En aquel tiempo el maternal cariño
como un Edén el mundo me pintó;
yo lo miré como lo mira un niño,
y mejor que un Edén me pareció.
Mi vida resbalaba
entre delicias
prodigadas, ¡oh madre! por tu amor.
¡Cuántas veces, entonces, tus caricias
acallaron mi llanto y mi clamor!
¡Cuántas veces
durmiendo en tu regazo,
en pájaros y flores yo soñé!
¡Cuántas me diste, oh madre, un tierno abrazo
porque alegre y risueño te miré!
--Espronceda--
La noche en la que murió Octavio Augusto (el fundador de Mérida) en el año 14, Tiberio, su hijastro, y su madre Livia, estaban presentes durante el óbito. Ambos pudieron escuchar sus últimas palabras “Acta est fabula, plaudite”.. O lo que es lo mismo “la comedia ha terminado. ¡Aplaudid!”..
Esto es rigurosamente cierto. A partir de ahí, Tiberio, que había sido un buen general, se convirtió en un emperador triste y amargado.. “El más apesadumbrado de los hombres” llegaron a decir de él..
Tiberio (segundo emperador romano) fue un tipo alto, de tez muy blanca y tenia un ojo de cada color. Se quedó calvo desde joven, lo que le creó un complejo enorme. La calvicie acentuó su timidez hasta el punto de negarse a que le vieran la cara.. A los catorce años de llegar al poder se retiró a la isla de Capri y desde allí gobernó hasta el fin de sus días el inmenso imperio..
Con el tiempo Tiberio se fue recluyendo más y más en si mismo, padeciendo lo que aquí llamamos el “Síndrome de la Moncloa”. Apenas conocía el sentir del pueblo, y veía complots y conspiraciones por todos lados. Él lo solventaba ejecutando a miles de sospechosos. Su método preferido de torturar a los reos era darle de beber mucho liquido, mientras se le hacia un nudo en el pene con una cuerda.. Los pobres reventaban, ¡claro!..
Tiberio en plena crisis de desconfianza sustituyó por motivos organizativos al prefecto de Roma en Judea, Poncio Pilatos sólo un año después de la crucifixión de Jesucristo.. Fijaos lo que son las cosas: si lo hubiese hecho un poco antes y puesto a otro en su lugar que se hubiera implicado más: ¡posiblemente Jesús no hubiese muerto en la cruz!
Desde luego todo hubiera sido muy distinto; tal vez ni hubiera existido el cristianismo.. Y entonces ni catedrales, ni iglesias, ni cultura cristiana, ni Semana Santa, ni curas, ni... ¿Os imagináis?.
Claro, que Tiberio ni se enteró de que en un lugar lejano, en una esquina de su inmenso Imperio un hombre que iba a revolucionar el mundo y los siglos, había muerto por la desidia de Poncio Pilatos, un subordinado suyo.. ¡Lo que es la vida!..
Joaquín
calle Carrera, hace unos días
Paseo de Extremadura, hace unos días
Plaza del Olmo, un día de estos
calle Felipe Checa
calle Almendralejo
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