miércoles, 31 de octubre de 2018

El Diario más íntimo





Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y duro del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a letanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue.
(Claudio Rodríguez)


Hace unos años saltó a los medios una noticia cuanto menos curiosa. Varios historiadores ingleses habían conseguido descifrar un Diario escrito hace la friolera de cuatrocientos años. El Diario fue redactado por un miembro del gobierno inglés e impreso en un código particularmente difícil de traducir a un lenguaje legible. El misterioso Diario tiene, créanselo, argumentos suficientes para serles especialmente interesante, sino miren...
Apuesto que pocos saben de Samuel Pepys. Y es admisible que apenas lo conozcan porque ni fue un rey ni ministro siquiera, tampoco fue un héroe ni artista importante, sencillamente fue un Lord del Almirantazgo ingles de mediados del siglo XVII. Éste hombre, hijo de un simple sastre, empezó como funcionario naval de la marina británica y terminó como Lord, con sirvientes y carruaje propio, que ya era la repera en aquellos tiempos para un tío de extracción humilde.
Pero, tampoco lo traigo aquí a colación por esto último, estaría bueno, lo traigo por algo más simple, más sencillo pero a la vez, digamos más retorcido, más morboso si me apuran. Sí, éste hombre se hizo famoso siglos después de morir por un Diario, su Diario más íntimo, que escribió, por cierto, durante una docena de años de su vida. Y dirán, ¿Qué tiene un Diario de un tipo casi normal para ser tan importante? Pues esperen y verán...
Éste tío vivió en Londres y en una época muy especial; el diario lo escribió entre 1660 y 1669 y en ése tiempo allí pasó de todo. Y pasaron cosas tan importantes como la gran peste, el incendio que asoló las tres cuartas partes de la ciudad o el reinado de un par de reyes, y todo lo reflejó paso a paso en su Diario. Pero del Diario, además de describir con todo lujo detalles los tejemanejes y los enredos del gobierno y la política inglesa de aquellos años con una sinceridad pasmosa, lo que llama poderosamente la atención son las intimidades más escabrosas que cuenta sobre su persona y los que le rodean, sobre todo de su mujer.
Samuel Pepys, en un tiempo en que la gente se ocupaba de asuntos espirituales o políticos, éste hombre centra su interés en asuntos mundanos. Sus memorias nos muestra la fascinación que sentía por el comportamiento del ser humano, sus ambiciones, sus celos, o su atracción por el escándalo. Imaginen qué bicoca encontrar un Diario de un tipo así de franco que cuenta con pelos y señales su más íntimos deseos.
Pepys recoge su propia conducta con curiosidad sin limites, incluidos detalles vergonzosos y humillantes que cualquiera de nosotros hubiéramos omitido con toda seguridad, por ejemplo, una ocasión en la que su esposa, Elisabeth, lo descubre con la mano metida bajo la falda de su señora de compañía, o la combinación de dolor y alivio culpable que lo embarga a la muerte de cierto hermano inconformista. Sus paginas se acaloran, no solo con vislumbres de la deliciosa ropa interior de las amantes del rey Carlos II, sino también con los relatos de las aventuras sexuales del propio Pepys. La descripción que ofrece de su tempestuosa relación que mantuvo con su mujer, con quien se casó por amor, son una de las más francas que ha dado la literatura. Sus paginas hablan de violentas discusiones, riñas lacrimosas, burlas e insultos, y también reconciliaciones y solidaridad de ambos en las enfermedades Y no se calla nada, incluso los regalos que le hace a Elisabeth a fin de mitigar su sentimiento de culpa después de algún episodio más de galanteo, ni tampoco los pormenores de sus relaciones sexuales, un tanto problemática a causa del dolor que acusaba ella “en los labios de su cosita”
En fin , no crean que es habitual encontrar unos detalles tan minuciosos de todo lo que pasaba en aquella lejana época, incluido, cómo no, las relaciones personales y sexuales de la gente de entonces. Pepys donó todos sus libros, incluido su insolente Diario a la Universidad de Cambridge, y allí ha permanecido sin que nadie pudiera descifrarlo hasta ahora que, para regusto de cotillas (como es mi caso) lo hemos conocido. Y os garantizo que es delicioso.. Por cierto, Pepys, murió en 1703 y dejó en herencia una buena tajada a su criada con la que mantuvo una fructífera relación cuando murió su mujer..
Dicho queda...
                                                                     Joaquín Yerga
                                                                     31/10/2108



martes, 30 de octubre de 2018

Corazones intrépidos..

                                                                                  




Cerró los ojos cansados de mirar
la sombra de la muerte por su alcoba,
espía que acechaba en los bordados
damascos de su lecho de caoba.
Quiso bajar hasta el jardín. Decía
cosas tan vagas, que ya nadie sabe
si en su palabra sin matiz había
algo que fuera humano. Limpia y suave,
el agua de la fuente discurría
entre hojas secas. Ella, sonriente,
fue más que luz, bajo la luz del día.
--Agustín Acosta--


