domingo, 31 de marzo de 2024

Los remordimientos de una hija para con su madre

                                                                                         



A mi madre se le vinieron los años.

Discúlpame mamá si contigo soy poco paciente, si cuándo me hablas lo mismo te digo que ya me lo contaste; si me enfado cuándo te abrochaste mal la blusa, si te fuerzo a que tomes un baño, o me molesta que ensucies cuándo se te derrama la sopa.

Perdóname porque sé que ya se han cambiado los roles, que hoy es cómo si fueras tú la hija y yo la madre, pero que, aún anciana conservas el pudor cuándo te aseo o te cambio el pañal.

Ya no puedes ir a mi paso, mamá, y se te olvidan las cosas, y yo no tengo perdón cuándo quieres hacer algo aún por ti misma y me desespero.

Discúlpame por no entender que contigo han avanzado más las manecillas del reloj, que tú calendario lleva más hojas gastadas, y que tú piel está ya curtida por el tiempo.

Perdóname, por favor, por no aprovechar cada instante a tú lado, por estar de prisa, por estresarme y rematar contigo. Por no comprender que si la vida me lo permite, tendré un igual destino, dónde dependa del amor y la paciencia de otros.

Si, madre, se te han venido los años y a mi un tanto el remordimiento. Cuándo te miro caminar lentamente a mi encuentro, cuándo veo que aún me observas con ternura y es entonces cuando me pongo a pensar que debo amarte y abrazarte más, porque no sé si ese día nos estaremos despidiendo.

Patricia A.


miércoles, 13 de marzo de 2024

¡Ah! ¿Qué no os sentís españoles?.. Pues nada, ajo y agua..

                                                                                     




      


         ¡Por qué empeñarse en buscar

a quien se quiere esconder!

Si Dios ni se deja ver,

alma, ¿Cómo le has de hallar?

--Amado Nervo--


En verdad os digo que el aburrimiento, a veces, hace cometer insensateces. Si, porque, mirad que ocurrencia acabo de tener. Se trata de hacer una lista de las regiones españolas según su grado de españolismo.

Ya sé que todo esto es relativo y que el sentimiento patriótico es muy difícil de cuantificar, pero podemos intentarlo.. Conste que esto no va de izquierdas y derechas; se puede amar a su país de muchas maneras posibles  y al margen de la ideología que se tenga..

Estoy seguro que después de hacer una pensada a la cosa llegaremos a una conclusión: que las regiones con idioma propio son las menos, digamos españolistas. Debe ser que el habla les hace ser diferentes.. Por supuesto, cualquiera puede desear ser independiente, faltaría más, pero, ¡por favor!, que no se inventen un pasado propio que nunca han tenido..

Bien, pues vamos a lo prometido:

Hoy en día, aunque esto puede cambiar, Cataluña con el 45% de independentistas sería la región menos españolista. Además se han tomado a pecho esto de la independencia y ya no tienen paciencia, ¡la quieren ya!..

El País Vasco, son los que más guerra han dado siempre en estos menesteres; tanta que incluso crearon la ETA para poner muertos encima de la mesa y así negociar con presión la independencia. Ahora, y por mucho que despotriquen, sólo el 25%, poco más o menos, desearían independizarse. Yo tampoco lo haría, son los más ricos, no aportan nada al estado y aún así nos sacan una pasta gansa al resto

No olvidemos a Baleares. Muchos de aquí desearían formar parte de eso que llaman: la gran "Paisos Catalans", junto a Cataluña y Valencia. No sé pero, apuesto que al 25% de mallorquines y menorquines le repatea ser ya españoles..

Parte de los valencianos ídem de lo mismo; ellos hablan un idioma muy parecido al catalán; de hecho es un derivado suyo.. También ponen por delante ser valenciano a español. Quizás la provincia de Alicante de habla más castellana, sea la excepción. Estoy seguro que no menos de un 20% de los nativos de esta soleada región no le importaría pasar olímpicamente de España..

En Galicia hace tiempo que el Bloque Galego, de cariz independentista, y las llamadas Mareas de Podemos no le harían ascos a una especie de república independiente. Entre el 15 y el 20% de indepes contaría yo en esa autonomía..

Navarra y su tercio noroccidental están más cerca de Euskadi que del resto de la comunidad.. Supongo que el 25% desearía la independencia pero, ¡ojo!, otro 50% sería más navarro que español.

