No te atraigan las sombras del abismo.
¿Qué importa a dónde vas, de dónde vienes?
No busques nada fuera de ti mismo;
todo en tu propio corazón lo tienes.
--Ricardo León--
Ocurrió hace ya mucho tiempo: un hombre, su mujer y sus dos hijos deciden abandonar su tierra para irse a vivir a otras más fértiles, en las suyas pasaban hambre.
Él tiene un nombre muy particular, impronunciable. La mujer se llama Noemí; el nombre de sus dos hijos no vienen al caso..
Se han establecido en otro pueblo y ha pasado ya un tiempo. Los hijos se han casado con dos mujeres del lugar.. Pero, por desgracia, el tipo de nombre impronunciable acaba de morir.
Inexplicablemente en el nuevo lugar de acogida llega una prolongada sequía, y el hambre vuelve. La fatalidad se ceba con la familia. Los hijos de Noemí también mueren.. La tristeza le embarga a Noemí; se queda ella sola con sus dos nueras; una se llama Orfa, la otra Ruth..
En vista del cariz que cogen las cosas, Noemí, desolada, decide regresar a su pueblo de nacimiento, con su gente. Pero advierte a sus nueras, que viven con ella, que al ser extranjeras tal vez allí no sean bien recibidas.
Orfa la besó y con las lágrimas en los ojos se despide de ella, prefiere quedarse. Ruth, sin embargo, le dice:
--No me obligues más sobre que me quede y te deje sola, porque donde quiera que fueres he de ir yo.. Tu sitio es mi sitio y donde tú mueras moriré yo..
Noemí llora de alegría por la actitud de su nuera..
Y Noemí y Ruth regresan juntas a sus antiguas tierras.. Llegaron justo a tiempo de la cosecha de cebada.
Ruth es hermosa y tiene un corazón de oro, respeta mucho a su anciana suegra, por eso le pide que la deje ayudar trabajando para que sus vidas le resulte más fácil..
Era costumbre en el país dejar a los pobres espigar cualquier campo ya cosechado. Ruth se ocupó de este humilde trabajo a fin de sacar un dinero extra.
Un día espigaba en las tierras del rico hacendado Booz, y éste se compadeció de la joven. La vio tan hermosa, tan trabajadora y entregada que empezó a enamorarse de ella.
Y le dijo a sus segadores:
--Dejad caer de vuestros manojos algunas espigas para que, estando en el suelo, las pueda coger Ruth sin rubor; y mientras las recoge, nadie la reprenda
Ruth se dio cuenta del detalle de Booz para con ella, y empezó a verlo con buenos ojos. Incluso creyó ir enamorándose de él. Su corazón volvía a palpitar..
La vieja Noemí no fue ajena a los favores de Booz para con Ruth, tambien se dio cuenta del incipiente amor que empezaba a surgir entre los dos..
Un día Noemí le dijo a Ruth:.
--Lávate, pues, y úngete con los mejores perfumes, y ponte el mejor vestido que tengas, y encamínate a su casa. Procura que no te vea hasta que haya acabado de comer y beber. Luego le hablas
--Haré cuanto tú me mandes---respondiole Ruth
Cuando hubo oscurecido y Booz acababa de cenar, Ruth llamó a su puerta..
--¿Quién es?---preguntó él
--Soy Ruth, tu esclava y admiradora---dijo ella
En verdad es que los dos estaban muy enamorados y deseosos de casarse. Sólo necesitaban la anuencia de Noemí, su suegra, y ésta no fue egoísta, reconocía el buen corazón de Ruth. Tanto la apreciaba que consintió quedarse sola y que ella fuera feliz, otra vez..
Y Booz y Ruth tuvieron un hijo, Obed le llamaron, él fue el padre de Isai, que a su vez lo fue del rey David.. Y del linaje de David, nos llegó Jesucristo al mundo...
¿Veis la actitud de Ruth para con su suegra y viceversa?. ¿Os imagináis hoy en día algo así?.
Por cierto, esta historia la cuenta la Biblia.
Joaquín
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