Kate y Spencer se conocieron durante el rodaje de una película y ya no se olvidaron. Vivieron juntos el resto de sus vidas; exactamente hasta la muerte de él. Fue lo único que los separó... 
Kate estaba divorciada, con lo que nada ni nadie le impedía irse a vivir con Spencer. Él, sin embargo, estaba casado y además era católico y no podía separarse de su mujer, pero se hicieron amantes. 
--Eres muy bajito para mi, pero creo que me he enamorado de ti---le dijo ella entre bromas y pura sinceridad, una noche despues de hacer el amor--
--Sin embargo tú eres hermosa, amor mío, pero yo te amo más---sonrió él mientras la abrazaba fuerte contra su pecho-
Todo iba bien. Eran guapos, jóvenes y famosos, aunque su amor lo mantuvieron en secreto. En realidad un secreto a voces que los grandes estudios cinematográficos, en donde ambos trabajaban, procuraban silenciar para no indisponer a su público y admiradores..
Kate era una mujer luchadora, una hembra de carácter y de ideas feministas; al menos eso transcendía de su manera de vivir y de sus palabras, dichas en las mil entrevistas que le hicieron. Por eso sorprendió a todos que al morir Spencer ella escribiera en "Sus memorias" lo que escribió...
Y escribió algo terrible de él. Por ejemplo que la maltrataba psicológicamente, y hasta que le dio algún golpe que otro. Confesó que él era diabético y alcohólico, atroz combinación para una vida serena. Contó, además, que cuando bebía más de la cuenta se ponía violento e insoportable.
El libro fue un escándalo, algunas os acordaréis. A la pregunta del porqué ella aguantó tanto, contestaba que lo suyo derivó en una especie de amor compasivo. Tal vez quiso regenerarlo y actuaba así por algún instinto maternal o de protección hacia él, a pesar de ser siete años más joven. Y quizás fuera cierto, ya una vez dijo de él que jamás le abandonaría, su presencia torturada y sus terribles depresiones se lo impedían.
Pero.. ¡¡Esperad, amigas!! ¡Acabo de leer una noticia curiosa!.. Resulta que...
Sí, olvidaros de todo lo que os he contado hasta ahora. Acabo de echarle un vistazo al libro de memorias de un tal Scotty Bowers famoso gigoló de Hollywood, “Servicio Completo” se titula, en donde nos dice que todo fue un montaje entre ellos dos y su productora.. 
Esa larga y fructífera relación de amor & odio que ambos mantuvieron sólo fue un engaño, una tapadera para ocultar la realidad.. ¡Y es que ambos eran homosexuales en una época muy dura para serlo!
Ella, Katharine Hepburn, magnífica actriz, bisexual y lesbiana, y él, Spencer Tracy, tremendo actor, homosexual reprimido e inconfesable, incluso aporta datos, y nombres y apellidos de los numerosos amantes de los dos 
En fin, por mi parte, chicas, casi todo cuadra, ahora lo entiendo. No sé vosotras.. Pero os digo una cosa: ¡me da igual!. Me quedo con la primera parte de la historia. A los dos admiraba y a los dos los sigo viendo con verdadero entusiasmo en sus maravillosas películas, y hasta en sus vidas privadas.. Peor ha sido el guantazo de Will Smith a Chris Rock el otro día en la entrega de los Oscars, pero de eso hablaremos otro día..
Joaquin 

                                                                             

                                                                         Kate Hepburn

                                                                                     

                                                                          Spencer Tracy





                                                                   



sábado, 27 de octubre de 2018

España a vista de pájaro





¡Ah, si vieras tu huerto! Ya no hay rosas,
ni lirios, ni libélulas de seda,
no cocuyos de luz, ni mariposas...
Tiemblan las ramas del rosal, medrosas,
el viento sopla, la hojarasca rueda.

Amiga, tu mansión está desierta;
el musgo verdinegro que decora
los dinteles ruinosos de la puerta,
parece una inscripción que dice: ¡Muerta!
El cierzo pasa, y suspirando: ¡Llora!
(Amado Nervo)


