Educad bien a los niños y no será preciso castigar a los hombres.
--Pitágoras de Samos--
Mil quinientos días (cinco años), los primeros en el crecimiento de un niño, son vitales para moldear su carácter. Dependiendo de cómo lo viva, su futuro, es decir el resto de su vida, será de una forma o de otra en cuanto a personalidad, temperamento o carácter.
Fijaos: un hijo de padres con estudios universitarios recibe de éstos, aproximadamente, dos mil cien palabras diferentes en esa etapa. Si los padres no llegan a ese nivel de estudios, el número de palabras se puede reducir a apenas seiscientas. Indiscutiblemente a mayor variedad en el lenguaje mayores estímulos para él y más despabilado crecerá.
Aquel niño de padres instruidos disfrutará de más inteligencia y estará más predispuesto (si el medio ambiente no lo condiciona negativamente) a triunfar en la vida. Y no sólo en lo material, también en lo social y emotivo.
En fin, repasemos el número de palabras que oímos decir a nuestros padres y consolémonos con como somos. Apuesto que ellos aún oyeron menos a sus padres..
Joaquin
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