Memorias de Adriano..

                                                                                 

Volverán del amor en tus oídos

las palabras ardientes a sonar,

tu corazón de su profundo sueño

tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas,

como se adora a Dios ante su altar,

como yo te he querido…desengáñate,

¡así no te querrán!

--Bécquer--

Ocurrió un día de noviembre bajo la tenue luz de una tarde de otoño.. Un cuerpo fue encontrado durante una crecida del río. Se trataba de un chico joven, de unos 19 años y de complexión atlética. Su rostro, aunque deformado por la muerte, parecía haber sido diseñado con bellos trazos. ¿Su nombre?, se supo despues, era Antínoo.

En las primeras pesquisas realizadas al cuerpo del chico descubren que no había sufrido violencia aparente, con lo que su muerte pudo ser debida a causas digamos, pacificas o naturales ¿veneno tal vez? ¿Un sutil asesinato? ¿Un suicidio?..

Realmente nunca se supo por qué murió Antínoo, pero sí conocemos la reacción de su amante, el gran emperador de Roma, Adriano, casi se vuelve loco de dolor 

Algunos dijeron que Antínoo se suicidó para salvar el honor de su amante, el emperador, muy criticado por su romance homosexual con él.. Otros , sin embargo, opinaron que lo hizo para mitigar el sufrimiento de Adriano, pues tenía éste cincuenta y cinco años ya, y no podía satisfacer el ardor amoroso de los diecinueve años del chico..

Adriano quiso con locura al joven Antínoo. Lo había conocido con apenas catorce años y desde entonces apenas se habían separado..

Sufrió lo indecible cuando murió. Lo había mimado en vida tanto, que incluso mandó construir toda una ciudad para él, Antínoopolis la llamó.. la diseño el propio emperador.. 

Más de dos mil estatuas, esfinges, tallas y figuras con su cuerpo y su rostro adornaban calles, avenidas y plazas de Antíoonopolis, y todo dedicado a él. 

Con el tiempo, la imagen y recuerdo de Antínoo fue idolatrada en todo el Imperio Romano. A ello contribuyó su amante, el emperador, con sus homenajes póstumos al joven. Adriano, ese buen mandatario, agrió el carácter a su muerte y ya nunca fue el mismo. ..

Joaquín                                                             

                                                                           Antinoo

                                                                                    

                                                                              Adriano