sábado, 25 de diciembre de 2021

El año que vivimos peligrosamente juntas

                                                                                     



Me rebelo a morir, pero es preciso...

¡El triste vive y el dichoso muere!

¡Cuando quise morir, Dios no lo quiso,

hoy que quiero vivir, Dios no lo quiere!

¡Os amo, sí! Dejadme que, habladora,

me repita esta voz tan repetida,

que las cosas más íntimas ahora

se me escapen de los labios con mi vida.

--Campoamor--



Me quedé impresionada cuando vi que bajaban por la escalera a Frida, la señora, en una camilla y vestida de tehuana. Los mariachis tocaban y todos bebían tequila. Frida me invitó a quedarme a dormir, pues yo vivía lejos de Coyoacán..

--¡Quédate niña, estás muy sola y no sabes nada de la vida, quédate en mi casa!---me dijo

Frida siempre estaba pintando, lo hacía de maravilla, y yo cantaba..

Conste que jamás la intimidé ni la insinué ni la seduje. Cómo iba hacerlo si yo era una niña. Ella fue la que vino a mi, ella era la diosa, la amada. Yo una simple aprendiz de cantante a la que le gustaban las mujeres..

Fijaos lo que de mi dijo ella.. Se lo contó a un amigo común, escritor para más señas, Carlos Pellicer:

Conocí bien a Chavela, extraordinaria lesbiana. Se me antojó erótica. No sé si ella sintió lo mismo que yo, pero creo que es una mujer bastante liberal que si me lo pide no dudaría un segundo desnudarme ante ella. ¡Ojalá quisiera acostarse conmigo!.. ¿Acaso es un regalo que el cielo me envía?”.. 

Años después Carlos me refirió esa anécdota.

Un año vivimos juntos, Frida, su marido Diego Rivera el pintor, y yo, en la misma casa, y os aseguro que fue el año más feliz de mi vida. Frida y Diego tenían sus cositas. A veces se daban mimos y otras se daban mamporros. Reconozco que eran tal para cuál.. admiración, amor y odio a la vez..

Frida era bellísima, nada que ver con los retratos que ella misma se hacia, por eso el día que me propuso hacer el amor fue el día más dichoso de mi vida..

Aquella mañana Diego había volado a Nueva York, a una exposición de pintura. La pareja pasaba por malos momentos. Yo lo sabia ¡cómo negarme!, y me aproveché.. Desde aquel día lo supe, Frida Kahlo era la mujer de mi vida.. Aunque de sobra sé que yo para ella sólo fui algo pasajero..

Murió muy joven. A mi me partió el corazón. Yo tenía entonces 34 años, y, aunque hacía mucho tiempo que apenas nos veíamos y estaba lejos, fui a su entierro..

No pude estar mucho tiempo presente por el dolor de verla así, muerta.. Cuando vi salir su féretro envuelto con la bandera mexicana me sentí más sola que nunca. Me quedé en la calle llorando durante horas. Nada me consolaba, pero tenía que seguir..

Mas tarde triunfé con mis canciones y con mi estilo, y he vivido, y bebido, y amado a otras mujeres, pero jamás olvidé a Frida.

Joaquín




                                                          Frida Kahlo y Chavela Vargas

                                                                          

                                      Frida Kahlo y Chavela Vargas, el año que vivieron juntas
                                                                                      

                          
                                                                                        

                                          







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