El amor se va
por los campos: llega
a las puertas de
las pobres aldeas.
Y mujeres solas,
de miradas plenas,
lo sienten venir,
lo paran, lo besan.
--¿De dónde eres tú?--
Los ocasos dejan
errando, entre luces
vagas, su belleza,
y por el oscuro
árbol de la puerta,
los ojos ¿qué grandes!
lo ven en la estrella.
Luego el hombre viene.
La mujer se deja...
El barro peor
da la primavera.
--J.R. Jiménez--
Si los fuentecanteños apenas sabemos de las andanzas de Zurbarán, nuestro más ilustre pintor, imaginaos entonces la atención que le prestamos al segundo más famoso, Nicolás Megía... Nada, nada, una calle, un parquecito, una guardería y va que chutas..
Francisco de Zurbarán es la repera para nuestro pueblo, famoso por la delicadeza de su madre por haberlo parido aquí.. Pero Nicolás Megía, tampoco es moco de pavo. Os aseguro que muchos pueblos se darían de tortas por haberlo tenido de vecino y poder llevarse a la boca de su historia algo con tanto pedigrí..
Nació el pequeño Nicolás (no confundir con el famoso friki) en la calle Hermosa; pero ¡ojo!, os recuerdo que la antigua calle Hermosa empezaba en la ermita y llegaba hasta el Carmen. Nicolasito vino al mundo en el tramo que ahora llamamos en su honor, calle "Nicolás Megía", a la altura de la calleja "Lengua". Le cambiamos el nombre cuando él murió.
La madre de Nicolás, Luisa Márquez, procedía de Aracena, en Huelva y su padre Antonio Megía, era un rico labrador fuentecanteño de toda la vida. El niño nació el 6 de diciembre de 1845 y se bautizó en la parroquia Ntra. Sra. de la Granada dos días después.
Poco sabemos de la infancia de Nicolás. Sí que tuvo dos hermanas y un hermano y que, posiblemente influenciado por su familia materna, (un hermano de su madre, José Márquez, era médico cirujano aquí en el pueblo) al niño le intentaron dar la carrera de medicina. Pero hete aquí que le tiró más la vocación de pintor, así que aún con disgusto de su familia, la dejó a medias y se puso a pintar..
Empezó a estudiar en Sevilla, pero a los 19 años ya estaba en Madrid aprendiendo pintura en la Academia de San Fernando. Allí entabló amistad con los mejores pintores del momento, como Madrazo o Alisal, (íntimo amigo suyo) y más tarde con el mismo Fortuny. Luego, y becado por la Diputación de Badajoz, se marcha, entre 1872 y 1881, a Roma y París a seguir aprendiendo.
En 1874 Nicolás tiene que volver a Fuente de Cantos porque muere su padre a los 51 años; lo mismo que en 1877 cuando lo hace su madre y tiene que hacerse cargo del testamento. Por cierto, heredan, él sus hermanas, una considerable fortunita. Entre casas, en las calles Carrera, Hermosa y calleja Lengua, huertos en la Fontanilla, más de dos centenares de fanegas de tierras en la Argamasa y en los Quejigales, y ganado, mucho ganado, si no eran ricos les faltaba poco..
El 19 de julio de 1881, Nicolás contrae matrimonio en Monesterio con Mariana García, hija de un médico y vecina de esa localidad; acababa de llegar de París. Él tenia 35 años, ella 18 añitos. Con este casamiento perdimos a un vecino ilustre y lo ganó Monesterio. A partir de entonces cada vez que venia a Extremadura (seguía teniendo estudio de pintura en Madrid) lo hacía a Monesterio, donde estaban sus suegros, que además se hicieron cargo de sus hijos; el mayor nació en este pueblo vecino y con los años llegó incluso a ser alcalde.
En 1890, con 45 años, Nicolás enviudó, su mujer muere y es enterrada en Madrid, en el cementerio de la Sacramental de San Justo. Años más tarde ambos se reencontrarían en la misma tumba. Él sufre de melancolía por su perdida durante mucho tiempo. Sus dos hijos, aún pequeños los crían sus abuelos maternos.
Tres años mas tarde, Nicolás se desvincula totalmente del pueblo, vende a su hermana la casa donde nació, sigue pintando en Madrid y veranea en Monesterio. Cuando muere, en 1917 a los 71 años, su hija se lleva todos sus bienes y pertenencias personales a Monesterio. En 1918 un año después de su muerte, el Ayuntamiento de Fuente de Cantos decide poner al tramo de la calle donde nació su nombre, y en la fachada de su casa una placa conmemorativa. Ahí sigue..
Nicolás Megía era primo hermano de Felipe Márquez Tejada, el que fuera todo un potentado personaje fuenecanteño. Felipe se casó con una sobrina de Nicolás, Rosario, hija de su hermana.
Joaquín
Mirad algunas pinturas de Nicolás Megía..