Canarias a pesar de que independientes las pasarían canutas con Marruecos, que aspiraría a adueñarse de ellas, aun tiene un 15% de despistados indepes.. 

Aragón, créanme, sin ser soberanistas, la mayoría son más aragoneses que españoles. 

En Asturias, también son muy suyos y más ahora que quieren imponer el Bable como idioma cooficial. No, no es una región donde presuman especialmente de españolidad.. 

Cantabria, antigua provincia castellana, ¡ya veis! también emulan al País Vasco y andan con veleidades regionalistas radicales. Para ese menester han tenido al tontainas del Revilla..  

La Rioja, ¡otra que tal baila!, cuna del castellano ¡nada menos!; airean más su desconocida bandera que la rojigualda. 

Y luego están los que menos se avergüenzan de ser cien por cien españoles.. 

Andalucía, la España cañí; todo el mundo allende nuestras fronteras identifica a esta querida región nuestra con España entera. Aun así, todavía un 10% enloquecería con la República Andaluza; que se lo pregunten a los del Sindicato Andaluz de Trabajadores o al Gordillo ese de Marinaleda.. 

En Extremadura, mi tierra, apenas un escaso y residual 3% de mis paisanos, creo, soñarían con ser independientes.. ¿A dónde íbamos a ir nosotros solos? ¿Al precipicio?..

Difícil será ver a uno de Murcia que no sea, a la par que murciano, cien por cien español, y a mucha honra. 

En Castilla y León, y Castilla la Mancha, por ser cuna de España, no creo que nadie se sienta, no sólo indepe, sino que anteponga sus propios símbolos por los españoles.. De hecho ni sabemos el color de sus banderas..

¿Y Madrid? Pues qué les voy a contar, que no creo que ninguna región sea más española. Estaría bueno estando aquí la capital del reino.. 

Y luego están Ceuta y Melilla, españolas hasta la médula pero, conste que la fuerte inmigración marroquí está trastocando el panorama..

En fin, que sepáis que tenemos en España un verdadero problema de desintegración. Como latinos, somos vehementes y exaltados y encima nos ha tocado en suerte una serie de políticos regionales de segunda división que aprovechan, malmeten, incordian, compararan, victiman, mienten, exageran etc, etc. y consiguen que, lo que antes era puro hermanamiento y fraternidad entre españoles sea ahora un caos, un desconcierto, un sálvese quien pueda y que cada uno tire para lo suyo..  Y encima odiándonos unos a otros, que es peor.. 

En fin. qué país. 

Joaquín

domingo, 10 de marzo de 2024

Se casaron con quien no debían, pero volvieron a reencontrarse

                                                                                   



Yo la amé, y era de otro que también la quería.

Perdónala, Señor, porque la culpa es mía.

Después de haber besado sus cabellos de trigo,

nada importa la culpa, pues no importa el castigo.

Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargo,

mis labios están dulces por ese amor amargo.

Ella fue como un agua callada que corría...

Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.

--José A. Buesa--



Alice era una joven casada y encantadora, pero ligerita de cascos. Tanto lo era que tuvo hijos de tres hombres diferentes. Y resulta que una de ésas hijas todo el mundo sospechaba (con fundamento) que era hija de Eduardo, príncipe de Gales. Pasado el tiempo, y muchos revolcones sexuales después, vino al mundo una bisnieta de Alice; le pusieron de nombre, pasmaos: Camilla (Parker-Bowles)

Y qué paradoja, resulta que el actual Príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra (el de las orejas infinitas, y ahora rey) tuvo el mismo bisabuelo que su actual querida esposa Camilla, el tal Eduardo VII,

Ciento cincuenta años después se repite la historia. 

Fijaos: 

En 1885, Eduardo VII, Príncipe de Gales, (apodado el Acariciador) conoce a su amante mas experimentada, a la inteligente y bella Alice Kepper. En 1970, otro Príncipe de Gales, Carlos (el orejudo) bisnieto de Eduardo, conoce a su querida mas avezada y lista, (que no bella) Camilla Parker-Bowles, bisnieta de Eduardo y de su amante Alice, ¡Menudo embrollo!.

Camilla conoció al tímido e inexperto Carlos al terminar éste un partido de polo del que es muy aficionado; estaba sudoroso y cansado. Camilla buscó la excusa perfecta para saludarlo y contarle lo de sus antepasados comunes. Por supuesto, Carlos, se quedó prendado de su osadía e inteligencia. A partir de entonces quedó rendido a sus píes.

