Nosotros, tan diferentes..

 

¿Qué importa un hombre solo

frente a tanta esperanza?

¿Cómo pueden matarnos?

Nuestro nombre es Mañana.

--Gabriel Celaya--

Apenas representan el 3% de la población mundial y sin embargo su influencia ha sido transcendental. Sí, porque no me digan que viviríamos igual que lo hacemos sin los avances tecnológicos conseguidos o sin los adelantos médicos y sociales, y hasta deportivos, si me apuran, que han surgido en Europa occidental.

Qué sería de nosotros sin la maquinaria alemana, sin sus músicos y filósofos. Sin las pizzas italianas, sin el café expresso, sin Miguel Ángel, sin Leonardo. O sin la comida francesa, sus quesos y sus vinos, y las inolvidables historias de Víctor Hugo, Alejandro Dumas o Julio Verne. Por no hablar de Inglaterra, la cuna de la civilización moderna, y también de sabios como Newton, Darwin o el mismísimo Shakespeare, o los Beatles. No, definitivamente, sin ellos no seríamos los mismos.

¿Y nosotros los españoles? No es por nada, pero si no hubiésemos existido tendrían que habernos inventado. Porque si bien es cierto que no hemos sido precisamente unos linces en inventar nada práctico, sin embargo aunque sólo sea por nuestro exotismo a ojos de aventureros y soñadores y nuestra diferencia con el resto “Spain is diffetent” ya mereceríamos un puesto de honor en la cultura europea y mundial.

Nosotros digamos que hemos sido el contrapunto al resto, puesto que pocas diferencias han habido entre cualquier país de Europa occidental, pero si las hubo y abismales con respecto al nuestro; aún las hay. 

Los españoles tal vez aportáramos a la civilización humana nuestra lengua, tan universal, el ser musa e inspiración de muchos de los guiones de novelas, libros y óperas escritas durante siglos, por nuestro carácter indómito, y nuestra naturaleza, tan diversa, escenario de gozo y disfrute de muchos sufridos europeos que nos escogen para descansar. En fin, algo es algo. Menos da una piedra.

Joaquín