miércoles, 29 de junio de 2022

Desde Rusia con amor

                                                                                    



                           

¡Qué milagrosa es la Naturaleza!

Pues ¿no da luz la nieve? Inmaculada

y misteriosa, trémula y callada,

paréceme que mudamente reza

al caer... ¡Oh nevada!:

tu ingrávida y glacial eucaristía

hoy del pecado de vivir me absuelva

y haga que, como tú, mi alma se vuelva

fúlgida, blanca, silenciosa y fría.

--Amado Nervo--



Sentados en el sofá, pendientes de la pantalla que seguía bombardeándonos con imágenes terribles de refugiados que huían de las ciudades ucranianas estábamos los dos. Ella me hablaba del desconocimiento que tenemos los españoles de esta gente, también de los rusos. Le di la razón, y le mencioné a un buen diplomático que tuvimos una vez allá en Moscú en el siglo XIX, Juan de Valera.

--Si, claro---recordó ella---es un escritor conocido, pero no recuerdo exactamente qué escribió. Creo que tiene una novela muy famosa--

--Exacto, “Juanita la larga” es su título---le respondí-- --pero seguro que no sabes que fue uno de nuestros más afamados playboy--

--¿Y eso? ¿Allí en Rusia?---se extrañó mi amiga--

--En Rusia y en todos los países a los que fue destinado---respondí---mira:---y empecé a contarle:

--Con sólo veinticuatro años fue destinado a la embajada de Nápoles---le dije---y como los buenos marineros que dejan un amor en cada puerto, nada más llegar allí dejó su impronta seductora; se enamoró, y enamoró hasta las trancas a una mujer mayor que él y con fama de buena intelectual, Lucía Palladi. Ésta fue quizás su verdadero amor. Ambos llegaron a sentir autentica pasión el uno por el otro. Pero la diferencia de edad hizo que se rompiera el amor--

--Vaya, empezamos bien, Joaquín. ¡Ojalá a Putín le hubiera dado por hacer el amor y no por la guerra!---interrumpió ella moralizante--

--Pues sí, pero a Putín le gustan más los tanques- -le dije---y proseguí---

--Poco mas tarde nuestro amigo Valera llegó a París con el cargo de secretario de la embajada, y como no podía ser menos cameló a no pocas francesitas de alto copete. Con veintisiete años le vemos ya en Brasil, en el consulado de Sao Paulo conquistando a una hermosa baronesa muy experimentada en el amor--

--¡Oh, qué carrerón, y tan joven!---exclamó mi amiga con sarcasmo--

--Y ahora viene lo mejor---insistí---después lo enviaron a la embajada de Rusia, que entonces estaba en San Petersburgo, y allí también la lio parda con algunas valquirias nórdicas. Valera ya rebasa los treinta pero el tío sigue incólume en apetitos sexuales, tanto es así que en Rusia enamora locamente a la actriz Madeleine Brohan--

--¡Joder, Joaquín, con nuestro compatriota!---me señaló riendo---Antonio Banderas a su lado debió ser un patán, jajaja--

--Pero hay más---continué---con sesenta ya cumplidos llega a Washington como embajador y enamora nada menos que a la hija del Secretario de Estado norteamericano, Katherine Bayard, una bella joven que pretende casarse con él. Pero Valera no quiere comprometerse, ella es demasiado joven. Al poco recibe la noticia de que le trasladan a Bruselas. Tres días más tarde, ella, que está loca por él, ¡¡se suicida por su amor!!---concluí haciéndome el interesante--

--¡Madre mía!---exclamó mi amiga sorprendida---¿y qué coño tenía Juanito Valera para tantos amoríos?. Yo he visto fotos suyas y no es para tanto. Seguro que tenía un piquito de oro. ¿Estaba casado?-- -preguntó--

--Sí, se casó ya mayor con Dolores Delavat, hija de un antiguo jefe suyo---le contesté yo---con ella tuvo tres hijos, pero el matrimonio no funcionó.

