domingo, 8 de febrero de 2015

Podemos...¿debemos?


Si, ya sé qué uno de esos caudillos de la que llaman revolución social ha dicho que la
religión es el opio del pueblo.(…)Si, démosle opio, y que duerma, y que sueñe.
   (M.Unamuno)

Tenemos a media España temblando por el ascenso de esta organización y a otra gran parte gozosa porque piensa votarles en las próximas elecciones generales. Con el gesto  de introducir en la urna la papeleta con el logotipo de este partido, pretenden muchos darles una fuerte patada en las espinillas (por decirlo suave) a los actuales gestores políticos, a los de la izquierda moderada y por supuesto también a los de la derecha.
  Resulta que con las últimas encuestas han saltado todas las alarmas, ya son el segundo partido con más opciones, han desbancado al Psoe. Algunos temen (no sin falta de razón)  si llega a consumirse la debacle, una Venezualizacion de España.  Es para preocuparse. Si nos atenemos a lo que está pasando en ese país latinoamericano según las noticias, casi todo lo que acontece allí es nefasto; recortes paulatinos de libertades (apenas quedan ya un par de periódicos críticos con el gobierno) un mayor control gubernamental de la vida de las personas y las empresas, una criminalidad descomunal  y un asalto inmisericorde a la propiedad privada. Según lo publicado, los dirigentes de Podemos han estado asesorando al gobierno venezolano sobre las políticas a seguir, aunque según algunos es justo al contrario.
  Si ciertamente se confirma y Podemos es una organización comunista y marxista (ellos se definen así aunque creo que ahora ya no alardean de ello) ya estaba Izquierda Unida para acoger en su seno a los partidarios de esta ideología, no hay nada nuevo en sus ofrecimientos, su doctrina ya la conocemos. A grandes rasgos y dando por hecho  que descartarían de momento una dictadura  proletaria al estilo cubano y la antigua URSS, el meollo de sus políticas estaría en imponer fuertes impuestos a los que más tienen, incluidas las empresas para luego redistribuir lo recaudado en forma de subvenciones y el todo gratis al pueblo, también anuncian nacionalizaciones de empresas estratégicas (¿telefónica, Iberdrola, iberia ¿). A tenor de sus declaraciones, son los  bancos y los grandes empresarios los culpables de las penurias y las desigualdades actuales y habría que apretarles las clavijas impositivas; claro que estos se deben a sus accionistas y no tardarían en buscar sedes en otros países más favorables y con la deslocalización se perdería los puestos de trabajo correspondientes, imagino que habrán contado con esto. En una Europa libre y de mercado es impensable que aquí se instalen o subsistan muchas empresas de cualquier tamaño si se les acosa tributariamente o se le imponen medidas que no consistan en  favorecer la contratación de trabajadores. El estado no tiene recursos y con la fuga de capitales y empresas, menos para crear nada, solo reparto de miserias.
  Si lo que atrae las simpatías de mucha gente al partido de estos jóvenes profesores de la complutense, es el discurso duro y castigador contra la casta política que llaman ellos de manera despectiva y a las que anhelan eliminar, inútil propósito pues haya algunos más o algunos menos, políticos tiene que haber, alguien tiene que liderar las distintas instituciones del estado por lo tanto seria quitar a estos y ponerse ellos. Entiendo que haya gente cabreada por la corrupción de muchos políticos pero el montante del desfalco cometido por estos seria pecata minuta comparado con el daño que nos puede deparar unas políticas inadecuadas perpetradas por unos lideres mesiánicos neomarxistas aupados a la primera línea por el simple cabreo coyuntural de los ciudadanos. Por cierto, están demostrando que no vienen tan prístinos de corruptelas como pudiera parecer, apenas han hecho en sus vidas nada productivo y ya están pringados en varios affaires  tributarios, ¿que será en cuando alcancen el poder absoluto?
  Yo como es lógico tengo mis preferencias políticas y económicas, que no tienen que ver con nombres sino con sistemas. Entiendo que una sociedad de mercado libre y democrática es la mejor opción para prosperar en cualquier terreno, en libertad, en economía y en transparencia. En España a nada que echemos un vistazo a nuestra historia y seamos objetivos comprobaremos que hemos vivido y seguimos en ello, los mejores cuarenta años desde que somos nación y sin duda se lo debemos a nuestra fresca democracia, aun con sus imperfecciones.
