Nuestro español bosteza.
¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
El vacío es más bien en la cabeza.
– A. Machado--
La noche del 28 de noviembre del año del señor del 641 las tropas árabes del califa Omar tomaron al asalto la mítica ciudad de Alejandría, en Egipto. Durante seis meses consecutivos fueron quemando los cientos de miles de libros, pergaminos, rollos de papiro y legajos que contenía su biblioteca para mantener el fuego de los más de 4.000 baños públicos de la ciudad. La biblioteca, la más impresionante de la antigüedad, había sido fundada por Ptolomeo I, (general de Alejandro Magno y antepasado de Cleopatra) allá por el siglo III a.c.
Alejandría, actualmente la segunda ciudad más importante de Egipto, tuvo un pasado esplendoroso. Su nombre alude a Alejandro Magno; él fue quien la fundó.
Alejandría, cuyos habitantes eran de cultura griega, sustituyó a Atenas como emporio de riqueza y de arte. Se hicieron preciosos palacios, enormes mansiones, esplendorosos museos etc. pero la institución más extraordinaria de Alejandría fue su biblioteca.
Los personajes más poderosos de la época hicieron asombrosas aportaciones de fondos a esa mítica biblioteca, muchas de ellas millonarias en libros, como Julio César o Marco Antonio. Éste último trasladó todo el contenido de la biblioteca de Pérgamo, la segunda más importante del imperio Romano, a la de Alejandría (un millón de libros) ¡Ahí es nada!..
A Alejandría iban a estudiar, mirar o aprender muchos de los mejores científicos y sabios del mundo. Por ahí pasaron y en su biblioteca consultaron, tipos como: Aristarco (revolucionó las matemáticas) Eratóstenes (hizo el primer mapa del mundo) Galeno (el mejor médico de la antigüedad) o Estrabón (uno de los mejores historiadores y el primero en realizar un mapa de España) por citar solo algunos. Pero...
Los hombres somos capaces de hacer lo más hermoso, y también lo más bárbaro; construimos las mejores maravillas nunca vistas y destrozamos todo lo hecho en arrebatos místicos o de poder, y la biblioteca de Alejandría no iba a ser menos. Y es que...
La primera vez que estuvo a punto de desaparecer fue en un incendio que provocó en el puerto el propio Julio César en el año 48 a.c. para salvar su pellejo pues le atosigaba el enemigo. El incendio llegó a quemar parte de la estructura pero afortunadamente se salvó.
La segunda vez fueron motivos religiosos: los obispos cristianos más fanáticos, recién convertidos a la nueva religión, se quejaban de que la biblioteca era un centro de apostasía y paganismo y azuzaron a las masas que, enfurecidas la asaltaron y destruyeron gran parte de su fondos (acuérdense de la película de Amenábar “Hipatia”, ésa filósofa que murió dentro de ella por intentar defenderla) Aun así aguantó unos siglos más, aunque ya no era la misma...
Y llegaron los árabes en el año 642, dispuestos a todo; pero esto ya lo he contado al principio..
Joaquín Yerga
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