--Y él a lo suyo, a pelar la pava ¿no?---se carcajeó--

--Mas o menos---le especifiqué---y eso que no te lo he contado todo. Murió en Madrid a los 81 años, pero se fue bien despachado, el tío, jajaja. Está enterrado en Cabra, su pueblo--

Terminé de hablarle de Valera y cambiamos de conversación. La tele seguía con la matraca de la guerra. Mi amiga, muy indignada con todo lo que veía, soltaba improperios cada vez que mostraban imágenes duras de mujeres y niños huyendo, o de muertos en las calles..

Joaquín



En el fragor de la tarde

                                                                               



         Decir adiós.. La vida es eso.

Y yo te digo adiós y sigo...

Volver a amar es el castigo

de los que amaron con exceso.

Amar y amar toda la vida,

y arder en esa llama.

Y no saber por qué se ama...

Y no saber por qué se olvida.

Coger las rosas una a una,

beber un vino y otro vino

y andar y andar por un camino

que no conduce a parte alguna.

--José A. Buesa--



--No te preocupes tanto que tampoco estás tan gorda---le decía a mi amiga la otra tarde---además, no creas que por andar un poco más de prisa vas a perder muchos kilos---insistí de manera irónica--

Íbamos paseando por el centro de Madrid y ella me había pedido acelerar el paso. ¡Por adelgazar!, me había sugerido. Subíamos entonces por la calle Alcalá llegando, casi, a la Puerta del Sol, pero veníamos andando desde muy lejos, desde el Pirulí, donde habíamos dejado el coche con la intención de hacernos unos cuantos kilómetros.

--Algo es algo, Joaquín---respondió sonriéndome---pero si vieras lo que como últimamente, te harías las mismas preguntas que yo, ¿de dónde salen estos kilitos que me sobran, jajaja?-- 

--Todavía tienes un tipazo, querida y sabes que te lo digo de veras---le hice ver---de todas maneras si quieres adelgazar y ponerte como una sílfide, haz como los monjes de la Edad Media, no comer. ¿Sabes que comía Simón Estilista, que vivía en una columna de veinte metros de altura, y encima de ella, sobre una plataforma, se postraba de rodillas unas mil veces al día?, Pues un mendrugo de pan que le subían con una canasta---le dije, recurriendo a una anécdota de la historia--

--¡Hombre, Joaquín, vaya consejo que me das!---se rio ella---¿y por qué no haces tú lo del mendrugo, jajaja?. Te advierto que a ti también te sobran unos cuantos kilos-- 

--Ya lo sé---le sonreí---vamos a tener que hacer como San Hilarión---le advertí---que comía exclusivamente cuatro cucharadas de lentejas diarias y llegó a viejo. Fíjate: en una reunión de abates de distintos monasterios en Francia presidida por San Martín en el año 397, sabemos en qué consistía el menú: tres aceitunas, cinco guisantes secos, dos ciruelas pasas y un higo, más un poco de sal por barba, ¡qué te parece!, jajaja---

--Jajaja, conmigo no cuentes para eso, tú sabes que soy de buen comer---me señaló ella riéndose también--

--Mira---le dije---dejemos estas penurias, que no van con nosotros. Allí hay un restaurante de comida rápida. Te invito a un sándwich y olvidemos todo lo hablado, jajaja--

Le estaba señalando a mi amiga el Vips que está junto al casino, frente a la calle Sevilla, y eran ya casi las siete de la tarde. Así que entramos y nos tomamos, yo un sándwich relleno de carne de vacuno, jamón serrano, queso y pimiento del piquillo, que estaba para chuparse los dedos, y ella una ensalada. Seguía con lo del régimen, me dijo guiñándome un ojo.

Joaquín

martes, 28 de junio de 2022

Fuente de Cantos y Brad Pitt

                                                                                          



Pude amar esta noche con piedad infinita,

pude amar al primero que acertara a llegar.

Nadie llega. Están solos los floridos senderos.

La caricia perdida, rodará, pues, rodará...

--Alfonsina Storni--


Imaginaos el desolador panorama que se encontraron los sufridos sevillanos un día del año 844. Una mañana de octubre de ese año contemplaron atónitos como centenares de naves vikingas remontaban el Guadalquivir camino del mismo centro de la ciudad, prestos a tomarla.

