Pienso que todo cuanto crece
dura en su perfección un breve instante,
como de la mañana el sol radiante
que, al avanzar la tarde, se oscurece;
--Shakespeare--
Desde luego la de gente rarita que hay por ahí, y por aquí, porque.. el que esté libre de pecado que... En fin..
¡Uy, si pudiésemos contemplar, in situ, las extravagancias que hacemos en privado cualquiera de nosotros! Las manos nos llevaríamos a la cabeza del estupor que nos produciría..
Claro, que para extravagancias estas que os detallo a continuación y que ya son reconocidas, y reídas..
El Conde de Buffon sólo podía escribir vestido de etiqueta, con puños y chorreras de encaje y espada al cinto; de otra manera no se inspiraba.
Y mirad como redactaba Alejandro Dumas los textos de sus obras a su secretario: lo hacía vestido con una sotana roja, de amplias mangas y calzado con sandalias.
Lo del poeta alemán Schiller también tiene guasa, como no tuviera los pies metidos en un barreño de agua helada no se inspiraba..
Lord Byrón excitaba su inspiración con aromas de trufas que siempre llevaba en sus bolsillos.
Aún peor fue lo de Balzac, el gran escritor francés. Se acostaba a las seis de la tarde, siendo despertado por una criada a media noche, se vestía con ropas blancas de monje y escribía de manera ininterrumpida de doce a dieciocho horas seguidas. Eso sí, mientras se tomaba del orden de, veinticinco o treinta tazas de café.
A ese ritmo Balzac consiguió terminar más de cien novelas, y eso que murió muy joven. Claro, que a ese ritmo no me extraña...
En fin, cosas de escritores, gente rara, ya sabéis...
Joaquín
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