Te miro y no me veo en tus ojos;
¡no, ya no me veo!.
Besos tus labios, aún seductores,
pero ya no son los de antes.
Acaricio tu piel, tersa y suave,
pero ya no es ardiente.
No, ya no somos amantes, sólo dos extraños
que se miran sin verse.
--Joaquín--
Los bebés saben de manera instintiva que el rostro humano es extremadamente expresivo e instantáneamente cautivador...
Sí, ellos aún no son conscientes, pero podemos tener del orden de 5.000 expresiones faciales diferentes. Más de cuarenta músculos intervienen en la expresión facial, ¡ahí es nada!.. Tenemos regiones enteras del cerebro dedicadas exclusivamente a reconocer rostros..
En la década de los sesenta Paul Ekman, profesor de la Universidad de California, decidió probar si las expresiones faciales eran universales, habiendo pueblos en el planeta que jamás habían contactado unos con otros, y llegó a la conclusión de que sólo seis eran las universales..
Según Ekman, absolutamente todos los seres humanos utilizamos para los mismos fines el miedo, la ira, la sorpresa, el placer, la repugnancia y la tristeza.
Pero la mas universal de todas es la sonrisa. Nunca se ha encontrado una sociedad que no responda a la sonrisa del mismo modo. La sonrisa es la única expresión genuina que no podemos fingir.
Podemos hacer que la boca sonría, pero no que los ojos brillen con fingida alegría. Los niños ciegos sonríen y nadie les ha enseñado.
Y, fijaros, aunque sólo sea para que sonriáis..
¿Sabéis como se llamaban las campanas de la torre vieja de nuestra parroquia?
Había tres.. la más grande María, la chica Caterina y el esquilón Margarita.. De siglo XVI, ¡nada menos!, databan las tres.. ¡Dónde irían a parar!.. Apuesto que se fundieron para...
Cuando hicieron la Torre actual, en el siglo XVIII, fabricaron y colocaron las cuatro campanas que aún oímos en todo Fuente de Cantos..
Sí, mirad...
La que mira al sur es la más grande y se llama San Bartolomé.. La orientada al norte San Antón, La que mira al este Santa María, y la del oeste Santa Filomena..
Conste que yo las he tocado... a misa, a agonía, a entierro.. No en vano fui monaguillo un par de años..
Joaquín
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