A los vikingos les urgía buscar nuevas tierras donde asentar el excedente de población, así que organizaron expediciones compuestas por centenares de barcos cada una, y se lanzaron rumbo al Sur en busca de botín y de tierras. Ellos se llamaban así mismos vikingos, el resto de los europeos de entonces, normandos (hombres del norte)..

Estos tíos llegaban a la costa, generalmente la desembocadura de algún rio, lo navegaban a contracorriente y se metían hasta el interior de los territorios. Imaginaos cómo se las gastaban: entraban a saco en las ciudades (siempre desprevenidas) y la carnicerías que organizaban era de espanto, no quedaba títere con cabeza. Las iglesias las arrasaban; se llevaban hasta el último cáliz y, no digamos de cualquier casa o palacio asaltable. Luego se asentaban en la tierra conquistada; lo hicieron en Francia y en Inglaterra.

¿Y en España? Pues nosotros nos libramos de chiripa, aunque hay constancia de varios saqueos terribles. Bajaron por la costa y arrasaron primero Lisboa, después remontaron el Guadalquivir hasta llegar al mismo centro de Sevilla.

Fueron siete días de pillaje, asesinatos y despendole. A Sevilla, cuando acabó la cosa no la reconocía ni su padre. De la Gran Mezquita sólo quedaron las cuatro paredes; eso da una idea del desastre. Al final pudieron echarlos pero las pasaron canutas. 

¿Os imagináis que hubieran triunfado los vikingos? Conste que Sevilla está a tiro de piedra de Fuente de Cantos..

No mucho tiempo después de aquella fracasada intentona vikinga, los ejércitos cristianos provenientes del norte de España al mando del portugués Pelayo Pérez Correa, expulsaron hacía la capital hispalense a los moros que vivían en Fuente de Cantos

Los cristianos echaron a los moros de Fuente de Cantos sobre el año 1240. Pero nuestro pueblo estuvo poblado de musulmanes mucho tiempo, incluso ellos lo fundarían en el sitio donde ahora se encuentra. Apuesto que en el lugar que ocupa nuestra Parroquia de la Granada tenían su Gran Mezquita orientada hacia La Meca..

Es decir, que si los vikingos hubieran triunfado en Sevilla, y abierto un corredor por el Atlántico hasta Dinamarca (de allí venían) docenas de miles de ellos se hubieran instalado en toda la zona, llegando incluso a nuestro pueblo

O lo que es lo mismo, las antiguas fuentecanteñas en vez de moras hubieran sido normandas de religión cristiana, altas, rubias y coloradas como walkirias alemanas. Nosotros, sus descendientes, en vez de aspecto de gitanillo pícaro, canijos y renegríos que tenemos hoy, seríamos algo parecido a Brad Pitt, los hombres o a Scarlett Johansson vosotras las mujeres, y tampoco es eso ¿no? O si.. En fin, no sé...

Joaquin Yerga

                                                                            

                                                        calle Eugenio Hermoso

                                                                           

                                             Travesía Paseo de Extremadura

                                                                             

                                                          calle Guadalcanal

                                                                            

                                                                   calle Cura

                                                                              

                                                               calle San Juan 

                                                                               

                                                                  calle los Santos
                                                                                        
                                                                calle Águilas (Barriga)








lunes, 27 de junio de 2022

Querida amiga:

                                                                                     



 Enséñame a guardar silencio, aunque te extrañe a gritos.



Querida amiga:

Lo sé, se te fue inesperadamente, sin avisar, y te dejó heridas en el alma imposibles de curar. Aquella mañana de julio decidió volar. Quizás pensó apresurar su marcha y evitarte sufrimientos inútiles, pero olvidó lo más injusto: la vida rota que dejó atrás.

Ahora llorarás, porque no te queda otra. Suspira y llena de aire tus pulmones una vez más, como si todo el oxígeno del mundo estuviera ahí para ti, para ayudarte a limpiar la negrura de tu mala suerte... 

Llegarás a pensar que nada vale ya para ti que nada tiene sentido sin él. Mirarás como inalcanzable la salida del pozo en el que te hallas, y creerás no ser digna del desmesurado castigo que te ha impuesto el destino. Y te preguntarás: ¿Por qué te ha pasado esto a ti? ¿Por qué tuvo que morir él?.., y no hallarás respuestas...

