Si pudiera decirte que vivo para quererte,
te reirías a carcajadas.
Tal vez, pero así son las cosas;
he conocido algunas que quizás
me hubieran amado mucho,
lo notaba en sus miradas.
Pero te elegí a ti, que apenas sabes que existo..
--Joaquín
No penséis que el retrete lleva toda la vida aguantando impertérrito nuestras posaderas mientras efectuamos el indecoroso menester, ¡nada de eso!. Aunque nos parezca que llevamos milenios sentados en ésa poltrona de loza, la verdad es que no hace tanto tiempo que se inventó.
El wáter lo ideó un tal John Harington para la reina de Inglaterra, Isabel I, la llamada “reina virgen”. Éste buen hombre se estrujó los sesos pensando cómo quitar los fétidos olores del orinal después de obrar en él y que tanto incomodaban a la reina.. ¡Y descubrió el inodoro con cisterna!..
Hasta no hace mucho los pobres y menesterosos hacíamos nuestras necesidades en cualquier parte, mientras que los ricos usaban los típicos orinales, o una especie de taza con asiento más grande y que luego los criados se encargaban de vaciar... Mirad que coplilla satírica escribió Jonatan Swift, el autor de “Los viajes de Gulliver”, criticando a los señores y señoras más bien guarrillas que no apuntaban bien...
”Bajar el utensilio ostentosamente por la gran escalinata
y en presencia de los otros sirvientes, y si alguien llama, abrir
la puerta de la casa sosteniendo la vasija llena a rebosar en vuestra mano.
Si hay algo que pueda conseguirlo, esto hará que vuestra señora se
tome el trabajo de hacer sus necesidades en el sitio adecuado”--
¿Se imaginan qué trabajo más oprobio el de los criados?.. ¡Y nos quejamos ahora a pesar de la cantidad de prácticos artilugios y demás elementos que disponemos para semejante función!... De todas maneras con lo del orinal o escupidera no hace falta explayarme demasiado, cualquiera de nosotros que no cumpla ya cincuenta años sabe de sobra lo que es, incluso usado en sus casas..
Supongo que en Fuente de Cantos, mi pueblo, igual que en el resto de Extremadura, los ricos ya desde principios del siglo pasado disponían de sus correspondientes cuartos de baño al estilo de la época, es decir, minúsculos. Aunque los sanitarios actuales, de loza vitrificada, no entraron en España hasta la década de los años veinte. A partir de ahí se generalizó entre los ricos la moda de agrupar en una misma estancia de la casa los bártulos del aseo y de la evacuación..
Bueno, eso en cuanto a los potentados, los pobres ya sabemos dónde hemos hecho nuestras necesidades más perentorias hasta principios de los años setenta, ¡pues en el corral con las gallinas mientras los gallos picoteaban alrededor ejerciendo el más ancestral reciclaje!.. ¡Y luego decimos que nada mejor y natural que los pollos de entonces!.. En fin..
Joaquín Yerga
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