Morir...
¿Caer como
gota
de mar en el mar
inmenso?
¿O ser
lo que nunca he sido:
uno,
sin sombra y sin sueño,
un
solitario que avanza
sin
camino y sin espejo?
--A. Machado--
Olvidaros de esa imagen que ronda por vuestras cabezas sobre las antiguas brujas. Sí, esa según la cual todas ellas serían mujeres viejas, arrugadas, enlutadas, sin dientes, y tal vez con nariz aguileña y desproporcionada. Porque resulta que las hechiceras de antaño eran todo lo contrario, jóvenes y bellas, y debido a sus atrayentes atributos ¡mira tú!, muchas fueron condenadas Su atractivo sexual era una muestra de su maldad, según las pacatas autoridades eclesiásticas de entonces..
El método para acusarlas consistía en hacer correr de boca en boca una falsa acusación sobre la mujer para que todo el pueblo la señalara como maligna, pérfida o bruja; e inmediatamente intervenía las autoridades de la Inquisición.
También la percepción que tenemos de aquellos misteriosos aquelarres que organizaban las brujas, en donde no faltaban sacrificios de niños, cópulas con animales, (sobre todo cabras, animal muy recurrente para estos actos) o elaboración de pócimas humeantes y venenosas, nunca existieron. Sólo fueron inventos de las calenturientas mentes de los inquisidores.
Las torturas a las que eran sometidas aquellas pobres infelices eran tremebundas. Si no confesaban sus supuestos crímenes, el suplicio y tormento se tornaba insufrible. Desde arrancamiento de uñas, dislocación de miembros o quemadas a fuego lento, hasta el empalamiento por el trasero con objetos contundentes.
Por cierto en Fuente de Cantos tuvimos una bruja, María Candelaria, un personaje peculiar; preparaba potingues para la fertilidad femenina.
Fijaos en qué consistía el brebaje de María Candelaria: trozos de las uñas de los pies y de las manos, pelos de diferentes partes de su cuerpo, luego se mezclaba todo con agua y se le añadía romero, culantro seco e incienso. Una vez conseguido habría que removerlo con una ramita de retama. Se lo tomaba la afectada y, ríase usted de la viagra..
Lo raro es que María Candelaria se librara de la hoguera. No sé que hizo para esquivar a la Inquisición..
El Tribunal de la Inquisición (Santo Oficio) de nuestra comarca estaba en Llerena, y según algunos documentos, unas 5.000 personas fueron acusadas de diversos delitos contra la moral católica sólo a finales del siglo XVI, (el peor).
Zurbarán también fue investigado por dudar el tribunal de su limpieza de sangre. De hecho, su madre y sus tres mujeres pudieron tener orígenes judío-converso, algo muy mal visto en aquella intransigente época..
En Fuente de Cantos hay constancia de al menos 12 víctimas del Tribunal de la Inquisición en aquella época: el licenciado Cuellar fue acusado por herejía, al trabajador Gonzalo Miguel de 40 años, por fornicador, lo mismo que al criado Benito Sánchez. Sin embargo a María Peraza y al obrero cardador Baltasar Pérez por bígamos los incriminaron. El caso de Juan Domínguez fue menor, por blasfemo pasó un tiempo en las mazmorras..
En fin...
Joaquin Yerga
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