Los días irán pasando uno a uno por tu vida sin dejar huella en tu ánimo. Las noches te serán eternas, admisibles sólo porque te aferrarás a sus recuerdos y a los inevitables somníferos para dormir. Y tendrás momentos insoportables en donde la nostalgia te hará sufrir lo indecible. Y palparás su ropa aspirando con fruición restos de su olor que seguro aún encontrarás. Y mirarás su foto y besarás su cara sobre el frío cristal, ¡y lo empañarás con la última lágrima de tu infinita madrugada!.

Fuera, en la calle, en cualquier paseo y lugar tu fantasía te hará creer verlo entre la multitud, y correrás aturdida entre la gente detrás de la silueta de algún desconocido creyendo que es él, para después, ¡desengañada! sentarte en algún banco sollozando una vez más, mientras te mesas con dedos temblorosos los cabellos alborotados por la emoción...

Y en las tardes interminables del estío o en las mañanas lluviosas de otoño añorarás sus sólidas manos asiendo las tuyas, pequeñas y frágiles, pero protegidas por las suyas. Y aún esperarás, ingenua e impaciente, oír su voz a través del teléfono ante cualquier llamada inesperada.

Perdóname a mi, como amigo suyo, si te quedan fuerzas para eso, pues no encuentro palabras que te puedan consolar ni argumentos que puedan devolverte una sonrisa; aún tienes el corazón en carne viva.

Podría escribirte, eso sí, frases esperanzadoras sobre un futuro no muy lejano cargado de ilusión para ti, para que encontraras un merecido consuelo a tu dolor, pero fingiría porque no me saldrían del alma, también a mí su partida me rompió el corazón. 

En éstas horas tristes sólo se me ocurre confesarte que, en un lugar recóndito de mi alma, aún mantengo intacta el aura limpia y pura de su niñez. 

Un beso infinito

Joaquín



P.D.

Cuando leas la carta y tengas ánimo, me llamas por teléfono, quiero que me cuentes sus últimos momentos. Yo te contaré los míos con él..


La plaza más bonita de Fuente de Cantos

                                                                                             


 


En el fondo del mal el bien palpita,

el ánimo enervado de los placeres

cobra en la adversidad fuerza infinita,

y en el laboratorio de los seres,

todo aquello que ha muerto resucita.


La tormenta es presagio de bonanza,

del desengaño nace la experiencia,

de la duda la ciencia

y del triste infortunio la esperanza.


Un espinoso arbusto da la rosa,

sale volando de la larva inerte,

como una alada flor, la mariposa,

brilla el iris en nube ennegrecida

y bullen en el seno de la muerte

los gérmenes fecundos de la vida.

--José Velarde--


¿Plaza de las Palmeras? ¿Plaza del Ayuntamiento? ¿Plaza de las Perrunillas? ¿La Plaza? ¿Qué nombre preferís para nuestra principal plaza? Aunque ya sabéis que su nombre oficial es Plaza de la Constitución.. 

Aquí empezó a construirse el pueblo, es el origen de Fuente de Cantos. En su día, hace tropecientos años, se erigió una antigua ermita que se fue agrandando a medida que el pueblo por los cuatro puntos cardinales fue creciendo, y así hasta la parroquia y la hermosa plaza que tenemos hoy en día.

Los primeros datos que tenemos de Fuente de Cantos datan del siglo XIII, de cuando expulsamos a los moros. Bien, pues al poco ya supimos que donde está hoy el Ayuntamiento había unas casas bajas residencia del personal eclesiástico de aquella, antaño, pequeña aldea..

¡Oh!, imaginaos aquella antigua Plaza, con su ermita románica, pequeña, tipo fortaleza, una torre de ladrillos raquítica y rodeada unas casas bajas, y todo de tierra Ufffff. Por cierto, cada sábado se organizaba un mercadillo y el alguacil daba las novedades a los parroquianos.

Fijaos qué curioso: a partir de la Constitución de 1812, (la de Cádiz) se dio orden a todos los pueblos y ciudades de España de nombrar a su principal plaza como Plaza de la Constitución. Así que, la nuestra no iba a ser menos, y así se llamó. 

