lunes, 26 de julio de 2021

Los siete pecados capitales de Fuente de Cantos

                                                                                   





A la luz tibia de otoñal ocaso

entre marchitos árboles  torcía

mi errante senda el caprichoso acaso,

deidad hermosa y triste hallé a mi paso,

y eras tú esa deidad, Melancolía.

--Teodoro Llorente--



Pocos, por no decir ninguno, estamos libres de las flaquezas del alma, aunque siempre habrá algunos que le flaquee más de la cuenta. Os lo decía por los grandes pecados que arrastramos cada uno de nosotros ya desde la cuna según la iglesia católica, o defectos del corazón, según la tradición laica.

La Iglesia ha fijado siete como los pecados más imperdonables. Y realmente son siete vicios muy arraigados en la psique humana. Aunque, para mi gusto, la hipocresía, sin ser pecado capital, tal vez sea uno de los pecados más insoportables que cometemos los mortales. Gente que acosa, insulta, sentencia, humilla, critica, pero.. ¡Oh, curioso!, luego hacen lo mismo en privado pero multiplicado por tres..

Por ciento, apuesto a que no es la hipocresía el pecado más común de Fuente de Cantos, aunque no falte algún que otro hipócrita por estos lares. No, yo apostaría más por la envidia como el rey de nuestros pecados. Tened en cuenta que las relaciones sociales son más intensas en los pueblos que en las ciudades, donde uno se las ventila de manera más solitaria.

De los siete pecados capitales, no creo que los fuentecanteños pequemos de avaricia. No, porque no somos codiciosos ni tacaños, más bien al contrario, despilfarradores, manirrotos, gastadores...

Ni me imagino que la lujuria abunde más que en otros lugares, aunque haya por aquí algún salidorro entre nosotros, que haberlos haylos como en toas partes.

¿Gula? Qué va.. No son tantos los gordos y gordas que nos cruzamos por nuestras calles. Supongo que comeremos lo justo y sin ansia; el chorizo y el jamón más que comer se degusta. 

¿Ira? Me temo que se cuentan con los dedos de la mano los iracundos que viven en Fuente de Cantos, no caen bien; apreciamos más a los pacíficos y encantadores. Entre otras cosas porque tienen más éxito social.. 

Y no niego que algún soberbio o soberbia hallaremos en el pueblo. Es es éste un pecado terrible, es cierto, pero tan subjetivo que cada cual tendrá el suyo en mente.. 

No pongo la mano en el fuego porque no tengamos algún perezoso u holgazán en la familia fuentecanteña, pero siempre hemos sido gente muy muy trabajadora, por lo tanto ajenos a la Pereza

No, definitivamente creo que es la envidia, y no la hipocresía, el pecado capital de Fuente de Cantos, exactamente igual que en la mayoría de los pueblos de España..

¡Ah!, una cosita: aprovechando que esto apenas lo lee nadie os cuento un secreto: Mis pecados capitales han ido variando en intensidad según la edad. Sí, fijaos: 

De niño era envidioso, de adolescente iracundo, a los veinte extremadamente lujurioso, a los treinta avaricioso, a los cuarenta soberbio, a los cincuenta con la gula desatada, ¿y ahora a los sesenta? Bueno, ahora apenas me queda la pereza..

Por cierto, jamás supieron Don Alfredo o Don Julio, en mis confesiones, de mi extremada lujuria juvenil. Ufffff, me hubieran puesto de penitencia quinientos padrenuestros.. 😅😅😅

Joaquín.



                                                                                   


                                                              

                                                                                        


                                                                        





 




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