En cierta ocasión ella me dijo: «Anoche
soñé que estaba muerta y que tú llorabas
sin consuelo cerca de mi cadáver. Pero
yo continuaba viviendo, yo me hallaba
a tu lado y te decía: ¡No llores! Aquí
estoy. Mírame... Sólo que tú no me mirabas
y seguías llorando».
¿Será ésta, Dios mío, la maravillosa realidad
presente? ¿Fue verdad su sueño?
¿Se halla a mi lado y yo no la veo, porque
inexorablemente se niega a abrirse mi pupila interior?
--Amado Nervo--
La Guerra Civil fue un episodio tristísimo para España y particularmente trágico para Fuente de Cantos. Cuando el enemigo a batir es tu hermano, tu vecino, incluso tu antaño amigo es lo peor, con diferencia, que nos puede pasar como sociedad. Nuestro pueblo jamás se recuperó del mazazo anímico del conflicto..
Sin embargo no pretendo hablar de ésta guerra, sino de otra que tuvimos cien años antes, de menor envergadura aunque muy cruenta en vidas humanas. Sí, se le llamó las Guerras Carlistas..
Las Guerras Carlistas fueron tres y se originaron cuando al morir Fernando VII, en 1833 sin descendencia masculina, su hermano menor, Carlos María Isidro consideró que él era el verdadero rey de España, y no Isabel II, hija de Fernando. El país se dividió en dos, unos apoyaban a Carlos (conservador y ultra-católico) sobre todo en algunos lugares del norte y este del país, y el resto a Isabel (liberales) que era entonces menor de edad. Extremadura fue básicamente isabelina..
En marso 1839 una partida de guerrilleros carlistas, al mando de un tal Rondeño, hizo algunas incursiones en pueblos del sur de Badajoz, llegando hasta Fuente de Cantos..
Unos 50 hombres armados hasta los dientes y a caballo, tomaron nuestro pueblo a la fuerza. Saquearon casas y exigieron ayuda en comida y pertrechos, incluso secuestraron al Conde de Casa-Chaves un personaje influyente entonces, por el que pidieron un rescate. Algunos vecinos del pueblo, aunque no muchos, se unieron a su causa.
La cosa acabó con el Rondeño y su gente huyendo por tierras de Montemolín al enviar la Capitanía General de Badajoz tropas a combatirle..
En fin, de guerras nos libre Dios compañeros, y sobre todo de guerras civiles..
Joaquín
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