Les propongo un breve paseo por algunas de nuestras ciudades más vistosas. Estoy seguro que ya han visitado alguna vez las que he elegido. Y si no lo han hecho no lo demoren, pues de juicioso es conocer lo más cercano. Además no duden lo más mínimo de que tenemos un país rico y variado, y no sólo en naturaleza, también en paisajes urbanos... Si, porque...
¡Hay tanto donde elegir, tantos monumentos que contemplar, tanto arte del que disfrutar que se hace difícil la elección de las mejores de ver!. Aunque estarán conmigo que sólo un puñado de ellas son las que se llevarán la palma de nuestra predilección.
Yo empezaría de mayor a menor, es decir, de las más repletas en cantidad y calidad de sus patrimonios a la que menos. Claro, que muchas veces es cuestión de gusto, y sobre gustos ya se sabe... Y sabemos también que para describir todo lo que tienen cada una de ellas harían falta muchos folios, y no ha lugar; así que voy a enumerar lo más representativo de cada lugar..
Madrid la pongo la primera en la lista; y no es por nada, sino que es la que posee mayor patrimonio digno de ver. Sobrevolemos, pues, Madrid...
Tengan en cuenta que Madrid ha sido la capital de la nación durante los últimos quinientos años, salvo pequeñas etapas. Y ya saben, no sólo hemos tenido un país más o menos grande, más o menos rico, sino que tuvimos un imperio con todo lo que eso conlleva de riqueza y poder, y Madrid era su metrópoli.
No hubo durante siglos decisiones importantes que no se cocieran aquí; ricos, nobles y aristócratas que no tuvieran algún palacete aquí, o proyectos innovadores que aquí no se desarrollara. Historias a miles; escritores, políticos, artistas, todos los que han destacado en sus disciplinas en el país entero por sus calles ha transitado o en sus cementerios están enterrados...
Pero dejemos nuestra capital; elevemos el vuelo cruzando raudo Aragón, de sur a noreste. Ya vemos abajo y sólo de pasada la gran ciudad de Zaragoza y los minaretes del Pilar. Aunque, pasamos de largo, esta vez no toca... A poco más de 250 kilómetros pero a escasos minutos de vuelo se nos presenta, ¡de pronto!, la inmensa planicie urbana, suave, extendida, inclinada entre el Tibidabo y el mar, de, Barcelona...
Barcelona, la segunda gran metrópoli española. Se resiste como gato panza arriba a dejar el primer puesto que siempre ocupó. Ciudad antaño cosmopolita y ahora provinciana por mor de políticos de corta vista. Barcelona es una ciudad hecha en el XIX en cuanto a arquitectura. Bien diseñada en su espectacular ensanche le debe a su principal hijo adoptivo Gaudi, gran parte de lo que es, y es mucho, créanselo. Mitad europea mitad mediterránea; industrial y comercial a partes iguales, supo sacar provecho de su lugar estratégico, a tiro de piedra entre Francia y el Mediterráneo. Si duda es la ciudad preferida por los visitantes foráneos...
Y levantamos el vuelo de nuevo; volvemos a cruzar la península en vuelo raso, de norte a sur. No hay tiempo para más. Vemos al fondo las bellezas naturales de tantas tierras de Aragón, de la Mancha. Ahora traspasamos Despeñaperros; ya divisamos la Giralda a lo lejos. Aunque ahora hasta las aves la confunden con esa fea torre de cristal levantada en la orilla izquierda del río Betis, frente a Triana...
Sevilla tiene, como dice la copla, un color especial. Sureña, blanca, moderadamente asequible; su casco histórico es deslumbrante, con sus Reales Alcaceres, y su catedral, mole inmensa, y su torre, tal vez la más bonita del mundo, y su río... ¡Oh rio Guadalquivir que rodeas la cintura de la ciudad más hermosa!... Sevilla es renacentista; todo se lo debe al XVII, cuando fue la capital del mundo...
Y nos vamos, partimos en pos de otras tierras. Dejamos atrás con pena y nostalgia la gran ciudad andaluza para enfilar hacia el norte, para adentrarnos en Extremadura. Seguimos la Ruta de la Plata pasando por calzadas y puentes romanos de infinitud de arcos. Y contemplamos, encandilados, encinas y olivos, y los picachos de campanarios de alguna hermosa ciudad centenaria, pero no paramos, sino que cruzamos el sistema central con sus cumbres aun nevadas y nos adentramos en tierra de dehesas y de toros... Ya se vislumbra la catedral y su torre, ¡Qué ganas de verla!...
Salamanca es robustez en piedra tallada, misticismo, universidad, conventos, campanas, sabiduría. Ciudad modesta y abigarrada, seria, castellana hasta la médula. Pasearla toda ella no nos llevaría más que un día, es cierto, pero un día inolvidable de arte y de historia. Tiene plazas, tiene catedrales, dos por falta de una, y tiene un sinfín de iglesias a cual más sagrada, y callada, pero...
Remontamos el vuelo una vez más. Ahora ruta norte-noroeste. Hay que abrigarse cruzamos paramos y montañas. Ganas dan de bajarse en Zamora o en León, que las vemos abajo, y tomarse un vinito del Bierzo en cualquier cantina de su Barrio Húmedo, pero no, seguimos hasta Galicia. Y por fin, después de sortear vientos y chaparrones se nos aparece ante nuestros ojos la inmensa mole de la catedral, estamos en Santiago de Compostela.
Santiago, mito y meta de peregrinos, la ciudad del santo, húmeda, pedregosa. Por sus estrechas calles de adoquines han transitado miles de penitentes a lo largo de los siglos. Desde que una vez hace más de mil años al avispado obispo Teodomiro se le ocurrió lo la tumba del santo ha sido ciudad de milagros, de promesas, de recompensas... Hoy capital de Galicia y de España entera; no en vano su más preciado difunto, Santiago el Mayor, cerraba España después de vencer a los moros...
Porque Compostela es ciudad pequeña pero grande en historia. Su fama traspasó fronteras desde hace mil años. Los diferentes caminos para llegar a ella fueron, de alguna manera, el preludio de la globalización, y..
Pero seguimos.. Dejamos las brumosas costas de la más occidental de las tierras de las Españas. Bordeamos ahora el impetuoso Cantábrico, sobrevolamos la verde Asturias y la hermosa Cantabria, esquina y mar de Castilla, y avistamos ya en el horizonte una singular bahía, nos acercamos y, ¡la reconocemos! ¡Es la Concha!  Estamos en San Sebastián... Donosti, como dirían algunos cursis y snobs de medio pelo. A mi me gusta más la "Bella Easo", su apodo más romántico.
San Sebastián tiene suerte, muchos la consideran la más bella ciudad de España. Yo no diría tanto, aunque reconozco su hermosura. Ciudad amable, serena, culta, paseable; más guapa que su hermana mayor Bilbao, que le falta la orilla del mar para babear, aunque presuma de Ria, pero...
Es muy tarde y debemos regresar, aun nos queda una, la mora. Elevamos las alas hasta los confines del cielo para no ver en detalle las maravillas de España que nos puedan entretener. España, sí, ése país hermoso y verde del que decía Estrabón (el gran historiador griego) que una ardilla podría cruzarlo de norte a sur sin pisar el suelo; era tal su frondosidad.. Pero, ¡callen!.. sobrevolamos “La Alhambra”. Ya estamos sobre la fortaleza roja de los nazaríes... ¡La Alhambra! ¡Qué hermosura! ¡Qué belleza! No en vano es el monumento más visitado de las Españas...
Pero Granada no sólo es La Alhambra, es mucho más. Granada es la joya de la corona, el anhelo de los Reyes Católicos, y con ellos el de toda España. Isabel y Fernando amaban tanto a esta tierra que sus últimos deseos fueron descansar aquí para la eternidad..Y..
Granada también es agua, y nieve y jardines, y vegas, y cómo no... Mulhacén y Darro, y Generalife, y los cuentos de Washington Irving... Granada es Federico...
Algunos se llevarán las manos a la cabeza después de haber visto las elegidas, no los culpo, no deja ser un asunto subjetivo; ya dije antes que a veces es cuestión de gustos. Otros cambiarían unas por otras en el orden de la lista, también es justo que así sea y nadie se va a enfadar por ello. De cualquier forma, gusten más gusten menos se admiten opiniones... Por cierto de todas las ciudades expuestas solo tres de ellas son Patrimonio de la Humanidad, averigüen cuales...
Dicho queda...
Joaquín

viernes, 26 de octubre de 2018

Cosas de un genio..




Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo,
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.
(J.R.Jiménez)

Si yo les pusiera en el aprieto de tener que elegir qué músico ha sido el mejor de la historia, el más famoso, el más genial, cada uno tendría el suyo, lógicamente pero, apuesto que estaría la cosa entre Mozart y Beethoven. Yo, si me lo permiten me quedo con éste último...
Pero de Beethoven, ya que es mi preferido, he de contarles un secreto que pocos conocen, porque supongo que todos saben que era alemán, que nació en Bonn, que tenía ascendencia holandesa y que triunfó en Viena; sin embargo, me juego lo que sea que pocos saben de su abuela española.
Efectivamente, la abuela paterna del mayor genio musical de la historia era de Valencia. María Josefa Poll era una niña cuando junto a su familia se exilió a Holanda huyendo de las represalias de la Guerra de Sucesión Española. Allí se casó con el abuelo de Beethoven y tuvieron un hijo, que no fue otro que el padre de Beethoven.
Con estos nuevos datos descubiertos se explican los gestos de Beethoven hacia nuestro país porque, además de ser de pelo negro y tener la piel un poco más oscura que los holandeses de pura cepa, tan rubios y coloraos ellos, siempre se interesó por los asuntos hispanos. Sin ir más lejos, se alegró cuando expulsamos a los franceses en la Guerra de la Independencia, o cuando a su única ópera “Fidelio” la ambientó en Sevilla. Incluso internó a su sobrino preferido y que tanto protegió Karl, en el colegio español de Viena, fundado poco antes por nuestro paisano Anastasio del Rio.
Y ahora voy a pasar de puntillas por lo que todos conocen... Ludwig van Beethoven nació en 1770 y su padre (músico profesional) al igual que el de Mozart intentó aprovecharse del chaval exhibiéndolo por teatros sabiendo de sus cualidades musicales. Pero Ludwig no era Mozart, que fue un niño prodigio. --triunfó ya de mayor-- Con 17 años recién cumplidos se fue a Viena protegido por un admirador aristócrata y allí deslumbró a todos los amantes de la música.
Beethoven no fue un hombre feliz. Se pasó media vida atormentado por una dolencia que, precisamente le impedía oír lo que más quería en la vida, la música. ¡Claro! que también gracias a eso perdimos a un excelente músico pero ganamos al mejor compositor de la historia, se quedó sordo demasiado joven.
Pero vean qué portento; totalmente sordo compuso sus mejores obras. Y miren qué anécdota nos cuentan sobre su sordera... la noche del estreno de su novena sinfonía, los solistas de la orquesta tuvieron que anunciarle que todo el auditorio aplaudía a rabiar, entonces volviéndose, a fin de contemplar la silenciosa ovación se echó a llorar... Y es que ya no oía ni papa...
La vida personal de nuestro genio no fue precisamente placentera. Su sordera le marcó la existencia. Era conocido su mal genio, pero como dijo una vez en una carta...”¡Oh hombres que me reputáis malévolo... testarudo, qué injustos sois conmigo! No conocéis la causa de que tal parezca; hace seis años que mi caso es un caso perdido”...
Y volviendo a nuestro paisano Anastasio del Rio, amigo personal de Beethoven, su dos hijas fueron, digamos, las mujeres de su vida adulta. Una, Fanny, estuvo siempre locamente enamorada de Ludwig, aunque mostró discreto su amor. Él no le correspondía. No obstante, con Nanni, la otra, pasó justo lo contrario, Beethoven la quería pero ella siempre le rechazó.. ¡Lo que son las cosas!.
Nuestro músico y compositor preferido admiraba sinceramente a Napoleón y sus grandes gestas. Pensaba en él como un revolucionario que venia a cambiar las viejas costumbres en Europa, incluso le dedicó una de sus mejores composiciones llamándola “Heroica” en su honor, pero cuando supo de su megalomanía al autoproclamarse Emperador, se desdijo y borró toda referencia suya.
Imagino que todos habremos escuchado la música de Beethoven alguna vez, es impresionante y sublime. Incluso a los profanos de la música clásica como es mi caso les debe encantar algunas composiciones como la balada... “Para Elisa”... no digo más...
Por el personaje, un genio, y por su música, grandiosa y universal, nosotros los españoles debemos estar orgullosos de su ascendencia hispana, y ya que los alemanes, (que me perdonen pero un poco racistas ellos) han ocultado bajo mil llaves sus raíces ibéricas. Ahora que lo sabemos manifestemos nuestra satisfacción por el descubrimiento. Tal vez sus gotas de sangre española le hizo ser el genio que fue...
Dicho queda..
                                                                     Joaquin 
                                                                    

jueves, 25 de octubre de 2018

Durmiendo con su enemigo...






Esta noche al oído me has dicho dos palabras
comunes. Dos palabras cansadas
de ser dichas. Palabras
que de viejas son nuevas.

Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
filtrando entre las ramas
se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
moverme para echarla..
--Alfonsina Storni--

Nunca supo cómo sobrepasó sus férreos controles ni cómo llegó a poseerla sin su consentimiento. Recuerda vagamente que se abalanzó sobre su cuerpo desnudo en un momento de descuido y le inoculó su semen emponzoñado... Quedó exhausta, rendida, desconcertada, entregada; y una extraña sensación de dependencia, de sumisión hacia él se apoderó de su alma. Ya no fue la misma, ya no era ella; su sentir, sus razones, su existencia habían cambiado, ahora se debía a él, a sus caprichos, a sus manías... ¡a su crueldad!... 
Joaquín

