El tipo había nacido en América, pero de padres, abuelos y bisabuelos españoles. Un día llega a Madrid, a casa de unos tíos que vivían cerca de la Puerta del Sol. Le encanta la capital y nuestras costumbres..
El tipo acababa de cumplir diecinueve años y ha conocido a una chica madrileña de la que se ha enamorado profundamente, María Teresa se llama, es muy hermosa y él está feliz. Se casan en la iglesia de San José..
Pero, ufffff, qué mala suerte, durante la larga luna de miel, María Teresa contrae unas fiebres y muere, apenas tenía 22 años.. A él se le parte el corazón. Promete no volver a casarse nunca, y lo cumple.. Por cierto, al tipo no le interesa la política..
Ya viudo, tres años se pasó el americano entre Madrid y París frecuentado salones de baile, retozando con jovencitas, jugando al tenis, y hasta batiéndose en duelo con algún jovenzuelo que otro.. Pero hace un viaje a Londres, y...
¡Ay, Dios, allí se jodió todo!. No sé qué vería, qué oiría o con quién se juntaría en la ciudad del Támesis, que decidió meterse en política y odiar a España.
Algunos dicen que fue al leer la frase del científico alemán Von Humbolt.. “La América española está preparada para ser libre, pero necesita un gran hombre que inicie la obra” y entonces el tipo, que se llama Simón Bolívar, se pone a liderar la independencia de Hispanoamérica.
Esto es lo que hay. Todo por un desamor, porque si María Teresa no hubiese muerto, este hombre hubiese sido un hacendado feliz, con su mujer y sus hijos, allá en Venezuela, y tal vez nos hubiera amado a los españoles..
Joaquín
Simón Bolívar
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