Pero empezó a enredar la política y varias veces cambió de nombre, pasó por: Plaza de Pablo Iglesias, Plaza de la República, y hasta Plaza de los Mártires durante el franquismo, y vuelta a empezar por Plaza de la Constitución. Sólo que ahora no alude a aquella Constitución de Cádiz, sino a la Constitución del setenta y ocho.

En fin, ¿quién no ha asentado alguna vez sus posaderas en alguna de las perrunillas de la Plaza, ardientes en verano y heladas en invierno?.

Joaquín

                                                                       


                                                                                


                                                                              


                                                                              


                                                                               


                                                                                 




Réquiem por la inocencia

                                                                          



En los días de la enfermedad de mi Ana, la tortura llegó a

su máximo. A las tres de la tarde era preciso dejar

a la idolatrada enferma y partir. Eran días aquellos

de un trabajo incesante. Y mientras el amor

de mis amores se agitaba presa de la fiebre en su

lecho, yo, a tres kilómetros de mi casa, me inventaba

todos los días una nueva mentira para escapar y correr,

y luego subir a su habitación con ansias de muerte,

llamar directamente para que el sonido brusco de la 

campanilla no alarmase a mi doliente amada, y 

preguntar con voz temblorosa

a quien me abría: -¿Cómo sigue? ¿Cómo sigue?

--Amado Nervo--



Habíamos hecho un buen recorrido por el parque. Un poco cansado ya le sugerí sentarnos un rato a la sombra de unos olmos. Entonces me dijo, sorprendiéndome...

--El hombre es un ser débil y farsante, Joaquín, y tiene que desenvolverse entre las trampas de la vida a base de prudencia, experiencia y picaresca---

--Jajaja, no lo dirás por mí---me carcajeé---tú sabes que soy un tipo sincero---recalqué--

--¡No, no, por Dios, eso es una cita de Baltasar Gracián y lo decía por los humanos en general!---se sorprendió ella---qué suspicaz te estás volviendo, jajaja!---me reprochó con ironía--

--¡Ah, bueno!---comprendí---por cierto, algo he leído de Gracián. Éste fue el que dijo aquello de todos desean llegar a viejos y, en siéndolos, no quieren parecerlo. ¡Ay, si supiera Baltasar que cuatrocientos años después de su muerte, esto de ser viejo es un lastre mucho mayor que en tus tiempos!--

Manteníamos esta curiosa conversación sentados en un banco en el parque del Retiro de Madrid una soleada tarde de junio. Surgió el tema a raíz de ver cómo todos los bancos que estaban en la sombra permanecían ocupados por gente mayor, quizás ociosa y con pocas prisas por desocuparlos. A nosotros, sin embargo, nos pegaba en la cara un sol de justicia..

--Bueno, bueno, Joaquín, no te quejes tanto que tú ni eres tan viejo ni lo pareces---me consoló mi amiga--

--El hombre tiene la edad de sus arterias; esto es de Ramón y Cajal---le dije a mi amiga ya puestos en faena---y es que una cañería que funciona a alta precisión se deteriora rápidamente---concluí--

--Pues ya que te pones---sugirió ella---ahí llevas un refrán que te alegrará: Si quieres vivir sano, sé viejo temprano, jajaja---

--Uy, qué refraneros estamos esta tarde, Isabel, algo nos barruntamos---le señalé---no obstante, fíjate cómo algunas veces la línea que separa la juventud y senectud es muy tenue, Ninón de Lenclós, la famosa cortesana francesa, que tuvo un amante cada año, desde los veinte a los ochenta, dijo una vez: el amor nunca muere de hambre, con frecuencia, de indigestión--

--Jajaja ya me gustaría a mi parecerme a Ninón de Lenclós, tan guapa y con esos amantes tan distinguidos---se carcajeó ella---Bueno, ¿y si hacemos caso a algunos sabios de la antigüedad que recomendaban comer poco y practicar menos sexo?--

--Otro refrán castellano decía: dieta mangueta y siete nudos en la bragueta---le ataqué yo---claro, que habrá excepciones---

--Nada, nada, Joaquín---me interrumpió---hay que ser comedido para todo, también para eso. Por cierto, vámonos ya que nos está dando el sol en la cabeza y los viejos no tienen pinta de irse---me anunció levantándose--

Me incorporé yo también y me sacudí un poco el polvo del pantalón. Luego salimos del Retiro por la puerta de Alcalá.. Habíamos disfrutado de lo lindo viendo la Rosaleda, que en esa fecha aún estaba preciosa y cuajada de flores..

