sábado, 23 de octubre de 2021

Crónica de una infidelidad anunciada

                                                                               



No quiero verla, no quiero,
¡será tan triste encontrarla
con hijos que no son míos
durmiendo sobre su falda!.

--Fco. A. de Icaza--


¿A quién se le ocurriría la idea de concertar una boda entre Isabel II, una chica de dieciséis años en plena efervescencia adolescente, y además reina, con Francisco de Asís, un chico de veinticuatro de conocida tendencia homosexual?. ¡Ay, dios!.. 

Fue una locura la boda, y así pasó luego, porque a ella le gustaban los hombres, y a él también..

Cuando le dijeron a Isabel que su marido iba a ser su primo Francisco de Asís, se echó las manos a la cabeza, y no por lo de ser primos, precisamente..

--¡No, por favor, con Paquita no!---dicen que exclamó muy indignada Isabel (Paquita era su primo Francisco)

La boda se celebró, y ya desde el principio todo fue un desastre en el matrimonio, como era de esperar..

No pudieron elegir peor marido para Isabel. Fueron a colocarle en el altar, como dijo la propia Isabel: "al único candidato que llevaba camisones con más encajes que los de ella"..

Y qué iba hacer, la pobre, si le gustaban los hombres a rabiar y quería disfrutar de ellos. Pues eso, que no tardó en buscarse amantes..

Ah, y no os preocupéis por su marido, que éste no se iba a enfadar; andaba con su novio de siempre, que también tenía derecho, el hombre. Claro que la gente, cruel a mas no poder, le cantaban canciones hirientes, como aquella coplilla que se oía por tabernas y saraos:

Gran problema hay en la corte

averiguar si el Consorte

cuando acude al escusado

mea de pie o mea sentado

La alusión a que meaba sentado se basaba en datos reales, pues Francisco, primo y marido de Isabel II, sufría de hipospadia, una malformación de la uretra. Es decir, no tenia el orificio de salida en el glande, sino en el tronco del pene, y ello le impedía orinar de pie..

Por cierto, Isabel II, tatarabuela de nuestros rey Felipe, regordeta y con unos ojos azules preciosos, fue derrocada por la revolución y tuvo que exilarse a Francia. Eso sí, una vez allí cada uno hizo su vida privada aparte... Ella con sus nuevos amantes y él con su novio de siempre..

En fin, una historia de des-amor, como tantas..

Joaquín

Isabel II



 Francisco 

           






                                                                              






                                                                                                                                                       

                                           



                                                                                         

3 comentarios:

  1. Ni creo que fuera la única historia de desamor.. haberlas las hailas aún 😜 buenas tardes Joaquín 🤗

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    1. Siempre las habrá, María, por mucho evolucione la cosa, amores y desamores los habrá siempre, Un beso

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  2. Cuantas historias íntimas que no conocemos...gracias por compartir

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