¡Ya pronto anochece!
¡Qué triste está el cielo!
El aire cimbrea
los álamos secos;
ya hay nieve en la cumbre del monte.
La luna amarilla
se refleja en los campos desiertos.
Ya tienden las aves
medrosas el vuelo;
ya chillan los búhos,
¡ya viene el invierno!
Ya empiezan las noches lluviosas,
¡qué largas, qué frías,
las noches del mes de los muertos!.
--Manuel Paso--
David se levantó aquel día más cansado de lo habitual.. Se lavó la cara y se peinó sus largos cabellos.
Mientras esperaba a que sus sirvientes le trajeran el desayuno, salió a la terraza a echar una bocanada del aire fresco de la mañana; le apetecía.
Curioso por ver el ajetreo de la gente, tan temprano, se acercó a la balaustrada y se recreó mirando la ciudad desde las alturas de su palacio.. y entonces la vio... De entre decenas de terrazas del conglomerado urbano contempló a una hermosa mujer bañándose en el patio de su casa, y le gustó ¡Oh, sí, le gustó!..
Ni lo pensó dos veces, llamó a uno de sus guardias y ordenó que inmediatamente la trajeran a su presencia.
Cuando Betsabé llegó a palacio sorprendió a David por su belleza..
--Eres más hermosa de lo que creía---le dijo mirándola a los ojos
Fue una tarde y noche inolvidables la que pasaron. Hablaron, congeniaron, y se acostaron; hicieron el amor..
También ella quedó fascinada por el porte y el poder de seducción de David..
Trece veces se lavó Betsabé sus partes íntimas, ¿trece veces?.. Si, es costumbre judía que la mujer debe lavarse cada vez que tenga relaciones.. Pero, ¿trece veces?..
Trece veces hicieron el amor, tal era la potente atracción mutua que se tuvieron nada más verse..
Y quiso David desposarse cuanto antes con Betsabé. Se había enamorado pero, había un problema, ¡Demonios, Betsabé estaba casada!.. ¡Y con un oficial de su propio ejército, nada menos!..
Urías, además de esposo de Betsabé era un fiel servidor de David, así que no puso objeción alguna cuando le dijeron que tenía que marcharse al frente.. y a primera línea de batalla.. una carta de David así lo ordenaba..
El pobre Urías no tardó en morir por la patria, y por el rey David, lo que dejó el camino libre a David y a Betsabé para sus apetencias amatorias.
Y se amaron, de veras..
Al poco tuvieron un hijo.. Salomón le pusieron de nombre.. pero eso es otra historia..
Joaquín
Betsabé se baña en su terraza. El rey David la mira a lo lejos
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