Muere el sol, quietud inmensa
se adueña de cuanto existe...
entonces una voz triste
susurra en mi oído: ¡Piensa!
Por fin, la noche, vestida
de luto, llena de encanto,
me cobija con su manto,
suspirando: ¡Duerme, olvida!
--Amado Nervo--
Resulta que una vez, unos cientos de miles de musulmanes que vivian en Andalucía oriental, a los que, de manera despectiva, los cristianos llamaban moriscos, se pusieron farrucos (se rebelaron) y hubo que atraparlos y dispersarlos por la península. A nosotros aquí en Fuente de Cantos nos tocó apechugar con unos cuantos, casi cien. No eran muchos, a otros pueblos les tocó más..
Os cuento más detalles..
Hasta 1492, en el Reino de Granada (actuales provincias de Almería, Málaga, Jaén y Granada) se habían ido refugiando, al calor de su fe, todos los musulmanes que los cristianos habían ido desalojando del resto del nuestro territorio.
Moros llegados del resto de Andalucía y de Extremadura se fueron estableciendo allí, en Granada. Incluso es más que posible que entre ellos algunos individuos y sus familias provenientes de Fuente de Cantos, de cuando el maestre de la orden de Santiago Pelayo Pérez Correa los venció y expulsó..
Y no creáis que todos los moros granadinos se fueron con la derrota que les infringieron los Reyes Católicos en 1492, nada de eso, muchos, unos 200.000, se quedaron pululando por la Sierras de las Alpujarras..
Bien, pues esos moros (moriscos) de las Alpujarras se revelaron varias veces contra las autoridades cristianas reclamando libertad, y más cosas. Y, claro, eran otros tiempos, así que, temiendo Felipe II graves enfrentamientos y problemas con ellos, los capturaron y los redistribuyeron por toda la península. A cada región les tocó su parte..
A Extremadura nos correspondió en el reparto 7.350 moros, y al partido judicial de Llerena, (al que pertenecíamos nosotros entonces), 1.475. A Fuente de Cantos, ya os lo he dicho, unos cien tuvimos que reintegrar. Claro, que estos hombres y mujeres entrarían de lleno como esclavos al servicio de los más ricos. La mayoría de ellos no sabia ni hablar castellano, pero eran muy buenos hortelanos y artesanos..
Pero todo esto pasaba bajo criterio político y de orden público; luego entró en acción la religión, la Inquisición y la intransigencia y, ¡ay, amigos!.. las autoridades eclesiásticas católicas no iban a permitir herejes en España, así que, unos años más tarde y cuando ya estaban apunto de integrarse, se decretó la orden de expulsión de todos los moriscos de España. A unos 200.000 los embarcaron rumbo a lo desconocido..
Y al hilo de la expulsión, al pueblo de Hornachos le tocó lo peor. Nada menos que 3.000 vecinos moriscos tuvieron que coger carretera y manta y salir de la villa. Andando y en tres expediciones seguidas, pasaron por Fuente de Cantos camino de Sevilla, donde embarcarían para Marruecos..
Por cierto, estos episodios son una parte importante de nuestra historia, y ha dado mucho que hablar. Bien, pues imaginaros: hoy en día tenemos casi un millón de ellos viviendo en nuestro país. Pero, ¡claro!, afortunadamente nadie pide su expulsión masiva, y es que, el catolicismo ya no es lo que era..
En el pueblo, apenas un cuarto centenar de musulmanes viven ahora entre nosotros..
Joaquín
No hay comentarios:
Publicar un comentario