Así ataca un virus a una célula sana pero, ¿Sabéis que la palabra virus significa en latín nada menos que, veneno?. No desafinó mucho el que se lo puso, porque algunos virus son, sin duda, puro veneno para nuestra salud y vida.
Con los virus estamos exactamente igual que estaban en el siglo XIX con las bacterias. Acuérdense, a finales del siglo pasado ya empezamos a conocer a fondo las bacterias y sus consecuencias, y le pusimos remedio. Con tesón y trabajo y mucho estudio ideamos las vacunas y vencimos al tétanos, a la rabia, o a la temible tuberculosis que tantas vidas prematuras se llevó por delante.
A diferencia de las bacterias que se reproducen por sí solas, los virus, al carecer de una estructura nuclear similar a la de cualquier ser vivo, (son muy simples) necesitan de las células de otros para reproducirse. Pero, curiosamente, sí tienen código genético y un lugar para transportarlo, la cápside.
Lo que les voy a contar demuestra que no siempre los más grandes son los más fuertes. Fíjaos con qué precisión trabajan los tíos. El proceso comienza cuando un virus entra en un ser vivo a través de sus líquidos humorales, como la sangre o el esperma o saliva. Una vez allí elige las células para las que conoce el código de acceso, así por ejemplo el virus VIH elegirá las células del sistema defensivo o linfocitos, mientras que el de la hepatitis B irá directo a las células del hígado y se adhiere a su superficie por medio de los capsómetros... No me negarán de su argucia...
Una vez que ha ocupado la célula le inyecta su alma nucleica y se hace con el mando. En éste periodo llamado de absorción el paciente no se entera. La pobre célula, desconcertada, deja a un lado las funciones para lo que existía y comienza a trabajar en la formación de nuevos virus; es el periodo de latencia o de incubación.... Y llega la fase de maduración, el virus abandona la célula dejándola malherida y busca otra; el paciente está infectado, ya sufre...
¿Y de las defensas del cuerpo, qué? Pues mientras se está produciendo la infección afluyen raudo millones de anticuerpos a rescatar la célula herida. Y vean qué portento de naturaleza tenemos; los anticuerpos que acuden a la llamada de la célula son específicos para combatir ése virus en concreto. Podemos tener más de un millón de anticuerpos diferentes. Y es que, parece ser, existe una memoria genética, un origen común de millones de años atrás entre las células y los virus.. ¡Qué cosa más extraordinaria!..
Si en ésa cruenta batalla entre los virus y nuestros anticuerpos ganasen estos últimos, ya nunca jamás el paciente volverá a padecer esa enfermedad. Recuerden aquella enfermera gallega que adquirió el virus del évola y que a punto estuvo de sucumbir, pues como lo superó, cosa muy poco habitual, jamas volverá a tener évola. También, y esto nos ha pasado a todos, si hemos tenido sarampión o rubeola de niños nunca volveremos a padecerlos.
Sin embargo hay una excepción en todo esto, se trata de los virus del catarro, de la gripe o del Covid-19, que repiten y repiten, pero tiene una explicación plausible, estos virus no son los mismos en cada proceso, por eso el cuerpo no los combate con vigor. Tan solo la vacuna es capaz de hacerle frente, aunque no con total eficacia, como sabemos..
De los virus, al no tener carga genética completa, los biólogos no los catalogan como a las bacterias o como cualquier ser vivo que si la tienen. Por eso la única forma de diferenciarlos es por su peligrosidad. Los hay altamente infecciosos como el mencionado évola, letales como el dengue o la fiebre amarilla, complicados como VIH o el herpes, o llevaderos como la gripe o el catarro y ahora el ómicron..
De momento los virus representan, tras el descubrimiento de las vacunas para acabar con las bacterias, el mayor peligro biológico para la especie humana. Vamos camino de ganarles la batalla, pero el camino es largo y la paciencia poca...
Joaquín Yerga



miércoles, 24 de octubre de 2018

Tu nombre en mis labios...





Cuando estés vieja, niña
te acordarás de aquellos versos que yo decía.
Tendrás los senos tristes de amamantar tus
hijos,
los últimos retoños de tu vida vacía...
Yo estaré tan lejano que el amor y la pena
que antes vacié en tu vida como un ánfora
plena
estarán condenados a morir en mis manos.
Y será tarde porque se fue mi adolescencia,
tarde porque las flores una vez dan esencia
y porque aunque me llames yo estaré
tan lejano...
--Neruda--


Me estaba acordando del nombre que le puso el explorador español Gaspar de Pórtola a un pequeño poblacho que acababan de fundar en California, le llamó nada menos que: “El rio de Nuestra Señora de los Ángeles de Porciuncula Si, si, pero..
Menos mal que los ingleses, tan prácticos ellos, lo abreviaron llamándole simplemente, Los Ángeles. Hoy es la segunda ciudad de los Estados Unidos en población y la más grande del mundo en extensión. Si nuestro paisano D.Gaspar levantara la cabeza y viera qué emporio de riqueza y lujo es hoy aquel pueblucho seguro que se caía de espaldas y volvía a morirse del susto, el buen hombre.
Un poco más al norte de la ciudad de Los Ángeles, a 600 kilómetros, está la hermosa ciudad de San Francisco, la de las colinas, la del mítico puente Golden Gate y la famosa cárcel de Alcatraz que está en frente, donde, por cierto, jamás nadie se evadió, ni tan siquiera el gánster Al Capone, que acabó allí sus desenfrenados días. Pues sepan que el nombre de San Francisco se debe a otro español, en este caso un fraile franciscano; faltaría más, aquí todo el mundo barriendo para casa. Pasaba éste buen hombre por allí camino de Filipinas y se le ocurrió poner a esa hermosa ensenada del Pacifico, “Bahía de San Francisco”... y con eso se quedó...
Fijaos en la diferencia tan abismal que hay entre los españoles, que somos más bien, místicos, piadosos, orgullosos, y los ingleses tan, pragmáticos, tolerantes, materialistas, tan demócratas, que casi todas las ciudades que fundamos en el Nuevo Mundo, insisto, casi todas, le pusimos nombres alusivos a las advocaciones de la virgen o hacen referencia a nombres de santos. Si no, mirad.. 
Sin necesidad de alejarse mucho de California, allí mismo fundamos, San José, San Diego, Santa Mónica, Santa Bárbara etc. etc. Si son capaces de encontrar entre los cientos de ciudades que crearon los ingleses más de tres con nombres de santos o de vírgenes tenéis premio.
Abundando en nuestras extravagancias religiosas, si os fijáis en los nombres que les pusimos a las poblaciones de Sudamérica, ya ni les cuento. Casi todas hacen alusión a santos, excepto unas cuantas, como Chile, que parece ser, alude a una palabra india que significa nieve, y seguro que era por las nieves de los Andes. Y para que crean lo que les vengo diciendo, vean... La capital del país es Santiago de Chile y la fundó un extremeño de Villanueva de la Serena, Pedro de Valdivia, y se lo puso en honor al patrón de España, ¡claro!..
A 600 kilómetros al oeste de Chile, en el océano Pacifico, se encuentra la isla de Juan Fernández, llamada así por su descubridor. Evidentemente no se rompieron mucho la cabeza. Mirad, desde 1704 a 1709 fue abandonado allí más sólo que la una, un marinero escocés, y ése episodio inspiró a Daniel Defoe para escribir su famoso libro, Robinsón Crusoe.
No se si lo sabéis, pero Chile es uno de los países más raros del mundo en su fisonomía. Es espectacular.. de norte a sur hay la escalofriante cifra de 4.600 kilómetros, es decir, bastantes más que de Cádiz a Moscú y, ¡claro!, si en el sur el ambiente es gélido (cerca de Polo Sur) en el norte se mete ya, casi, en el trópico. Pero, lo paradójico es que de ancho es poco más que Portugal. 
En fin, y pensar que una vez todo esto fue nuestro...
Joaquín
                                                                      
