No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas: pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!.
--Bécquer--
En plena faena estaba la batalla de Lepanto. Y por ahí andaba, mosquete en mano y en una de las galeras españolas que se batían el cobre contra los turcos, nuestro insigne “Manco de Lepanto”, Don Miguel de Cervantes..
La cosa pintaba bien para los nuestros.. Habíamos hundido ya un centenar de barcos enemigos y perecido en ellos más de 25.000 otomanos.. Si bien es cierto que algunos musulmanes se mostraron combativos hasta el final..
Consumida ya toda la munición de algunos navíos, a los soldados turcos no se les ocurrió otra cosa que lanzar contra los nuestros naranjas y limones que transportaban a toneladas.. ¡estaban tan desesperados lo pobres!..
Bueno, no hace falta decirles el choteo de los españoles y la algarabía que formaron por ver quién recogía más cítricos..
En fin, cosas de la guerra.. en este caso parece la de Miguel Gila..
Joaquín
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