martes, 2 de marzo de 2021

El tipo que no daba un duro a los mendigos

                                                                                 



Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo…
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más… Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.

--José A. Buesa--


Una mendiga pide a las puertas de una iglesia con un niño en brazos. La primera impresión de cualquiera de nosotros con buenos sentimientos es ayudarle, darle unas monedas. Eso sería compasión, pero, ¡ojo!, si sabemos que con nuestra generosidad promocionamos la mendicidad infantil ¿Sería mejor no darle nada?.. 

Cierto, lo correcto sería NO DARLE NADA..

El filósofo alemán, Kant, pensaba que la moral no debía mezclarse con la emociones. Hay personas que sienten compasión y empatía, otras no. Hay personas que son malas y a las que les cuesta sentirse generosas, otras se desprenden fácilmente de su dinero para ayudar a los demás. En cualquier caso, ser bueno o malo debe ser algo propio de cada uno, pero cumplir con la moral y hacer lo correcto eso debemos hacerlo todos.. Y LO CORRECTO ES NO DARLE NADA A LA MENDIGA.

Nos queda ya muy lejos las enseñanzas de Kant, que nos decía que había que vivir de acuerdo a una correcta moral. Y no estaría de más volverlo a rescatar, porque, ¿Por qué creéis que los alemanes han sido siempre tan civilizados, tan cuadriculados, tan educados, tan correctos, y tan buenos ciudadanos? Pues sí, creéis bien, ya en las escuelas les machacan con Kant y otros filósofos parecidos. 

Por cierto, ¿qué es lo que dota a nuestra vida de sentido¿ ¿Alcanzar el éxito profesional? ¿Nadar en riquezas? ¿Ser famoso?. Pues debería importarnos, sobre todo, hacer todo aquello que está bien, por la sencilla razón de que está bien (¿buena conciencia?) esto lo decía Kant.

Conste que esto no tiene nada que ver con la religión ni con Dios, es cosa de los hombres, de su razón como seres inteligentes y de su dignidad como ser humano; esto lo digo yo..😊😊

En fin

Joaquín







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