                                                                          



martes, 23 de octubre de 2018

Estoy obligado a contarlo...




Dejé por ti un temblor, una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
(R.Alberti)


Voy a revelarles una historia que, si he de serles franco no me hace ni pizca de gracia, pero la verdad es la que es, y de tipos honestos, creo, es sacar pecho y contarla, aunque no nos haga ningún favor. Es cierto que nunca nos la enseñaron en la escuela, quizás porque fue Castilla nuestra madre y castellanos nuestros héroes, y no había lugar para otros que no fueran los nuestros. Aun así, no es ésto motivo suficiente para la deslealtad que llegó después. Me explico...
La mayoría de españoles que ya peinamos canas sabemos de un pasado nuestro de gestas, de hazañas... de conquistas, y es cierto, podemos presumir de una historia extensa y grandiosa, no en vano un país tan pequeño como el nuestro fue dueño de medio mundo... Y conocemos bien a nuestros héroes: D. Pelayo que superó enormes adversidades y supo iniciar la reconquista, El Cid y sus mesnadas, que venció en muchas ocasiones a los moros y conquistó Valencia para la cristiandad, Los Reyes Católicos, que unificaron el país de una vez por todas y lo hicieron grande, de los conquistadores de América, Hernán Cortes, Pizarro, etc. etc. que con un  puñado de hombres se hicieron con territorios inmensos para España, de los héroes del dos de mayo que con poco menos que palos y rastrillos fueron capaces de expulsar a los invasores franceses bien equipados, o incluso de los últimos de Filipinas y de Cuba, que aguantaron hasta la muerte para no rendirse ante miles de rebeldes, y un largo etcétera más, pero es verdad que apenas conocemos algún episodio que, podríamos decir, sean exclusivos de antiguos reinos anteriores a la unificación del país, como... por ejemplo, los de Aragón en el que se incluye como parte primordial Cataluña.
Si, porque Cataluña tiene algunas andanzas propias al margen de Castilla, pero ya les advierto que se cuentan con los dedos de una mano, y nos sobran tres...
La más importante y conocida de todas ellas y, ya les digo que no es para tanto, fue la de los Almogávares, quizás les suene. Actualmente se han hecho famosos por existir una peña barcelonista de fútbol del mismo nombre... Porque de Cataluña, y sobre todo de Barcelona, sólo dos temas merecen la pena resaltar de su historia particular, el Consulado del Mar, una especie agrupación mercantil creada para defender los derechos marítimos y comerciales de sus ciudadanos (de ahí su fama de fenicios) y los mencionados Almogávares.
Pero... incluso los jefes de estos tipos no eran catalanes, pues su líder y fundador fue Roger de Llúria, un italiano cuyo verdadero nombre era Ruggiero Loira, y el que le siguió otro extranjero, un alemán, Roger Blum, catalanizado su nombre como Roger de Flor.
Los Almogávares fueron algo parecido a una organización de mercenarios o, digamos, piratas que se dedicaban a saquear los puertos y ciudades del Mediterraneo. Almogávar significa en árabe “devastador”, eso nos da una idea de sus fines. En toda esa zona le temían más que a un nublado...
En el año 1303, el mencionado Roger Blum fue capaz de reunir a mas de 6.500 mercenarios, y al grito de “¡Desperta ferro!” (ésto lo decían por el acero de sus espadas) esquilmaron multitud de ciudades a lo largo de la costa de Asia menor, (actual Turquía) y llegaron, incluso, al corazón del Imperio Bizantino, Constantinopla, que estaba en horas bajas, todo hay que decirlo. Fue tal los estragos que hicieron que el mismo emperador Miguel IX, acojonado, tuvo que ofrecer a su hija, la princesa María, como esposa al bestia ése del Roger, (el alemán catalanizado) para aplacarlo. Pero el hijo el emperador, mosqueado por creer perder el reino a favor del bandido, urdió un plan, un complot, y...
Organizó el emperador una deslumbrante fiesta en honor del futuro matrimonio. Acudieron a ella la flor y nata de los Almogávares respaldados por 1.500 de sus huestes, pero... antes de acabar la cena se apagaron las antorchas que iluminaban el recinto y empezaron a entrar soldados bizantinos a tutiplén al mando del príncipe y, para que seguir, se cebaron con ellos. La carnicería fue espantosa, no quedó ningún almogávar incluidos sus jefes, y Roger, por supuesto, que fue el primero en ser asesinado, y descuartizado...
En cuanto supieron del desastre, el resto de los fieros Almogávares se organizaron, y como animales sin piedad destrozaron la ciudad, violaron a mujeres y niñas, y asesinaron a todos los que se interponían en su camino. Tuvieron que abandonar el imperio bizantino acosado por el ejercito y se refugiaron en Atenas. Allí aguantaron unos años más haciéndose con el poder del país hasta que llegaron los turcos que los aniquilaron. A la princesa María y a su madre que iban con ellos las violaron hasta morir exhaustas... Ésta fue la historia de los terribles Almogávares catalanes, una numerosa banda de mercenarios que tuvieron en vilo durante unos años a gran parte del Mediterráneo.
Y es que los catalanes (los de pura cepa, no los recién llegados) son, de alguna manera de carácter bipolar porque, o están en el llamado “Seny” es decir calmados, sensatos, prácticos, peseteros, útiles, o en plena “Rauxa” o sea, agresivos, peleones, fieros, o desleales. Imagino que no hace falta decirles en cuál de las fases están ahora...
Dicho queda...
                                                                            Joaquín Yerga
                                                                           23/10/2018

lunes, 22 de octubre de 2018

Cuando me digas tu nombre...






