que no reconoce igual.
Si tuvieras un caudal
comparable a la hermosura
de ese rostro que bendigo,
me casaría contigo.
Eres mi bien y mi norte,
graciosa y tierna Clarisa,
y a tener tú menos prisa
de llamarme tu consorte,
pongo al cielo por testigo,
me casaría contigo.
--B. de los Herreros--
Don Fernando y María Amalia se casaban.. ¡Aleluya! ¡Bendita jornada!, ¡El país tendrá heredero! ¡Por fin!..
Habían terminado ya los actos protocolarios de la boda y el refrigerio estaba en los postres.. La pareja había subido a sus habitaciones a consumar la coyunda procreadora, como es preceptivo. Pero, ¡Oh!, de pronto se oye a D. Fernando dar unos gritos de espanto:
--¡Uy! ¡Joder, joder! ¡Qué dolor!---gritaba el susodicho
--¡Qué pasa! ¡Qué ocurre!---exclamaron sorprendidos los invitados
Ven subir rápidamente al ayudante de cámara a comprobar..
Cinco minutos más tarde el ayudante baja raudo y muy preocupado en busca del médico personal de D. Fernando, que estaba en el salón con los invitados. Le habla al oído y suben los dos a la habitación conyugal.
Pasan las horas.. Todo el mundo está expectante, ávidos de noticias.. Es ya muy tarde..
Por fin, aparece el médico e informa a los consejeros y a la familia que esperan impacientes abajo:
--¡Don Fernando padece de fimosis y no puede consumar el acto!---les dice
--¿Cómo?---preguntan asombrados los familiares
El médico ordena al personal tranquilidad y silencio, y les explica:
--Don Fernando sufre mucho en la erección por la tirantez del frenillo que sujeta el prepucio y que hace enarcar su verga. Se le está aplicando baños de leche---palabras textuales.
Pasaron tres semanas y Don Fernando seguía en las mismas, con lo que ha tenido que ser llamado el famoso cirujano francés Vachel que, en cuanto ha visto el pene de Fernando ha dado con la causa.
--¡Oh! ¡Mierda!---había vociferado el galeno al contemplarlo.
--¿Mierda?.---se extrañaron los allegados de Fernando...
--Efectivamente, se le ha formado una costra de porquería entre el prepucio y el glande, que le es imposible, al guarro, consumar nada---explica Vachel
Lo de "guarro" es licencia mía.. Por cierto, D. Fernando es el Duque de Parma, nieto de Felipe V, un altísimo personaje, y María Amalia, la pobre, su sufrida mujer.
Supongo que en esas asquerosas condiciones, la chica se abstendría muy mucho de practicar sexo oral durante bastante tiempo.😟😟😟
En fin. Es una historia real, conste.
Joaquín
Buenos días,nunca me había metido en el blog (a partir de ahora lo haré ☺️)en sentires extremeños le doy me gustas a tus fotos pero nunca me había adentrado más... por cierto interesante relato.. Feliz día Joaquín.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro mucho que te haya gustado. Un abrazo. Buena tarde
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