Joaquín



        

domingo, 26 de junio de 2022

La calle más bonita de Fuente de Cantos, y no es la mía.

                                                                                   


   


No te atraigan las sombras del abismo.

¿Qué importa a dónde vas, de dónde vienes?

No busques nada fuera de ti mismo;

todo en tu propio corazón lo tienes.

--Ricardo León-- 


¿Sabéis cuál es nuestra mejor calle, la mas bonita, señorial y antigua?. Posiblemente fuera la primera calle que tuvimos en el pueblo. Tened en cuenta que se formó aprovechando el antiguo camino a Llerena, la localidad más importante de la zona en aquella época y donde estaban asentadas las principales instituciones civiles y religiosas. 

¡Sí, habéis acertado, es nuestra calle Llerena!.

Esta preciosa vía une las dos plazas más significativas del pueblo, la Plaza de la Constitución (del Ayuntamiento) y la Plaza de Zurbarán (el Altozano) y entono a ellas se formalizó el antiguo entramado urbano. Como es preceptivo, en ésta importante vía y aledaños se fue instalando la primitiva oligarquía fuentecanteña, es decir, los más pudientes con sus mejores casas.

Llerena fue el primer nombre de la calle, por razones obvias. Luego nació Zurbarán, y triunfó y murió y, ¡claro!, qué mejor homenaje a ese fabuloso pintor patrio que dedicarle la mejor calle, y calle Zurbarán se le nombró por un tiempo largo.

Y llegó la guerra civil y, como siempre, los políticos (en este caso militares) hicieron de las suyas, decidieron nombrar a la via, calle Capitán Navarrete, en atención a ese capitán de la Guardia Civil que tanto se señaló en la contienda local.

Eso sí, nada más entrar los gobiernos municipales democráticos se volvió a denominar a la vía calle Llerena, y en esas estamos. Y que la dejen así, ¡por favor!..

Por cierto, el tramo que va desde sus inicios hasta la confluencia con Virgen de Guadalupe es peatonal desde 1929, lo que quiere decir por ahí pasaban también las mulas, los carros y los cuatro coches a motor que habría entonces.. 

En fin.

Joaquín

Ahí lleváis unas cuantas fotos de la calle 

                                                                               

                                                                                     

                                                                               


                                                                           


                                                                       


                                                                            


                                                                          

                                    

                                                                                              
          calle Llerena a principios del siglo XX, engalanada con ocasión de la visita del obispo

Sé infiel, pero mira con quién

                                                                                         



          Tu mirada vivaz es de paloma;

como la adormidera del desierto,

causas dulce embriaguez, hurí de aroma

que el cielo de topacio abandonó;

mi suerte es dura, mi destino incierto:

Sé más feliz que yo.

--Juan Arolas--



--No te lo vas a creer---le decía a mi amiga la otra tarde al salir de la Catedral de la Almudena---pero una vez pillaron in fraganti a todo un Papa de Roma en la cama con Eloísa, una mujer casada---

--¡Uy, pero qué me dices, Joaquín!. Será una broma, ¿no?---contestó ella sorprendida--- 

Paseábamos por el centro. Despues de patear la plaza de España y la de Oriente nos acercamos hasta la catedral, entramos y tras de admirar su interior, salíamos enfrascados en una conversación sobre los Papas. Todo vino a cuento al ver la efigie Juan Pablo I presidiendo la puerta de salida..

