domingo, 4 de julio de 2021

Sucedió en la Parroquia un Viernes Santo

                                                                                     




Sentí frío. Era el frio que tenían en tu alcoba

tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,

entre las blancuras níveas

de las mortuorias sábanas.

Era el frio del sepulcro, era el hielo de la muerte,

era el frío de la nada.

--José A. Silva--



Entró aquella mañana en la Parroquia, todavía lo recuerda con nitidez.. Cómo olvidarlo, era Viernes Santo.. 

Apenas unas cuantas mujeres enlutadas dispersas por la iglesia vieron sus ojos al cruzar la entrada. Se arrodilló en el primer banco que vio vacío y se dispuso a rezar un padre nuestro. Solía pedirle a la virgen, pero al ver la imagen del Cristo Crucificado al fondo del templo dispuesto ya para la procesión de la tarde, cambió de opinión y a él se dirigieron sus plegarias.

Un buen rato permaneció orando o absorto en sus pensamientos. Terminó y levantó la cabeza. Luego se incorporó y miró a su izquierda.. Y entonces la vio..

Era Loli. Su nombre lo supo después.. Bella era como la Virgen de la Granada, patrona del templo donde rezaba, esbelta como el tallo de una rosa, delicada como la misma flor. Y todo cambió para él; ya nada sería igual.

Estaba sola. Le habló... le dijo:

--¡Buenos días!--.

Ella sonrió. Sus dientes de nácar, sus carnosos labios y sus enormes ojos negros se confabularon para acabar de enloquecerlo. ¡El corazón le saltaba! ¡Las manos le sudaban!. Aquella mujer le confundía los sentidos. Si, eso tuvo que ser.. Aunque esa mañana poco sabía de ella..

Loli le devolvió los "buenos días" acompañado de un insinuante aleteo de pestañas. Giró y le dio la espalda. Salió al pasillo buscando la puerta. Él la siguió con la mirada hasta el infinito, hasta perderla de vista...

Impaciente por saber de ella, por la tarde hizo sus pesquisas.. buscó, averiguó, preguntó, y la encontró. Supo que acababa de llegar a Fuente de Cantos. Se propuso seducirla, conquistarla, enamorarla, pero ella no quiso.. ¡estaba prometida!---le dijo una tarde en la misma puerta de su casa---se debía a su novio al que quería... 

El mundo se le vino abajo.

Desesperado de insistir y fracasar una y otra vez, tuvo que poner tierra por medio, y abandonó el pueblo para no verla, para no sufrir. Pero la llevaba tan metida ya en sus entrañas que no hubo manera de sacarla de su pensamiento. 

Desde ese lugar lejano al que llegó, le escribió mil poemas de amor en cartas que nunca echó al buzón, y suspiró por ella noches interminables de insomnio, y lloró lágrimas de impotencia por un amor que no pudo ser.. 

Ha pasado ya mucho tiempo y aún piensa en ella..

Loli se casó y tuvo cuatro hijos. Él se casó y tuvo dos, pero su corazón se quedó para siempre en un banco de la Parroquia de Fuente de Cantos, aquel Viernes Santo,  junto al de ella. Jamás volvió a tenerla tan cerca..

Desde Madrid, donde vive desde hace casi cuarenta años, aún suspira por aquella chica que le rompió el corazón.

Joaquín





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