No obstante, Camilla estaba muy enamorada del capitán Andrew Parker-Bowles. Se dice que ésta tonteó con Carlos para darle celos a Andrew. Seguro que hay mucho de cierto en todo esto.

Carlos Camilla se hicieron amantes, pero tuvieron que verse a escondidas, pues ella, a ojos de la puritana sociedad inglesa, era plebeya. Acordaron dos bodas, Carlos con la supuesta bobalicona Lady Dí, y Camilla con el capitán Andrew.

Parece ser que Carlos lo pasó muy mal con el bodorrio de ella, señal de su enamoramiento. Aun así jamás dejaron de verse y de llamarse tres o cuatro veces al día por teléfono. Después del accidente y muerte de Lady Dí, (que todos conocemos al dedillo) la cosa, por fin, se les puso a huevo a la pareja. Y ya sabemos del desenlace final. 

Camilla ha tenido una vida sexual activa y prolífica, con lo que es una experimentada amante. Asunto, por cierto, que le ha venido bien al tontorrón de Carlos que era un poco pacato en estos menesteres.

Como veis, el episodio se repite con aquellos antepasados de la época victoriana, pero los personajes, a pesar de ser parientes, no son comparables. El bisabuelo de Carlos, Eduardo VII, era un consumado fornicador. No así su bisnieto Carlos que es más bien timorato en estos verdes asuntos. Tan solo Camilla ha heredado la soltura amatoria de su bisabuela, la bella y avispada Alice Kepper.

Dicho queda…

Joaquín 







domingo, 3 de marzo de 2024

El borracho de mi pueblo

                                                                                     


     


Heme aquí junto a tu sepultura,

Hermegarda,

para llorar tu carne pobre y pura

que nadie de nosotros vio pudrirse.

Otros vendrán lúcidos y enlutados,

sin embargo yo vengo borracho,

Hermegarda, yo vengo borracho.

Y si mañana encuentran la cruz de tu tumba

caída en el suelo,

no fue la noche, Hermegarda,

ni fue el viento.

Fui yo.

Quise amparar mi ebriedad en tu cruz

y rodé por el suelo donde reposas

cubierta de margaritas, triste todavía.

Heme aquí junto a tu tumba,

Hermegarda,

para llorar nuestro amor de siempre.

No es la noche, Hermegarda, ni es el viento.

Soy yo

--Ledo Ivo--



"In vino veritas", en el vino está la verdad, decía el historiador romano Plinio el Viejo.. 



Si hacemos caso a la Biblia, fue el mismo Noé quien plantó las primeras vides al salir del Arca, y luego incluso se emborrachó al beber más de la cuenta, con lo que fue el primer borrachuzo de la historia en coger una cogorza..

Para los romanos tenía tanta importancia el vino que hasta se inventaron un Dios para él, Baco, y menudas juergas se traían en su festividad. 

En España fueron ellos, los romanos, los que plantaron las primeras cepas.. Pero bebían un vino mucho más peleón que el que bebemos ahora.. Para llegar hasta el grado de calidad de los nuestros han hecho falta muchos años, mucha dedicación y mucha técnica, y mucho francés, por cierto, que son los que han revolucionado el asunto..

Si os dijera que un buen catador de vino distingue hasta cien características diferentes en un sorbo de vino ¿os lo creeríais? Pues es cierto, existe todo un vocabulario del vino que sólo los muy entendidos conocen. 

En un pequeño trago de vino un catador nos puede decir que el vino es: Acerbo, Aceitoso, Abocado, Afrutado, Ahumado, Aguja, Amable, Armonioso, Austero, Elegante, Fatigado, Nervioso, Equilibrado, Rustico, Vainilla, Oxidado, etcétera, etcétera. Y por supuesto ponernos al corriente del lugar de donde procede y el año de la cosecha..

Lo dicho, éste del vino se ha convertido en un mundo elegante, de alto copete, no distingue sexo (cada vez más mujeres entran en él) y por supuesto nada tiene que ver con aquellos rancios vinos de las añejas tabernas de entonces y los pobres viejos alcoholizados de pueblo que todos tenemos en mente.. 

Ahora cualquier restaurante que se precie debe tener su carta de vino, y nosotros saber el mejor maridaje con lo que vamos a comer. 

Claro que yo con un "Riberita del Guadiana", joven, curado en roble, de cinco o seis eurillos la botella me voy apañando.. 

Joaquín