viernes, 9 de julio de 2021

Nunca la tragó la suegra

                                                                                



Tu voz parece de otro tiempo

ya no tiene aquel tono cálido

de antes, ni la complicidad

de siempre, sólo son palabras

y su afecto es ahora discreto:

En tus mensajes ya no hay mensaje

--Francisco Gálvez--


Pues si, llegué a enamorarme de Alfonso XII, pero éste mamón ya tenia lo sentimental cubierto con los recuerdos de su primera mujer, María de las Mercedes (recién fallecida) y lo sexual con sus numerosas amantes. 

Al morir María de las Mercedes se entregó el tío a una frenética actividad sexual con mujeres de toda condición. A mi me lo contaron al poco de casarme con él..

Los dos teníamos apenas 20 años cuando nos casamos, pero él ya era viudo, como sabéis, y encima acababa de dejar preñada a Elena Sanz, su principal amante. Luego me enteré que tuvo varios hijos más con ella.

¡Ah, y esta es otra! No penséis que dejó a sus amiguitas al casarse conmigo ¡qué va!, el pavo siguió a lo suyo, saliendo por las noches en busca de carnaza.

¡Ay, dios, cuántos días sin dormir pensando en lo que estaría haciendo por ahí!. Ni os cuento las lágrimas que derramé.. Y encima fui tonta, porque jamás le reproché nada, aguanté en silencio sus infidelidades..

Y qué deciros de mi suegra, la reina Isabel II, ¡Buah, pues que nunca me tragó!. Lo notaba en su actitud y en la cara de desprecio que me ponía. Ni un mísero gesto amable tuvo conmigo en toda su vida. Incluso consideraba como verdaderos nietos a los niños que mi marido tuvo con Elena, su amante... 

Ahora que ha pasado el tiempo os lo puedo contar: "Fui una desdichada casi toda mi vida". Tan sólo los últimos años de mi matrimonio los puedo considerar normales. Debió ser que mi marido se cansó de sus correrías nocturnas, o tal vez empezó a quererme un poco. El caso es que cuando la cosa empezaba a mejorar entre nosotros se me murió de tuberculosis a los 27 años.

Eso sí, antes de morir me quedó embarazada.. ¡Os juro que le lloré amargamente a pesar de todo!..

Por cierto, vosotros los españoles, del que siempre han dicho que sois un pueblo sabio, nunca me quisisteis. Os quedasteis prendados de la sevillana esa de María de las Mercedes, la primera mujer de mi marido!.. Claro, era más simpática y ardiente, y andaluza.

Pero ya os he perdonado...

Firmado, María Cristina de Habsburgo

                                                                       




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