miércoles, 27 de octubre de 2021

Se casó con el mismo hombre que pretendía a su hermana

                                                                                    





Nunca la duda el corazón te enfríe;

marchita su ilusión quien la razona.

No escudriñes el bien; goza y sonríe.

No te asombres del mal; ama y perdona.

--Ricardo León--


Había una vez hace mucho mucho tiempo dos chicas muy monas; ambas eran hijas del poderoso rey de Castilla, Alfonso VIII.. 

Las dos jóvenes estaban solteras pero con ínfulas ya de casaderas, y las dos, como buenas y obedientes hijas, ansiaban que su buen padre, el rey, las desposara con un apuesto galán, príncipe a ser posible de alguna importante corte europea..

Enterose el rey de Francia de la libre disponibilidad de las dos adolescentes españolas y quiso casar a una de ellas con su hijo Luis, el príncipe heredero. 

Y allá, a la poderosa Castilla de entonces, envió el rey francés emisarios de su máxima confianza con la importante misión de elegir a una de las dos como esposa para su hijo

De las dos princesas, ¡pardiez!, una se llamaba Urraca, horrible nombre, pero buena moza ella.., elegante, bella y de muy buen ver.

La otra, ¡alabado sea Dios! por Blanca atendía la dama, precioso apelativo. Pero más fea que su hermana,; aunque de alma noble como el diamante y de corazón arrebatador..

Gran tara portaban los emisarios del rey de Francia, porque, ¡Ay!,  apenas sabían castellano. Si acaso lo chapurreaban malamente, con lo que les era muy difícil pronunciar las erres ¿Entonces?...

¡Demonios!, Al conocer el nombre de cada una de ellas y sus caras, debatieron y debatieron... Tras mucha discusión y porfía y ante la imposibilidad de pronunciar en francés Urraca (que era la guapa) se quedaron con la fea, Blanca, de bonito nombre y peor aspecto!. porque.. ¡Cómo iban a llevar a Francia a una futura reina francesa con nombre impronunciable para ellos!..

Blanca se nos fue a Francia, y se casó con Luis, el hijo del rey, y sino físicamente agraciada como su hermana, demostró ser, sin embargo, una mujer de hermoso espíritu que hizo dichoso a su marido el rey de Francia cuando este fue coronado.

Y colorín colorado, fueron felices y tuvieron muchos hijos. Luis, futuro San Luis de Francia, fue un tipo excepcional...

Cosas del azar, amigas. A menudo las cosas no son como parecen. Aún sin querer acertaron de lleno los emisarios franchutes al elegir princesa..

Por cierto, a Urraca la casaron con un portugués, el rey Alfonso II. Era guapísima..

Se ignora si el portugués pronunciaba bien su nombre.

Joaquín





No hay comentarios:

Publicar un comentario