¡Gilipollas!, ¡Imbécil!, ¡Hijoputa!, ¡Cabrón!, ¡Idiota!... Léase, por favor, también en femenino si procede... Estos son, por este orden, los insultos más utilizados por los españoles. Según la comunidad o provincia, incluso pueblo, pudiérase alterar el orden de uso de estos improperios...
Pero resulta que todas las autonomía con idioma propio tienen sus más genuinos insultos. ¿Y sabéis lo que os dijo? pues que me parece bien y que nos dejen los insultos de siempre a los castellano-hablantes. ¿No despotrican de nuestra lengua? ¿No la desprecian? ¡Pues que no toquen nuestros insultos, coño!..
De todas maneras, no me creo eso de que vascos, catalanes y gallegos dejen de utilizar nuestros más agresivos improperios castellanos. No, porque los nuestros son soberbios, contundentes, precisos.. Cualquier extranjero que llega a España lo primero que aprende es a decir ¡hijoputa!. Comprobadlo entre los futbolistas foráneos en cualquier equipo.
Además, ¿quién se va a enfadar si te dicen de malos modos: ¡eres un Langrán! (que no es otra cosa que vago en gallego) o, ¡No seas Kaikú! (tonto en vasco), incluso si te escupen con la palabra ¡Capsigrany, que eres un capsigrany! (gamberro en catalán)? ¡Venga ya hombre, insultos de esos a mi!!..
¡Buah, con insultos así ni me inmuto!.. Donde estén: ¡eres un Penco!, o un ¡Zurripuerco! o un ¡Morrúo!, o un ¡Percudío!, o un ¡Burranco!, que decimos, o decíamos aquí, en Fuente de Cantos, mi pueblo, que se quiten esas chuminadas...
Fijaos, pero si hasta me quedo con Pejiguero (cansino), Modorro, Tontolculo (no hace falta traducción), Tontolabas, o Pedorro..
En fin, al pan pan y al vino vino..
Joaquín..
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