Amor de un alma taciturna y vieja;
amor que es como música olvidada,
que tienen azul resignación de oveja,
que lo da todo y no pide nada.
(M.A.Peguero)


No sé a ustedes pero a mi me fascina el origen de los nombres de pueblos, ciudades y países. Hoy en día los vemos con absoluta normalidad y costumbre, pero apuesto que si conociéramos el porqué de esos nombres nos llevaríamos grandes sorpresas.
El origen de la palabra España, por ejemplo, no está muy claro y se barajan varias teorías. Una de ellas, la más conocida, es la que deriva de la palabra fenicia “I-spn-ya”, y que los romanos después interpretaron como Hispania, (tierra de conejos). Y, parece ser, los había, y muchos. Sin embargo, San Isidoro, ése sabio del medievo, pensaba que lo de Hispania venia por la ciudad de Hispalis (Sevilla) que ya era muy conocida en la antigüedad y que por extensión se lo pusieron a todo el territorio. Incluso otra teoría defendida por algunos dice que proviene de Izpania y que significa “que parte el mar” en euskera. En fin, a ver si los investigadores se ponen de acuerdo y nos aclaramos.
Si nos alejamos un poquito hacia occidente por el Atlántico nos encontramos con Los Estados Unidos de América. Bueno, lo de América ya saben que a ése continente fue injusto llamarle así. Se lo pusieron porque un marino y cartógrafo italiano que trabajó en la Casa de Contratación de Sevilla (Archivo de Indias) se llamaba Américo, y como fue uno de los primeros en hacer un mapa de aquella zona, y lo firmó, pues se quedó con su nombre, para infortunio, por cierto, de Colón y de otros exploradores españoles que se lo merecían más.
Pero ya que estamos en América y en elecciones, el nombre del estado de Florida, uno de los más prósperos del país, se lo debe al explorador vallisoletano Juan Ponce de León. Al llegar éste a esa bonita tierra, (fue el primero en hacerlo) coincidió justo con la Pascua Florida en España, así que, para qué buscar más, le puso Florida.
¿Y California? Pues el nombre del estado más poderoso, poblado y rico de los Estados Unidos es ése gracias a un escritor español, Garci Ordoñez de Montalvo, que escribió en 1510 una historia sobre ésa zona, desconocida entonces, pero que se le parecía a Califerme, un territorio inexistente mencionado en el famoso poema medieval “La canción de Roland”
Los habitantes de Arizona, otro gran estado el país, deben estarle agradecido al salmantino Francisco Vázquez Coronado, que fue el primer occidental que pisó esa zona, que al ser seca y árida no tuvo que romperse mucho la cabeza inventado un nombre.
Volviendo otra vez a España. ¿Qué me dicen de nuestro Jerez? Sí, ésa ciudad tan resalá de la provincia de Cádiz, patria de ése vino generoso apto para saborearlo a media mañana, o media tarde después del café que eso es cuestión de gustos. Pues sepan que la palabra Jerez es de las pocas en Andalucía que no tiene origen árabe, sino celta, y viene de “Ceret”, y que los romanos entendieron como Xeritium. 
Un poco más al este de Jerez, como a doscientos kilómetros pero sin salir de la misma comunidad autónoma, tenemos a la bella, Granada, famosa por su Alhambra, que no significa otra cosa en árabe que, fortaleza roja, se ve a las claras que el nombre hace honor a su robustez, y a su color. Pues bien, el apelativo Granada proviene de ésa fruta tan exquisita de granos rojos y que era muy abundante en la zona, así de sencillo, y así de bonito...
Si cambiamos de autonomía y nos desplazamos a Cataluña, el nombre Cataluña, parece ser, viene de los moradores que vivieron allí una vez, los “godos”. Aunque estos se extendieron después por toda la península. La palabra godo derivó en Gotalonia (tierra de godos), y de ahí a Cataluña va un paso. Y es que los godos, un pueblo bárbaro que venia de Suecia, recalaron en España después de arrasar media Europa, y entraron precisamente por ahí, por Cataluña. Barcelona, sin embargo, ya existía desde mucho antes. Su nombre viene de la familia cartaginesa los “Barca” algunos de sus miembros más conocidos fueron, Amilcar Barca, o el mismísimo Anibal. Se empezó con Barcino, de aquí a Barcinona, y hasta lo de hoy.
Una antigua palabra francesa para denominar las brasas del fuego era “braise” de ahí lo de brasero. Bueno, pues existe una madera dura y roja muy utilizada para elaboración de tintes y que tiene unos colores tan brillantes que parece estar ardiendo, por eso se le llama “Palo de Brasil”. En siglo XIV se difundió un rumor de que había una isla en el Atlántico donde abundaba esta madera, así que al pisar aquella tierra se le puso de nombre Brasil.
Cuando el descubrimiento de América, hubo una disputa entre Portugal y España sobre el reparto de esas tierras. Intercedió el Papa Alejandro VI, que marcó una linea divisoria sobre un plano; los territorios a la izquierda serian para España y los de la derecha a Portugal, como entonces no se conocían del todo, los españoles hicimos el canelo y Portugal se llevó la mayor tajada sin merecerlo. Hoy en día Brasil, que les tocó a ellos, es el mayor y más poblado país de Sudamérica, y uno de los primeros del mundo. ¿Se imaginan la importancia del castellano si allí lo hablaran también? En fin, fue una metedura de pata; claro que después las metimos muchas más veces.
Dicho queda...
                                                                  Joaquín Yerga
                                                                 



domingo, 21 de octubre de 2018

Francia capital París.. España capital...




