Cuando mi voz calle con tu muerte, mi corazón te seguirá hablando..
“Mi hijo falleció en mis brazos, pero desde el minuto uno en que se fue, yo salí de la habitación del hospital sonriendo, flotando. Después de toda la rabia contenida, salió de mí decir: ¡No vas a ser una madre depresiva!. ¡Vas a ser un ejemplo!. Mi responsabilidad son mis hijas, quería que sacaran una lectura positiva de la muerte de su hermano".
Son palabras de Mayte García, madre del niño y mujer de Santiago Cañizares, un futbolista excepcional que jugó de portero en varios equipos, entre ellos el Real Madrid, el Valencia, el Mérida, y la Selección Española.
Santiago Cañizares lleva retirado un tiempo. Hace poco él y su mujer pasaron por un trance terrible, su hijo de 5 años Santi, murió de después de luchar denodadamente contra un cáncer. Ahora los dos colaboran en organizaciones que luchan contra el cáncer infantil..
"Y cuando murió mi hijo Santi, no hice un sanatorio --continua Mayte-- Como durante los últimos meses de enfermedad él solo quería ir vestido de futbolista, lo incineramos vestido de la Selección Española e hice una oda por él. No hice un entierro al uso”. Cómo se puede lograr superar la tragedia de un ser querido sólo lo pueden explicar una madre y un padre que animan a cambiar la actitud para afrontar el éxito y el fracaso".
Lo que hicieron los padres del niño Santi es encomiable, yo lo veo así, y su historia conmovedora pero, mirad la diferencia en situaciones así en otras edades:
Sí, yo soy más bien de los que se entristecen ante pasajes de la vida de gente mayor, y de los que se apenan al contemplar la tristeza infinita de un hombre ante la angustiosa pérdida de su mujer después de décadas felices e inseparables, porque entiendo que la gente mayor acumula años de experiencias, de dolor, de amores pasados, de pasiones, y con ése bagaje está más que justificado su sufrimiento ante cualquier pérdida irreparable en sus vidas, pero los niños, sin embargo, son ángeles que incluso en sus prematuras muertes la entienden ellos como simples juegos.
Aun así, lo reconozco, lo Santi me llegó al alma y sacudió sin contemplaciones mi sensibilidad.
Por cierto, Santi murió mientras su madre le susurraba su canción preferida al oído. Estuvo con él en el hospital, día y noche, sin separarse toda la eternidad de su sufrimiento..
Joaquín
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