Dejadme. Voy muy bien por la existencia
sin mendigar un vítor ni una palma,
pues bastan a mi anhelo y mi creencia
un pedazo de azul en la conciencia
y un rayito de sol dentro del alma..
--Amado Nervo--
Es muy joven, pero le queda poca vida. Ahí la tenéis, ¡quién lo diría!, postrada en cama con una fiebre puerperal que la consume y de la que, con toda seguridad, no va a salir con vida..
Su hijo recién nacido al que ya casi ni puede ver por agotamiento físico, vivirá. Y ese es su mayor preocupación. ¡Por favor, que cuiden de él, y cuando sea mayor que le hablen de su madre, que sepa la verdad, que compruebe él mismo las mentiras que se han vertido sobre ella!.
Se llama Lucrecia, el apellido os lo dejo para el final. No os lo vais a creer pero su padre fue un Papa, ¡nada menos! y su madre, su amante Vannozza Cattanei, una hermosa mujer de la que Lucrecia ha heredado su bonito cuerpo y magnifico semblante.
Tiene tres hermanos. Cesar se llama el mayor. Éste fue el artífice de sus desgracias, además de su padre. Los otros dos, Juan y Jofré, han sufrido igual que ella los desmanes de su familia.
Al ser la única chica de la familia, su padre (el Papa) y su hermano Cesar, pervertidos hasta la extenuación, la utilizaron en su provecho. La casaron y descasaron tres veces por sus propios intereses de poder..
Su primer marido fue Giovanni, un rico heredero de una de las mejores familias de Milán, ¡y todo por mangoneo de su padre en política!. Giovanni era mucho mayor que ella, que apenas cumplía trece años entonces.
Sufrió una inmensa decepción cuando conoció al que iba a ser su marido, por viejo y por cojo. Pero en el fondo le vino bien, porque al irse de casa dejó de sufrir los abusos sexuales por parte de su padre y de su hermano mayor.. Y resulta que cuando le iba cogiendo cariño a su esposo se empeñaron en divorciarla. Tenían otros planes para ella..
Con el segundo matrimonio que le arreglaron se alegró, Alfonso su nuevo esposo, era un hombre muy apuesto, joven, viril, hermoso. Acabó por enamorarse de él.. Fue el hombre de su vida, sin duda.. Pero..
Apenas un año llevaban casados, Alfonso y ella, cuando su padre y su hermano volvieron a la carga, les hicieron romper el matrimonio porque la familia de Alfonso ya no les interesaba para su fines políticos, ¡qué os parece!.
¡Pobre Alfonso!, se negó a divorciarse de ella, le amaba, pero le amenazaron con asesinarlo. Conste que ella le avisó y huyó, pero acabaron con él. Lucrecia lloró lo indecible. De poco le valió, al año siguiente ya le estaban organizando otro matrimonio..
Con su tercer marido, el Duque de Ferrara, encontró por fin la paz que ansiaba. Sólo el hecho de irse a vivir a esa hermosa ciudad del norte de Italia, dejar Roma y a su pervertida familia era motivo de alegría.
Parir un hijo suyo le está haciendo ahora morir, por estas fiebres que padece, pero no se arrepiente. Apenas cumple 29 años y ya ha vivido bastante. En el camino ha dejado otro hijo, fruto de la violación que sufrió por parte de su hermano, o de su padre porque, en realidad, nunca estuvo segura quién de los dos fue el padre..
¿Cosas buenas en su vida? Pocas, si acaso el amor que sintió por su segundo marido, Alfonso, y la paz que encontró con el tercero..
Contad, contad la verdad a su hijo sobre su madre, Lucrecia Borgia, ésa chica con mala fama, hija del Papa Alejandro VI, a la que casaron con trece años, pero que ya antes había sufrido todo tipo de vejaciones por parte de su familia, la peor..
Joaquín
Lucrecia Borgia
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