Un gran amor es una herida
que se abre en flor y aroma, como
surco en la tierra.
Y aunque la herida, a veces, al instante se cierra,
queda su cicatriz para toda la vida.
--José Ángel Buesa--
Zelima, estaba exultante, acababa de cumplir veinte años y su carrera artística atravesaba su mejor momento. Sin duda era la fuentecanteña más guapa y famosa del momento.
Zelima, cuyo nombre real era Enriqueta Murientes de los Santos, era la ahijada del notario de Fuente de Cantos, D. Florencio Benítez y llevaba camino de triunfar en los mejores escenarios europeos. Tanto es así que ya había actuado en el teatro López de Ayala de Badajoz, y apuntaba más alto; las puertas de los mejores cabarets de Paris o Viena le esperaban abiertas de par en par. Al menos, eso pensaban algunos.
Aquel mes de diciembre andaba de gira por la provincia, y pasó por Fuente de Cantos. Su padrino, D. Florencio, fue a recogerla personalmente con su flamante Ford de importación, a la estación de tren de Usagre-Bienvenida. Tenía contrato para actuar en Fregenal de la Sierra, en Navidad..
Fregenal hervía de júbilo. El público, sobre todo el masculino, esperaba ansioso la actuación de la bellísima estrella fuentecanteña. Pero, ¡mira por donde!, apareció José Ruiz, un tipo guapo, con dinero, pero tarambana, golfo y consentido; se enamoró de ella; ya la había visto actuar en Badajoz capital, y la seguía.
Pero Zelima no estaba para zarandajas, quería triunfar en Paris como la Bella Otero, y maldito caso haría a José, ni a sus celos, ni a sus amenazas.. Fatal, seducido por su belleza y despechado por ella, le dio dos navajazos mortales por necesidad, navajazos que truncaron su carrera y la vida de nuestra mejor y más bella artista..
Fue una noticia bomba Los periódicos regionales se hicieron eco del crimen publicando fotos de ella y de su asesino. Fregenal quedó conmocionada, un escándalo apoteósico. El pueblo, soliviantado, a punto estuvo de linchar a José..
En Fuente de Cantos, sin embargo, fue un día muy triste. Muchos esperaban con ilusión la llegada a la cumbre de la futura diva y que paseara nuestro nombre por medio mundo; ¡No pudo ser!. Medio pueblo acudió a su entierro y a darle el pésame al notario, D. Florencio Benítez, padrino de la estrella..
Por cierto, son hechos verídicos. Zelima murió asesinada el 30 de diciembre de 1916
Joaquín
calle Nicolás Megía
calle Nicolás Megía
patio interior del colegio San Francisco Javier
calle Nicolás Megía esquina Clavel
calle Nicolás Megía
plaza de Santa Teresa de Jesús
convento del Carmen
No hay comentarios:
Publicar un comentario