lunes, 21 de junio de 2021

El extraño amor de Isabel..

                                                                                  



Heme aquí junto a tu sepultura,

Esmeralda,

para llorar tu carne pobre y pura

que nadie de nosotros vio pudrirse.

Otros vendrán lúcidos y enlutados,

sin embargo yo vengo borracho,

Esmeralda, yo vengo borracho.

Y si mañana encuentran la cruz de tu tumba

caída en el suelo,

no fue la noche, Esmeralda,

ni fue el viento. Fui yo.

--L. Ivo--


No creáis que la vida de Isabel fue un camino de rosas. Bien es verdad Francisco J. se enamoró de ella locamente y ella de él (aunque menos). Sin embargo con el tiempo la cosa se fue enfriando y acabaron distanciados, aunque él nunca dejó de amarla.. Decía lo de vida dura porque despues sufrió una serie de desgracias personales terribles.. Su hijo se suicidó junto a su amante pegándose un tiro y su hermana pequeña, Sofía, murió achicharrada en el incendio de un bazar de caridad en París..

Pero empecemos desde el principio... Su amor con Francisco J. empezó de manera extraña, porque él era novio de Sofía, su hermana, pero fue verla a ella y quedó prendado. Sofía lo comprendió, ¡para qué luchar contra las circunstancias, y contra el amor! – Pensaría--. --y cedió--

¡Y Francisco J. e Isabel se casaron a lo grande!.. Pero lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, ambos tenían caracteres muy diferentes, digamos que totalmente opuestos.. Francisco J. era serio, cumplidor, rígido, formal, sensato, aburrido, reservado, y un montón de cosas parecidas más..

¡Para eso Isabel, a la que su padre le había dado plena libertad y casi libre albedrío!.. Le gustaban los caballos, congeniaba con el pueblo llano y hasta con sirvientes y criados. Era caprichosa, informal y hasta bebía cerveza, cosa escandalosa en aquella época para una dama. Además se llevaba fatal con su suegra, una especie de señorita Rotennmeier que todo lo decidía.. Con estos mimbres es imposible llevar una buena relación, así que la cosa fue yendo irremisiblemente a peor..

No dudéis que se quisieron siempre. Como que también tuvieron muchas broncas. Algunas veces se marchaba de casa y abandonaba a Francisco J. durante temporadas cada vez más largas.. Él la echaba de menos, le escribía cartas, y ella volvía, para al poco volver a marchar.. 

Y, fijaros qué relación tan extraña llegaron a tener, que una vez, durante una representación teatral a la que asistieron juntos, él miraba con buenos ojos a la actriz principal, una bella joven llamada Catherine. Pues bien, al día siguiente Isabel se presentó en casa de la chica y le preguntó que si quería ser amiga suya y de su marido.. La chica tuvo que pellizcarse para comprobar si era verdad lo que veían sus ojos y oían sus oídos.. A partir de ese día un carruaje la recogía todas las noches y la llevaba a la casa de Isabel para solaz sexual de Francisco J. Lo que no sé es si ella miraba por alguna mirilla los juegos eróticos que seguro harían su marido y Catherine..

En una de esas escapadas que Isabel hacía de su casa, en Ginebra, durante un trayecto en barco fluvial entre ésta ciudad y Caux, un joven italiano se le acercó y sin mediar palabra alguna le clavó un puñal cerca del corazón. Murió casi en al acto.. tenía 48 años.. Cuando fue detenido el asesino confesó que quería matar a algún aristócrata cualquiera y que Isabel simplemente se cruzó en su camino..

El cuerpo es llevado a Viena en tren a las diez de la noche.. Durante el funeral, cuando el sacerdote empieza recitar algunas oraciones, Francisco J. parece perder el dominio sobre si mismo, sus labios convulsionan y su ojos se inundan de lágrimas. Intenta disimular la emoción que le invade, pero todos los presentes se dan cuenta de su gran sufrimiento.. Pero llega un momento que no puede más, se arrodilla y abraza la caja como se abraza el cuerpo de la mujer amada.. Sus labios apenas murmuran..

--Adiós, mi amor.-- --Adiós Sisi..--

Joaquin Yerga

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