--Pues créetelo porque es verdad---le dije yo---el marido de la mujer infiel se negaba a creer que su señora, lozana y hermosa pero casta, yaciera en la cama nada menos que con el mismísimo Papa de Roma. Pero ante pruebas tan evidentes que le proporcionó su amigo Desiderio, ujier del Vaticano para más señas, no tuvo más remedio que ir a comprobarlo con sus propios ojos---

--¿Cómo es posible? ¿Todo un Papa? ¿Dónde retozaban? ¿En el mismo Vaticano?---me acosó a preguntas--

--Ya te digo. Mira:---le expliqué---cierto día y gracias a la inestimable ayuda que le proporcionó su amigo el ujier, fue capaz de traspasar los controles que daban acceso a los aposentos papales. Entró sigilosamente en la cámara privada del Papa y los pilló. Si amiga---proseguí intentando hacerme el interesante---allí estaban los dos duro que te pego. No sabemos qué le pasó por la cabeza del cornudo del marido, pero tuvo que ser algo muy gordo. Primero se puso rojo de ira y, luego, a punto de reventar del cabreo, se lio a palos con el Sumo Pontífice hasta dejarlo tullido a golpes, jajaja--concluí a carcajadas---

--Jajaja, pobre hombre, y todo por tener un desliz. Te lo digo por el Papa. ¿Te imaginas, Joaquín, que pasara eso hoy en día y pillaran a Francisco con una ?. Perdona, dime: ¿Cómo acabó la cosa?---me preguntó muy interesada tras la risa--

--Pues la cosa acabó mal---continué detallándole sin demora---¡menuda somanta! quizás un báculo papal expuesto en alguna vitrina del Vaticano le viniera al marido engañado que ni de perlas para agarrarlo con la mano y soltarle la retahíla de garrotazos. El Pontífice garañón apenas tuvo tiempo de saltar de la cama, tapar sus vergüenzas con su túnica, calzar sus desnudos pies y salir por patas de aquel infierno de mamporros que le caía encima, jajaja---terminé entre risas--

--¡Madre mía! No me imagino a un Papa huyendo a calzón quitado y molido a palos---se carcajeó mi amiga---¿de verdad era un Papa oficial?---me rogó que le dijera--

--Juan XII era el nombre del Papa apaleado---le referí---y te aseguro que no le quedaron ganas de repetir la hazaña, y menos en carne ajena. Pero no tuvo tiempo el pobre de arrepentirse de su furor sexual, estuvo postrado en cama sin poder mover ni las pestañas del dolor. Agonizó durante tres largos días tras la tunda de palos---concluí ya más serio---

--Parece mentira que hayan pasado estas cosas, Joaquín. ¿No hacen juramento de abstinencia carnal?---se intereso mi amiga--

--Bueno, sí, en teoría ellos tienen que ser célibes---le expliqué---no deben casarse ni mantener relaciones sexuales, pero ya sabes. Ésta historia que te cuento sucedió realmente en el año 964. Fue una época muy triste para el Papado, pues surgieron unos cuantos Papas un pelín golfetes. Hoy todo eso sería impensable. No me imagino al Papa Francisco haciendo nada de eso, jajaja--- 

Hablando hablando nos pusimos en la calle Mayor, llena de gente a esas horas de la tarde. Luego nos escabullimos entre el inmenso gentío vespertino de la Puerta del Sol..

Joaquín..

sábado, 25 de junio de 2022

Crónica de una indecencia

                                                                                 



         Canta cigarra loca, canta en la hora florida;

te hacen burla los sapos hundidos en la escoria.

¡Qué bello es dar la vida

por una hora de amor, por un sueño de gloria!.

¡Nocturno de verano!. Toda la noche canta

una fuente, la cigarra, el ruiseñor..

--Emilio Carrere--


Era una noche de verano, sin luna. Los soldados que hacían guardia en el Templo de Artemisa dormitaban, confiados tal vez por la inviolabilidad sagrada de la estancia. Pero un tipo sin escrúpulos, agazapado, a traición y con alevosía prendió fuego al templo ¡Fue horrible! ¡Las llamas alcanzaron la cubierta de madera del edificio y en minutos devoraron el edificio entero!.

En un promontorio rocoso dominando la ciudad de Éfeso, se erigía el Templo de Artemisa, una de las Siete Maravillas del Mundo. Montones de viajeros acudían cada año a ésta antigua urbe griega situada en el Asia Menor a contemplar aquella obra de arte. Y no salían defraudados, os lo aseguro, todos hablaban maravillas del templo.

