En vano busqué la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!
--Rubén Darío--
Fijaos de donde viene la cosa: Los turcos asedian Viena, casi el centro de Europa. Cien mil soldados musulmanes bien pertrechados llevan meses queriendo conquistar la ciudad.
Y la ciudad no caía. Las murallas y los vieneses ponían de su parte todo lo que podían. A los turcos, ya muy cabreados, se le ocurrió hacer un túnel, de noche, para que los sitiados no oyeran el ruido de los picos y palas.
Pero, ¡oh!, los panaderos de la ciudad, madrugadores ellos, algo oyeron en el silencio de la noche, ¡y dieron la voz de alarma!. Los vieneses se pusieron las pilas y los turcos dejaron de construir el túnel. Tuvieron que desistir de asediar la ciudad y volver a sus lugares de origen, ¡Viena se salvó!, ¡Europa se salvó!..¡España se salvó! ¡Fuente de Cantos se salvó!..
El emperador austríaco agradeció a los panaderos su ayuda y les concedió muchos privilegios. Complacidos, el gremio de panaderos creó un bollo especial para el rey: una especie de panecillo con forma de media luna (el símbolo del Islam) para mofarse de los turcos, ¡¡y nació el Cruasán!!.. Hablamos de 1683, ¡ahí es nada!..
Por cierto, gracias a este invento y a otros tipos de dulces nacieron las pastelerías. Nosotros en Fuente de Cantos ya tenemos tres, ¡buena señal! A nadie le amarga un dulce.. la de Paqui (Sandra) en la calle Llerena, con sus riquísimos piononos, la del Pilar, en la calle del mismo nombre, y la más reciente, La Casina, en la calle Guadalcanal. De esta última doy fe de la buena calidad de sus cruasanes con nata... ¡y es que, me pilla a la vuelta de mi casa!..
Joaquín
calle Real
Calvario
plaza de los Conquistadores (Fontanilla)
calle Almendralejo
calle José Antonio Cortés
Silvela
plazoleta de la Hermosa
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