Te acostaré en la tierra soleada con una

dulcedumbre de madre para el hijo dormido,

y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna

al recibir tu cuerpo de niño dolorido.

--Gabriela Mistral--



Se oye por ahí un runrún de voces pidiendo sibilinamente despojar a Madrid de gran parte de su oficialidad. Algunos quieren trasladar a sus capitales autonómicas organismos gubernamentales. Para mi que están envidiosos porque la capital y su autonomía les supera en todo, en economía, en cultura y en cosmopolitismo.. Qué curioso, con Franco ellos eran más ricos, y ahora que cada autonomía se las ventila por su cuenta resulta que Madrid les supera y ¡oh! eso no les gusta..

Fijaos, si yo os dijera que una vez en la historia, Mérida y Tarragona, llegaron a ser capitales cooficiales de España, posiblemente dirían que deliro, o que se me ha ido la mano con la cerveza. Pero no, es verdad, durante el Imperio Romano éstas dos ciudades fueron capitales administrativas de Hispania. Mérida (Emérita Augusta) lo fue de la provincia occidental, Lusitania, que entonces ocupaba ésa media España, y Tarragona de la otra media, de la provincia Tarraconensis.

No mucho más tarde, cuando los visigodos se asentaron definitivamente en nuestro país, eligieron Toledo como capital. Quizás por estar en el centro y por sus buenas defensas naturales; el río Tajo, casi, hace de muralla.

Pero aún os sorprenderéis más si os digo que hasta Cangas de Onís, en Asturias fue, digamos, “capitalita” de la España cristiana, que entonces comenzaba la reconquista. Aquí hizo su primera corte D. Pelayo antes de trasladarla a Oviedo. Y después también a León la hicieron sede a medida que avanzaba ésa reconquista. 

Y luego ya sabéis que durante la baja Edad Media los reyes no tuvieron capital fija, sino que eran itinerante. Es decir, allá donde iban, iba la Corte e iba la capital. Claro que éstas fueron las primeras capitales cristianas, porque en la zona musulmana fue, sin duda alguna, Córdoba la gran capital, y no solo de media España, casi podríamos decir de Europa. Llegó a tener un millón de habitantes, cosa inaudita en la historia. Sólo Roma y Constantinopla lo habían conseguido antes... Y llegamos a Madrid...

Los motivos por lo que Madrid es la capital de España imagino que los conocemos todos. Acuérdense, fue Felipe II el que tomó esa decisión en 1561 pero, ¿saben por qué? ¿Qué indujo a Felipe II a nombrarla capital cuando no era más que un villorrio de poca monta? Pues sencillamente que Toledo, que era la candidata ideal por haber sido capital con los visigodos y la ciudad más grande de la zona, era la sede del arzobispado más grande del país, y no solo eso, era el segundo mayor de Europa después de Roma. Y ¡claro! el rey no iba a permitir que los arzobispos le hicieran la más mínima sombra, así que buscó otra, no muy lejos..

Pero después de Madrid hubo otras ciudades que, pudiéramos decir fueron capitales de este hermoso país que llamamos España, aunque es verdad que por poco tiempo. 

La primera vez que Madrid dejó de ser capital fue en tiempos de Felipe III, hijo del segundo Felipe. Éste vago, que no tenia intención de molestarse mucho en gobernar el inmenso Reino que era España entonces, dejó el poder en manos de los llamados “validos”, que hacían las veces de Primeros Ministros, y que tenían, por cierto, poderes omnímodos. El valido de éste memo fue el Duque de Lerma, un tipo bien despabilado que de la nada llegó a serlo todo. Pues bien, como quiso hacerse de oro de la noche a la mañana, aprovechó una epidemia de peste que asolaba la península, y Madrid con ella, para persuadir a Felipe III de la necesidad de trasladar la corte a Valladolid, supuestamente libre de esa grave enfermedad. ¡Claro! que, lo que había detrás era una colosal operación inmobiliaria con la que se iba a forrar.

Al irse la corte de Madrid, con todo lo que conllevaba eso, pues con ella se iba también: nobles, sirvientes, proveedores, arrimados, y un largo etcétera de currantes y menesterosos; las casas bajaron de precio una barbaridad. ¿Y qué hizo el listillo del Duque de Lerma? pues comprar a trochemoche, edificios, palacios o casas que merecieran la pena a precios irrisorios.

Esto fue en 1601 porque, cinco años más tarde, en 1606, volvió a convencer al rey de volverse a Madrid, y la gran operación estaba hecha. Vendió los inmuebles que había adquirido por dos perras a precio de oro. Y se forró ¡claro!.

La siguiente ocasión que Madrid dejó de ser capital de España fue durante la Guerra de la Independencia. Tenían los franceses ocupada casi toda la península, incluida ésta Villa y Corte con sus tropas, y la Junta de Defensa que se había organizado para combatir a los franceses, se trasladó a Sevilla, para desde allí intentar recuperar el país. Por lo tanto, podíamos decir sin empacho que la capital hispalense también fue capital de España.

Sin embargo Sevilla se rindió a los gabachos en 1810, es decir, después de dos años como capital. Y entonces la Junta y los diputados se traslada a Cádiz, que ejerce a partir de ahí y hasta que los expulsamos como verdadera capital de la España a recuperar.

Bueno, recientemente y durante la Guerra Civil acuérdense que tuvimos tres capitales provisionales. Los de Franco hicieron capital de los nacionales a Burgos en 1937, y en el mismo 1936, en noviembre, Largo Caballero por el bando republicano llevó la suya a Valencia, pues Madrid estaba asediada por aquellos. En 1937 cuando el comunista Negrín quiso formar nuevo gobierno trasladó la capital de Valencia a, nada menos que a Barcelona. Y allí estuvo hasta el final de la guerra.

En fin, avatares de nuestra historia y sus capitales.. A ver cómo termina esto..


Joaquín