Mis amigos fuentecanteños

                                                                               

Renueva el corazón a cada hora

y aprende a renacer cada mañana,

como el paisaje al despuntar la aurora,

como el sol que amanece en tu ventana.

--Ricardo León--

Decía el gran orador y filósofo Cicerón: “la verdadera amistad sólo es posible entre varones virtuosos”. Es una barbaridad, por supuesto, pero eran tiempos en los que vosotras las mujeres, por desgracia, no contabais para estas cosas. 

En lo de virtuosos si estoy de acuerdo. Supongo yo que si no hay alguna virtud de por medio, como honradez, rectitud o lealtad entre las personas, difícilmente se puede ser amigo de nadie..

He de reconocer que de esos que se dicen amigos de verdad yo tengo pocos. No sé, quizás falta de tiempo, de dedicación, de oportunidad, o un poco de todo. Pero sí los he tenido de joven, y muy buenos. Ahora los echo de menos.

Pero, claro, ¡Cómo coño me van a quedar amigos de juventud si la emigración nos hizo estragos; destrozó familias, grupos de amigos, vivencias!! Varias veces tuve que recomponer mi grupo de amigos porque emigraban. 

Haceros una idea: A mitad de los cincuenta aún tenía Fuente de Cantos, diez mil y pico habitantes. Diez años más tarde, a mitad de los sesenta, ya habían volado 3.000 fuentecanteños, atestando los suburbios de Barcelona y Madrid. Ésta primera oleada la integraron los más necesitados o los más osados.

Luego vino la segunda tanda que duró hasta finales de los setenta (aquellos primeros tiraron de estos) y, ¡hala!, otros 2.500 abandonaron el pueblo en pos de una supuesta vida mejor. 

Ahora estamos en los huesos y el goteo es ínfimo, pero se van los más preparados. En fin, lo dicho.. Así no hay manera de hacer amigos íntimos y duraderos.

Escribía Ramón y Cajal sobre la amistad lo siguiente.. El cultivo de la amistad pide mucho tiempo, solicitud y esmero. Uno o dos íntimos amigos los tiene cualquiera: cuatro o cinco, pocas personas..

Yo ni lo primero.. 😴😴😴

Joaquín