Miramos juntos las estrellas
una radiante noche de abril.
Elegimos quedarnos con las dos
que más brillo que emitían.
Ellas fueron nuestras
mientras duró nuestro amor.
Ahora las miro en silencio..
¡veo tan tenue su luz!.
--Joaquín--
¡Qué preciosa inmensidad la del espacio infinito!. ¡Qué extraordinaria belleza la del firmamento en una noche estrellada!..
Son miles, millones de estrellas las que iluminan el cielo en una noche clara. Ellas deleitan nuestras anodinas vidas de humanos apegados a la tierra. Pareciera que todo está diseñado especialmente para nosotros. Son como un regalo que Dios dispuso para endulzar nuestros toscos sentimientos..
El cielo que vemos a diario, que no deja de ser nuestro universo particular, sorprende al más versado por su magnitud.. Fijaros..
Si pretendiéramos hacer un plano a escala real sólo de nuestro sistema solar y el Sol fuese una naranja, la tierra sería un grano de arena a una distancia de nueve metros.
A trescientos metros del Sol (la naranja) colocaríamos un hueso de cereza que sería Júpiter, y a unos dos kilómetros, un diminuto grano de azúcar que sería Plutón.. La otra naranja, es decir, la próxima estrella, se situaría a tres mil kilómetros de distancia de la primera naranja, pero...
Siguiendo con la imposibilidad de representar en un plano el tamaño de, por ejemplo nuestra galaxia, la Vía Láctea, que es donde vivimos, sigan imaginando.. Si un grano de sal fuese un estrella, necesitaríamos 10.000 paquetes de un kilo de sal cada uno y esparcirlas por toda la tierra y, eso sí, cada grano debería estar separado de otro docenas de metros.. Bueno, pues eso sería nuestra galaxia..
Y si eso es nuestra galaxia, ¡Qué será el Universo con 300.000 mil millones de galaxias!.. En fin, lo dejo y atiendo a las tonterías de los políticos que esto se me sale de madre...
Joaquín..
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