Los placeres
van de prisa:
una risa
y otra risa,
y mil nombres de mujeres,
y mil hojas de jazmín
desgranadas
y ligeras...
Y son copas no apuradas,
y miradas
pasajeras,
que desfloran nada más.
--M- Machado--
Luis Candelas era un tipo guapo. Moreno, de patilla ancha, bien afeitado y dientes muy blancos, rebosaba simpatía por doquier, Curro Jiménez a su lado pecata minuta.. Pero el colega tenía un defectillo, ¡buah!, poca cosa, resulta que le gustaba apropiarse de lo ajeno.
Educado, amable y muy cortés con las damas, Luis lo reunía todo, aunque con doble vida, claro.. De noche robaba y de día se hacía pasar por un rico hacendado que flirteaba con señoras, solteras y casadas, porque el menda no tenía reparos.
Entre las calles de Toledo, la de Mayor, y el Arco de Cuchilleros, aledaños todos de la Plaza Mayor de Madrid, merodeaba, el tipo. Y bien cerquita de estos lugares, por cierto, se erigía el magnífico Palacio de Santa Cruz, es decir, el trullo o cárcel general donde estuvo preso cuando lo capturaron.
Precisamente de la cárcel de Santa Cruz salió, camino de la Puerta de Toledo donde poco después lo ejecutaron, el simpático ladrón Luis Candelas. Ataviado con los ropajes más indignos que os podáis imaginar, lo montaron en un borrico y atravesó medio Madrid por calles abarrotadas de gente que lo vitoreaban.
De Luis Candelas, se contaba por los mentideros madrileños de los llantos de muchas damas de toda condición cuando el verdugo apretó en su cuello el gancho del garrote vil. Aún resuenan por algún subconsciente femenino la canción de Luis Candelas:
Debajo de la capa de Luis Candelas
mi corazón amante vuela que vuela.
Madrid te está buscando para prenderte
y yo te busco sólo para quererte,
que la calle en que vivo está desierta
y de noche y de día mi puerta abierta.
Que estoy en vela, que estoy en vela,
para ver si me roba, ¡ay!, mi Luis Candelas.
La reina regente María Cristina se negó a concederle el indulto, a pesar de las muchas personas influyentes y el pueblo llano que se lo pedían.
¿Sabéis cuáles fueron las últimas palabras de nuestro guapo bandolero antes de morir: "Adiós Patria mía, sé feliz". Sí, creo que fueron estas..
Joaquín
Luis Candelas
Arco de Cuchilleros, zona atestada de tugurios y tabernas, donde se refugiaba Luis Candelas
No hay comentarios:
Publicar un comentario