Ellas, las que me amaron, supieron de mi olvido;
y ellas, las olvidadas, me olvidaron también.
Y hoy, a veces, me miran como a un desconocido,
como si me miraran buscando un parecido
que les recuerda a alguien, sin recordar a quién.
--J. A. Buesa--
Cyrano es un joven soldado y está muy enamorado de Roxana, pero tiene un problema, además de tímido es muy feo. Por eso ni se atreve a declararle su amor ni ella va a hacerle maldito caso si lo hiciera. Esto lo tiene bien claro.
Para colmo ahora se ha enterado de que Roxana ama a otro soldado de su mismo regimiento, Christian, un chico con el que apenas ha cruzado unas palabras, pero reconoce que es guapo y tiene buena planta..
Lo que sí tiene Cyrano es capacidad para hablar bien; es inteligente, poeta, sentimental, y escribe unos poemas de amor maravillosos, ¡Oh, si los leyera Roxana!. Seguro que se enamoraba de él al instante.
De repente le dan ganas de conocer mejor al hombre por el que su amada bebe los vientos, y entabla conversaciones con él. Ambos llegan, incluso, a hacerse buenos amigos. Lo cierto es que el tipo es realmente guapo--piensa al verlo--desde luego nada que ver con él. ¡qué cara y qué ojos azules tiene el bribón!. Eso sí, constata que es parco en palabras y con pocas mañas sentimentales ni poéticas..
Con el tiempo y la buena amistad que se profesan los dos, un día llegan a la conclusión de que podían ayudarse mutuamente para conquistar completamente el amor de Roxana. Christian pondrá su hermosa cara, ¿y él?, pues él se encargaría de escribirle maravillosos versos..
Y así lo hicieron.. Roxana queda impresionada por aquellas cartas de amor, que piensa le escribe Christian, y queda subyugada, enamorada, rendida...
Pero estalla la guerra y son enviados al frente. Christian recibe un disparo de obús en el pecho y muere. Cyrano llora la muerte de su amigo.
La guerra acaba y Cyrano se reincorpora a la vida civil. Un día llega a sus oídos la noticia de que Roxana se ha metido monja desde que Christian, su amor, murió en la guerra.
Cyrano se propone visitarla. Se cita con ella. Quiere llevarle la, "supuesta" última carta de amor de Christian. Pero en el camino la rama de un árbol le cae en la cabeza. Malherido, disimula con su sombrero y se presenta en el convento..
Son las seis de la tarde y casi anochece. Ella le espera en el patio. Le pide, por favor, que lea él mismo la carta. Cyrano lo hace, pero sin darse cuenta cae la noche, nada se ve... y sigue leyendo sin mirar siquiera el papel. ¡De sobra se sabe los versos, los había escrito él!..
Roxana se da cuenta en ese momento quién es el verdadero autor de las cartas. Llorando se acerca a él, quiere verlo de cerca. Pero Cyrano agoniza desangrado por la herida. Muere en su regazo. La joven reconoce entonces que realmente estaba enamorada de Cyrano, el autor de los versos, no de Christian.. Pero ya es tarde..
Posdata...
Esto que habéis leído es un pasaje real de la vida de un escritor y poeta francés del siglo XVII, Cyrano de Bergerac, un tipo culto, poeta, atrevido y un poco libertino, y eso sí, feo de cojones..
Joaquín
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