Todavía te busco mujer que
busco en vano,
mujer que tantas veces cruzaste mi sendero,
sin
alcanzarte nunca cuando extendí la mano
y sin que me escucharas
cuando dije: «te quiero…»
--José Ángel Buesa--
En este mundo nadie se libra de cometer algún error. Todos metemos la pata alguna vez. ¡Coño, pero si hasta el mismísimo Dios tuvo un desliz una vez! Sí, porque:
¿Qué me decís de su actitud aquella cuando al hacerle Caín y Abel las oportunas ofrendas, en el Paraíso, tomó predilección por las de éste último?. Y eso que cada uno de los dos le había mostrado lo mejor que tenia. Caín era agricultor y su ofrenda consistía en productos de su huerta. Abel como buen ganadero le ofrendó un ternero.
Pero se ve que Dios apreció mucho más las dádivas de Abel y despreció las de Caín ¿Era Dios carnívoro?.. ¡Hombre, visto lo visto mejor un ternero que unas cebollas!, pero. ¿Quizás ese menosprecio hacia Caín engendró en éste el odio a su hermano, llegando incluso a asesinarlo con la quijada de un burro? Pues es posible, y ahí comenzaron nuestras desdichas.
Se me ocurre una idea al respecto: Si Fuente de Cantos, como pueblo, tuviera que hacerle una ofrenda a Dios, y Monesterio, nuestro gran rival, otra, ¿Qué pensáis que le podríamos ofrecer cada uno?.. Digo yo que Monesterio, como montañoso y ganadero que es, un jamón ibérico sería lo ofrendado, mientras que nosotros un pan o unas perrunillas: lo digo por ser más de secano, de trigo y cebada..
Y si así fuera, Dios se quedaría con el jamón, ¡claro! ¡Y quién no!.. Es decir, Monesterio seria como Abel, su preferido, y nosotros como Caín, el despechado.. ¿Quizás por eso le ha ido a Monesterio mejor que a nosotros últimamente? ¿Le va mejor? ¿Le irá mejor en el futuro?..
En fin. Qué tontería acabo de escribir..
Joaquín
Romanones, esquina San Julián
Plaza Virgen de Tentudía, y calle Guadalcanal
calle Guadalcanal
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calle San Julián (final)
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