La chica que miró hacía atrás, y se llevó la gran sorpresa

                                                                                  

Nada puedo decirte,

y mira que me gustaría.

Es tarde, no te hice caso cuando debía,

otra llenaba mi corazón.

Ahora mandaría al carajo a aquella,

que tanto me hizo sufrir.

Pero tú estás ya en otra historia

y maldito caso me harías.

--Joaquín--

Lot vivía en esa ciudad de nombre mítico y de historia espeluznante llamada Sodoma..

Atrapado entre disputas de bandas rivales, Lot fue despojado de sus pertenecías y encarcelado. ¡Se vio perdido!. Gracias a que su desventura llegó a oídos de su tío Abraham, éste pudo acudir en su ayuda con su gente y rescatarlo de su terrible adversidad..

Todos huían ya de Sodoma dispuestos a cumplir el único requisito impuesto por Dios para salir vivos de ella "No mirar atrás".. La había destruido la noche anterior por los muchos pecados de sus habitantes. Un aguacero de aceite hirviendo y azufre ordenó descargar sobre la ciudad. Ahora sólo quedaba humo y ruinas.

Alcanzaba la comitiva de huidos el último cerro desde donde se divisaba la ciudad. Todos habían hecho un verdadero esfuerzo por no mirar los despojos de la urbe. Bueno, todos no, Edith, la mujer de Lot, curiosa ella, no pudo evitar echar una última mirada. Fue lo último que hizo en vida. Allí quedó, convertida en estatua de sal para siempre.. Nada pudieron hacer por la dama. Y siguieron caminando..

Por cierto, ¿es esta una simple historia bíblica? ¿Un relato ameno? ¿O una metáfora de la vida?. Yo estoy por esto último, pero, en vez de hacer como la mayoría y seguir avanzando sin mirar, yo me quedaría con Edith, y miraría para atrás aún a riesgo de convertirme en estatua de sal, porque entiendo que todo el que no mire hacía atrás está condenado a repetir su pasado, y sin enmendarlo. Que es justo lo que nos pasa a los españoles. 

Joaquín