¿Cómo te llamaré para que me entiendas
que me dirijo a ti, ¡dulce amor mío!,
cuando lleguen al mundo las ofrendas
que desde oculta soledad te envío?.
Aquí tu barca está sobre la arena,
desierta miro la extensión marina,
te llamo sin cesar con tu bocina,
y no apareces a calmar mi pena.
--Carolina Coronado--
Joaquín era tipo era obstinado, de esos que tienen las cosas claras; si algo no le gustaba lo decía y punto, y en esos días se negaba a comprarle un televisor a Manolo Iglesias, el de la Ferretería Nueva
Los que los conocisteis lo sabéis, Manolo Iglesias solía ser muy convincente, no en vano había montado su lucrativa ferretería a fuerza de tesón comercial. Precisamente esa mañana le había insistido una vez más:
--¡Venga, Joaquín, no seas así! Tú llévate la tele y ya me la pagarás cuando puedas---le decía una y otra vez
Pero Joaquín, tozudo como siempre, seguía en sus trece:
--Qué no Manolo, ya te lo he dicho un montón de veces, cuando yo quiera te la pido. Y no te preocupes que te la compraré a ti..
Era finales de los sesenta, cuando todo el mundo empezaba a poner la tele en su casa. La Primera Cadena se lucía entonces con el programa “Galas del sábado”, presentado con Joaquín Prat y Laurita Valenzuela. En la UHF nos moríamos por ver a Íñigo y su “Último grito”.
Y Joaquín seguía resistiéndose, y Manolo no se daba por vencido:
--¡Qué sí, que mañana te llevo una y luego ya me dirás!---reiteró un día, tozudo
Y Manolo, para estupefacción y regocijo de la familia de Joaquín, una tarde les llevó una televisión, y la instaló.. Cuando Joaquín volvió a su casa por la noche se llevó la gran sorpresa: ¡Ay, Dios, se encontró a su familia reunida entorno a la "caja tonta"!. Unos cuantos meses estuvo la tele en la casa sin su consentimiento.
Y Manolo se cansó, ¡por fin!, y ante la persistente negativa de Joaquín, una mañana, para pasmo de su familia, llegó el técnico de la ferretería y se la llevó. ¡A dos velas se quedaron, los pobres!.
Y qué curioso, ¡es para morirse!. Fijaos, a las dos semanas, el tal Joaquín se pasó por la ferretería y le dijo a Manolo Iglesias que le compraba una tele, de las más grandes..
En fin, no os canso más, Joaquín era mi padre. Por cierto, si la memoria no me falla el técnico nos trajo la tele un sábado por la tarde y se dio prisa en montarla para que pudiéramos ver al hijo del "Sastrecino" concursar en el programa “Cesta y Punto” que presentaba Daniel Vindel..
Pasamos una tarde deliciosa con nuestra segunda tele.
Joaquín
Plaza de la Constitución
Fontanilla
Calle Santos (Hermosa)
calle Santos
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