  Los neófitos dirigentes de este nuevo partido que arrasa en las redes sociales y tanto agrada a jóvenes inconformistas, indignados o desengañados de otras opciones políticas, se han formado en esta democracia que tanto desprecian, gracias a ella han estudiado becados  gratis en nuestras universidades y han tenido toda clase de facilidades para llevar una vida holgada teniendo en cuenta su envidiada juventud. También pueden opinar, despotricar y hasta denunciar a todos los políticos que se pongan a tiro sin que se conculque sus derechos y libertades, por lo tanto no entiendo el desprecio y la indignación que exhalan o aparentan hacerlo hacia los políticos actuales y hacia el sistema, un sistema con el que también les ha ido.
  Es verdad que muchos políticos han defraudado a mucha gente con sus fechorías pero esto simplemente es oficio para fiscales y jueces que afortunadamente son independientes  y actualizar las leyes actuales endureciéndolas para que no vuelva a ocurrir. No hace falta poner todo patas arriba ni venganzas inquisitoriales con sus hogueras en la plaza pública. Dios nos libre de nuevos savonarolas y torquemadas.
 No nos volvamos locos, ningún país comunista actualmente ni a lo largo de historia ha prosperado en ningún sentido, ni en economía, ni socialmente, ni en libertades y sobre todo en bienestar por lo tanto ¿qué podemos esperar de estas viejas políticas ¿ Este planteamiento  no es teoría solo hay que remitirse a la realidad; un pequeño ejemplo de países con sistema comunista en la actualidad: Cuba y Corea del Norte, consecuencias: hambrunas, pobreza, atraso y falta de libertad, allí sí que señorea una casta, la de sus dirigentes, el resto, el pueblo al que invocan, todos iguales pero en la pobreza. Algunos ejemplos de países con sistemas más o menos democráticos pero con partidos casi únicos y filocomunistas en el poder, Venezuela, Bolivia o Argentina, consecuencias: corrupción, pobreza y merma considerable de libertad de información.
  Entiendo, faltaría más, que en el espectro electoral de un país democrático debe haber de todo pues cada uno tiene sus razones, otra cosa es que nos convenga una mayoría de centro izquierda o centro derecha (común en todos los países civilizados) que coincide con la clase media y que siempre ha sido la que da estabilidad, seguridad jurídica y prosperidad a las naciones. Las opciones extremas suelen ser oscurantistas, acaudilladas por ungidos líderes adanistas que irrumpen con ideas revolucionarias que siempre acaban mal y las consecuencias las paga duramente el pueblo al que dicen defender.
 Un partido político puede proponer soluciones creíbles o realizables, incluso aunque después no cumplas parte de lo prometido porque las circunstancias lo impidan, otra cosa es aprovecharse de la candidez de los menesterosos y necesitados  haciéndoles creer que son merecedores de todo tipo de derechos y prebendas y que luego es imposible darles porque los recursos de los que disponemos son muy limitados. Y peor aún, llegar al poder con piel de cordero para después irse despojando de ella  y ponerse a  desmontar este sistema de libertades que nos hemos dado y con el  que tanto hemos prosperado los españoles.
  No pretendo hacer comparaciones porque no ha lugar pero ejemplos de caudillos revolucionarios, látigos de políticos al uso, surgidos del pueblo y dispuestos a cambiar bruscamente el orden establecido, a habido muchos en la historia reciente, Mussolini, Stalin, Ceaucescu, Hugo Chávez etc. todos surgieron después de una etapa de dura crisis económica o social y se aprovecharon de ella para ilusionar a la gente, después… todos conocemos el resultado.
                                                                                                        Joaquín Yerga                                                                                                            
                                                                                                          08/02/2015