Hizo falta más de un siglo para construir el famoso santuario, y en él trabajaron los más afamados arquitectos y escultores de la antigüedad como Fidias, el del Partenón, o Policleto. El esplendor y magnificencia del templo eran conocidos y admirados por todo el mundo civilizado...pero...

Eróstrato, un tipo ambicioso quiso pasar a la posteridad haciendo algo grandioso. No se le ocurrió otra cosa mejor para serlo que prenderle fuego al magnífico templo y luego quedar fascinado contemplando en la distancia cómo se derrumbaba tal maravilla.

Fue el 21 de julio del año 365 a.c. No tardaron mucho en detenerlo y su nombre quedó proscrito en los anales de la historia. Fue un secreto mantenido durante siglos; nadie jamás hablaría de él. Si hoy conocemos su nombre es de chiripa.

Pero no os extrañéis de estas cosas. No creáis que han cambiado mucho la historia, hay tipos que son capaces de hacer lo que sea por fama o poder, y hasta de ver caer todo un país, antaño próspero, sólo por inflar su ego.

          Joaquín     

jueves, 23 de junio de 2022

El tipo que iba a lo que iba

                                                                                       



      

          Mejor no quiero verte, porque va a hacerme daño

pasar por aquel parque de la primera cita.

Y no sé si aún florecen los jazmines de antaño

ni sé quién es ahora la mujer más bonita.

Mejor no quiero verte, porque andando en tu acera

sentiré casi ajeno todo lo que fue mío.

Aunque es sólo una esquina donde nadie me espera

y unos cristales rotos en un balcón vacío.

--J. A. Buesa--



Paseábamos los dos por la principal calle de la ciudad. Era verano y vísperas de las fiestas patronales, con lo que la vía estaba maravillosamente engalanada. Llevábamos ya un tiempo callados.

--¿Te pasa algo, Joaquín?---me preguntó ella de sopetón

La miré sorprendido. Enseguida remató su curiosidad:

---Conociéndote, me extraña que pases tanto tiempo sin decir ni pío

Realmente me conocía mi acompañante, a pesar del poco tiempo que hacía que nos conocíamos, porque soy incapaz de mantener la boca cerrada más de unos minutos. No obstante iba mirando los edificios y permanecí apenas un rato abstraído.

--Jajaja, no me pasa nada. Tú te aburres y lo que quieres es palique----le dije entre risas

Ella también era muy de conversar, al menos eso deduje en los pocos días que estuvimos juntos. Quizás por eso, por su incapacidad de estar callada, me hizo una curiosa pregunta:

--Hablando de palique, ¿sabías que el debate es masculino y la conversación es femenina?. Vosotros los hombres nunca conversáis, simplemente discutís por llevaros el gato al agua.

Echó una carcajada tras soltarme la gracieta

--No te falta razón---le dije resignado---pero una buena conversación no consiste en decir cosas ingeniosas, sino en saber escuchar tonterías, y no lo digo por ti.

Lo dije sonriendo, para que viera que era broma y no una indirecta. Nunca se sabe

--Muy ingenioso. Más te vale que no lo digas por mi, jajaja----me respondió ella con el ceño fruncido y falsamente indignadilla

Llegamos al final de la calle. Era ya noche cerrada, pero las terrazas estaban atestadas de gente, incluso empezó a refrescar un poco, cosa que se agradecía dado el calor sofocante de la tarde. Dimos la vuelta

Ya cerca del hotel, y tras otro rato sin abrir las bocas, volví, ahora yo, a  tomar la iniciativa. Le endilgué una frase que llevaba un buen rato intentando recordar:

--Por cierto, cariño, dicen que, en el amor, lo de menos son los insultos; lo grave es cuando empiezan los bostezos, jajaja.

Ella también sonrió, pero no dijo nada más del asunto. Llegamos al hotel, cerca del puerto. Antes de entrar la agarré por el talle y la besé en los labios. Íbamos a vivir nuestra segunda noche en la ciudad. 

Después de cenar y ya en la cama, llegó a decirme que la calle Larios era de las más bonitas que había visto nunca. Yo iba ya a lo mío y apenas le hice caso. 

Esa segunda noche tardamos en dormirnos más que la primera, y no hubo bostezos, precisamente 😉😉😉

Joaquín