No debería pedírtelo, no eres libre,
pero me gustaría verte de nuevo
y conversar largamente de aquello,
y cenar una noche en un lugar tranquilo,
y pasear después a la luz de la luna.
Lo siguiente lo dejo a tu elección,
por si te vuelvo a seducir.
Lo siento, no pasa nada por soñar.
¡Fue tan bonito lo nuestro!..
--Joaquín--
Del descubrimiento de América conocemos mucho sus prolegómenos: de cómo Colón convenció a la reina Isabel para que le financiara el proyecto, de sus visitas al monasterio de la Rábida, y de la salida del puerto de Palos de las tres carabelas, la Pinta, la Niña, y la Santa María.. Pero..
¿Sabéis que sólo regresaron dos de ellas? Sí, la Niña, en la que venia el almirante y que arribó primero en Lisboa, y la Pinta, con Martín Alonso Pinzón al mando, que se desvió un pelin por los vientos y atracó en el puerto de Bayona, en Pontevedra..
Resulta que Martín y Colón no se hablaban, llegaron enfadados de América. Hasta tal punto llegaba el enfado que Martín Alonso Pinzón quiso adelantarse y ser él en dar la noticia del Descubrimiento, pero el protocolo se lo impidió..
Por cierto, Martín traía las bodegas de su carabela a rebosar de productos y animales americanos que llegaban por primera vez a Europa, por ejemplo el maíz, cacahuetes, guindillas, la batata, el algodón, o pájaros exóticos como papagayos.. ¡Ya imagino la cara de espanto de los gallegos al ver tantas maravillas!.
Claro, que el bueno de Martín Alonso Pinzón también traía del nuevo continente algo no tan agradable, ¡la sífilis!. De hecho murió de eso a los pocos días. Según la historia de la ciencia, él fue el primer documentado como muerto por esta terrible enfermedad. Recordad que en Europa no existía.
Claro, que esto demuestra qué hizo y en qué gozaba, nuestro amigo, allá en América.. De Colón sabemos que era tal el cabreo que tenía con él que ni fue a su entierro..
Joaquín
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