en mano vociferando diatribas al viento… Sí, al viento, porque realmente no sé quién o quiénes eran los destinatarios, pues de todos los que por allí rondábamos se daba por hecho que estamos rotundamente en contra de ese tipo de violencia.
  He de reconocer que me chocó el tema, no entendí, (y a estas alturas del tiempo transcurrido sigo igual de incrédulo) qué es lo que pretendían conseguir con la gesta de reunir en la calle a varios miles de mujeres y hombres venidos de todas las provincias del país. Incluso apuesto que todos venían con viaje y bocadillos pagados.
 En algún instante, durante la contemplación de la marcha, llegué a pensar (no es la primera vez que sucede) que algunos de los que se manifestaban, llegado el caso y según qué circunstancias pudieran violentar ellos mismos a sus propias mujeres o compañeras de su entorno inmediato.
  Entiendo que las intenciones de los participantes de la protesta fuesen loables y estupendas, pero permítaseme discrepar  de manera  precisa  con la utilidad de la misma. Cuando un hombre obsesionado e iracundo mata a su pareja,  la raíz del problema está en la crueldad intrínseca del individuo, que se refuerza e incrementa bajo algún pretexto, sea este una separación o de otro tipo domestico. Que nosotros pancarta en ristre y en plan buenista  desfilemos por la Castellana voceando consignas bienintencionadas, evidentemente no aporta nada a la cuestión.
  Poco aporta, tampoco, el minuto de silencio que los ayuntamientos y otras instituciones adoptan como acto de solidaridad con las asesinadas. Lo entiendo si acaso  como un gesto de impotencia. Si sirviera para que alguien se sintiese  reconfortada  lo aceptaría, pero me temo que no es el caso.
  Es verdad que en lo que llevamos de año son ya más de veintisiete las mujeres asesinadas por sus parejas y trece los niños que se han quedado huérfanos. Es una cifra  intolerable. También hay que hacer notar, aunque esto no merma para nada el problema, que muchos de los implicados en este drama son extranjeros. Todos sabemos que en otras culturas el machismo impera en sus sociedades y eso es muy difícil de erradicar teniendo en cuenta el poco tiempo que llevan residiendo en nuestro país. Pretendo decir con esto que las medidas que se han legislado al respecto y hasta el momento en España no son tan malas y que vamos por el buen camino. En esto pasa un poco como con la delincuencia común, y aunque sea políticamente incorrecto manifestarlo, una proporción de estos casos, posiblemente más del 30%,  se den en parejas procedentes de otros lares, allende nuestras fronteras.
  Por otra parte se da la paradoja de que en países aparentemente más civilizados y con cultura democrática superior a la nuestra, Suecia o Dinamarca, por poner un par de ejemplos, curiosamente se dan más casos de violencia domestica que en nuestro país. Y esto a pesar de que la mujer lleva allí décadas emancipadas. Acordémonos de la trilogía sueca de… Los hombres que no amaban a las mujeres,  escrita por Stieg Larsson,  precisamente como denuncia ante el grave y silencioso problema que se daba allí. Esto tira por tierra la teoría, según la cual, éste fenómeno es más propio de países latinos con costumbres más machistas… ¿Quién se atrevería a pensar ni por un momento que esos paraísos de cultura e igualdad  fuesen líderes en Europa de mujeres asesinadas?...  Entonces…¿cuál es la solución?
  La solución no viene, obviamente, en emular a los países musulmanes, que se corresponden  por cierto con una cuarta parte de la población del globo, en donde este tema no se trata, ni tan siquiera superficialmente.
  Tampoco hay que buscarla en oriente, empezando por la India, en donde las noticias de violaciones y homicidios de mujeres  son apabullantes… O en China, tener hijas allí era una afrenta y un gasto extra para las familias hasta hace dos días. De hecho muchos miles de niñas eran abandonadas al nacer. Ahora tienen un grave problema, hay una desproporción  considerable de sexos, sobran varones.
  África tampoco ayuda en la solución. Allí la cosa tampoco pinta muy bien para el sexo femenino. Todos hemos oído o visto con qué asiduidad se practica la ablación en chicas jóvenes. Una acción horrible para las mujeres  y un acto de machismo incalificable.
 Tengo como todo el mundo criterios propios sobre el tema. Creo en que el maltratador que llega a realizar un acto así de canalla con una mujer, trae de marchamo en su genoma la violencia o la ira, o la adquiere en los albores de su existencia. El hecho de ejercerla sobre la mujer sería por ser más débil físicamente. Es decir, en realidad es un acto de cobardía por su parte. Fijémonos en la rabiosa actualidad y comprobemos cómo muchos niños acosan de manera inmisericorde a otros compañeros del mismo sexo en las escuelas, simplemente por ser débiles. Lo que ahora llamamos bullying, y que por cierto a existido siempre.
  Muchos hombres son violentos por naturaleza y ejercen esta violencia allá donde una eventualidad lo requiera. La vemos a diario en disputas entre vecinos, o en incidentes de tráfico...¿Qué no harán con sus mujeres?.. Casos extremos de asesinatos de mujeres es difícil que se erradiquen totalmente, porque un individuo parcialmente perturbado y en un momento de ira siempre estará presto al arrebato, y eso es muy difícil de paliar.
  Pero en lo que si podemos y debemos incidir es en la educación desde la más tierna infancia. Y hacer comprender a todos nuestros jóvenes que cada uno es libre y soberano  para hacer con su vida lo que estime oportuno… Nadie se debe a nadie en contra de su voluntad.
  Por otra parte, el deber de los políticos es incluir en nuestras leyes artículos claros para una justa convivencia. Y que se apliquen ya desde las escuelas la consigna aquella de… la igualdad entre mujeres y hombres es sagrada….Todos deberíamos grabarnos en el frontispicio imaginario de nuestra grandeza  como seres en humanos evolucionados, un lema que dijera… Nadie tiene derecho a privar de su vida a un semejante.
  Aplicando estos buenos deseos, sin duda, NO acabaremos con algunos o muchos crímenes de nuestras mujeres, pero SI contribuiremos a  disminuir el maltrato, el desprecio, o las humillaciones de los hombres para con las mujeres.
Dicho queda…
                          Joaquín Yerga
                           30/05/2017